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base segura y de matemática precisión para fijar la característica de las razas, tal como aparece desenvuelta en las obras de Aitken Meigs, Broca, Virchow, Roberts, Taruffi, Weisbach, Schmidt y otros. (6)

El índice cefálico de Retzius fundado en el carácter de la elipse que forma el cráneo, al cual ha venido á añadirse el índice cefálico vertical de Baer y de Broca expresivo de la relación entre el diámetro máximo antero-posterior y la altura; los índices facial de Broca, Virchow y Kollmann, orbitario y nasal también de Broca; el ángulo facial de Camper; el prognatismo estudiado por Prichard, Virchow, Broca y Topinard; el ángulo occipital de Daubenton y Vyman; los ángulos parietales de Prichard y Quatrefages, que sirven para definir las cabezas piramidales; los ángulos mandibulares; el esfenoidal de Velcker; el órbito-alvéolo-condíleo estudiado por Glodstein; los radios y ángulos auriculares ideados por Busk; los radios y ángulos basilares de Benedikt; la mensuración de la capacidad craniana gracias á los métodos de Hamilton, Morton y Broca dato importante sin duda, pero que no suple los relativos al volumen y peso del cerebro, como se ha pretendido, por el desarrollo independiente de la masa encefálica y de la caja que la envuelve, ni da la clave del desenvolvimiento de las razas (7), -y la comparación de la cara y del cráneo para apreciar la harmonía ó la falta de ella, según las observaciones de Pruner Bey, constituyen los fundamentales caracteres craniológicos, que son los más importantes y mejor estudiados.

A esto se unen, para servir de base á la investigación y señalar diferencias étnicas, otros medios, como la reconstitución de la estatura de las antiguas razas por la longitud de los huesos largos, según fórmulas deducidas de la comparación por Orfila, d'Humphry Topinard, Rollet y Manouvrier; la relación de tamaño entre los miembros superiores y los inferiores; la circunferencia y la forma de la caja torácica y de la pelvis, que ha estudiado Dally; y la morfología y dimensiones relativas de los distintos huesos y, en los vivos, de los miembros. El color de la piel y de los ojos han sido rasgos

á que desde la iniciación de los estudios antropológicos se prestó atención. El color, la cantidad, la longitud, el carácter, el modo de implantación ó distribución del cabello, la forma de las secciones del mismo según el índice capilar de Pruner Bey y las particularidades de la barba se consideran, por Pickering, Peschel, Topinard y otros, como rasgos distintivos y persistentes de la Humanidad en sus diferentes grupos, y útiles, por tanto, para caracterizar éstos.

No limitándose la Antropología al conocimiento de la estructura física de las diversas razas y variedades humanas, abarca también las condiciones físicas y sociales de su existencia. En este concepto, estudia habitaciones, alimentos, trajes, armas, útiles, fetiches, trofeos, adornos, fiestas y ceremonias, y, por la persistencia y semejanza de hechos y manifestaciones muy especiales, llega á conclusiones de gran valor etnográfico. Por el estudio de los usos y las costumbres y de los productos comparados de la actividad de los diferentes grupos humanos, aprecia la rama de aquella ciencia llamada Etnografía su grado de civilización, su adelanto y su atraso, y establece la filiación de los mismos y las relaciones entre ellos. A las observaciones de los viajeros debemos la demostración de la persistencia de las razas inferiores y de las primitivas civilizaciones, en parte vivas actualmente.

Con tales medios cuenta hoy la investigación histórica, y, mediante su empleo, se pueden alcanzar resultados verdaderamente positivos, que den mucha luz á la cuestión canaria tal como he de esbozarla.

III

Prolijas investigaciones hechas por Sabin Berthelot y el Doctor R. Verneau (8) con el concurso de canarios como D. Diego Ripoche y otros, la recolección de cráneos y otros huesos, su comparación con restos humanos fósiles y su completo estudio á la luz de la moderna Antropología han permitido al Doctor Verneau, que viene

consagrándose con particular interés al estudio de las razas del Archipiélago, establecer conclusiones, en parte definitivas, sobre el carácter de la población que habitaba el mismo en la época en que Juan de Béthencourt emprendió la conquista.

La raza guanche, predominante sobre todo en Tenerife, que existía en todas las Islas y debe considerarse como la primitiva que pobló el Archipiélago, era de gran estatura. Los hombres tenían de 1,70 á 2 metros (9). Los hombres de Fuerteventura, con una estatura media de 1m,84, son los más altos que conocemos. Según los autores antiguos, el color de la piel era claro y sonrosado (10), el del cabello, rubio (11) como el de las momias (12), el de los ojos, azul (13). El cráneo alargado, francamente dolicocéfalo, presentaba notable desenvolvimiento de su región anterior, hermosa frente; por detrás, sobre el tercio posterior de los parietales y la parte superior de la escama occipital, tenía un notable aplanamiento, dando lugar á gran saliente del occipucio, que se proyectaba mucho hacia atrás; las prominencias parietales, muy altas y separadas, daban al cráneo una forma pentagonal. La cara baja, muy ancha por arriba, se estrechaba por la parte inferior, y, en un cráneo dolicocéfalo, producía falta de harmonía notable de la cabeza; las órbitas, prolongadas en el sentido horizontal, de pequeño diámetro vertical y rectangulares, estaban coronadas por fuertes arcadas superciliares, entre las cuales la glabela hacía gran saliente; la nariz era mediana, recta, corta y ancha, pero no aplastada; salían los pómulos, proyectándose hacia adelante el maxilar superior, que originaba notable prognatismo subnasal; muy fuerte era el maxilar inferior, terminando en barbilla saliente, ancha y triangular; los dientes estaban, en general, gastados oblicuamente. Ciertos huesos ofrecen particularidades especiales. El fémur es el más grueso que ha medido Broca; tiene una curvatura de concavidad posterior, y la línea áspera del mismo hueso, de una anchura y espesor excepcionales, forma una especie de columna ó de contrafuerte en salida. Las canaladuras de la extremidad inferior del radio y las del peroné son profundas. La tibia es platicnémica ó en forma de hoja de sable.

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XLEGE

MAY 2C 1911

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BELIND

8 JUL 1912

DISCURSO

DE

DON RAFAEL TORRES CAMPOS

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