Obras completas del doctor d. Manuel Milá Fontanals ...

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A. Verdaguer, 1888
 

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Página 444 - Fabio, las esperanzas cortesanas prisiones son do el ambicioso muere y donde al más astuto nacen canas. El que no las limare o las rompiere, ni el nombre de varón ha merecido, ni subir al honor que pretendiere.
Página 56 - ¿Adonde te escondiste, Amado, y me dejaste con gemido? Como el ciervo huíste, habiéndome herido ; salí tras ti clamando y eras ido. Pastores, los que fuerdes allá por las majadas al otero, si por ventura vierdes aquel que yo más quiero, decidle que adolezco, peno y muero.
Página 446 - Ya, dulce amigo, huyo y me retiro de cuanto simple amé; rompí los lazos. Ven y verás al alto fin que aspiro, antes que el tiempo muera en nuestros brazos.
Página 432 - ¿cómo así se acabaron y perdieron tanto heroico valor en solo un día; y lejos de su patria derribados, no fueron justamente sepultados? Tales ya fueron éstos, cual hermoso cedro del alto Líbano, vestido de ramos, hojas, con excelsa alteza; las aguas lo criaron poderoso, sobre empinados árboles crecido, y se multiplicaron en grandeza sus ramos con belleza; y extendiendo su sombra, se anidaron las aves que sustenta el grande cielo; y en sus hojas las fieras engendraron, y hizo a mucha gente...
Página 477 - ¿Qué es aquesto, mi señora? ¿quién es el que os hizo mal? —Un sueño soñé, doncellas, que me ha dado gran pesar: que me veía en un monte en un desierto lugar...
Página 429 - Océano y descrecen; de do manan las fuentes; quién ceba y quién bastece de los ríos las perpetuas corrientes; de los helados fríos veré las causas, y de los estíos; las soberanas aguas del aire en la región...
Página 431 - ... el áfrico Atlante y seno ardiente hasta do el mar de otro color se viste, y do el límite rojo de Oriente, y todas sus vencidas gentes fieras ven tremolar de Cristo las banderas.
Página 428 - Ruiz. ¿ Cuándo será que pueda libre de esta prisión volar al cielo, Felipe, y en la rueda que huye más del suelo, contemplar la verdad pura sin velo...
Página 445 - ¿Qué es nuestra vida más que un breve día do apenas sale el sol cuando se pierde en las tinieblas de la noche fría? ¿Qué más que el heno, a la mañana verde, seco a la tarde?
Página 431 - Y el santo de Israel abrió su mano, y los dejó, y cayó en despeñadero el carro y el caballo y caballero.

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