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CAPÍTULO SÉPTIMO.

Mi conducta durante los sucesos de la Granja-Pronóstico á la Reina el 26 de julio de los sucesos que pasaron en agosto, y medios de conjurarlos-Pido pasaporte para salir de España y me lo niega Calatrava-Mi fuga de Madrid-Me refugio en Santander á una fragata inglesa-Mis contestaciones con el gefe político de Santander D. José María Cambronero-Córtes constituyentes-Constitucion de 1837-Razones porque acepté y juré la Constitucion de 1837-Mi nombramiento de Senador por la provincia de Ciudad Real-Variacion del ministerio Thiers y disolucion de la legion de Pau-Abandono de la cuestion española por parte del gobierno francés-Influjo de los sucesos de la Granja en la politica del gobierno francés-El gobierno francés no protegió eficazmente ningun partido político en España-Pide Calatrava la cooperacion estranjera en 27 de diciembre de 1836-Caida del Ministerio Calatrava despues de los sucesos de Aravaca-Ministerio Bardají Campuzano es reemplazado por el Marqués de Espeja― Ministerio del Conde de Ofalia-Sesion famosa del Jamás de Mr. Molé-Mi opinion acerca de la situacion de la monarquía en principios de 1838-Mi salida de Madrid para la Embajada de la Coronacion de la Reina de Inglaterra-Situacion de España en los ocho primeros meses de 1838-Caida del ministerio Ofalia.

Tal como la pinta el autor de la exacta narracion de los sucesos de la Granja en el mes de agosto de 1836, que he transcrito, fué la parte que yo tomé

en aquel episodio fatal de nuestra revolucion, de lo cual di conocimiento á S. M. la Reina Gobernadora en carta de 16 de agosto de 1836, que á continuacion inserto.

A S. M. la Reina Gobernadora el Marqués de Miraflores.

"Señora-Por mas que lo crea poco ó nada importante mi delicadeza y mis protestas ante V. M. exijen la dé noticia de mi existencia y de mi conducta en esta ocasion, hoy célebre, y que lo será mucho mas en los anales de la revolucion.

Desde los primeros momentos fuí llamado por el entonces presidente del Consejo de ministros para hacer parte de los consejos de ministros y de gobierno, en calidad de Presidente del ilustre estamento de Próceres.

Desde luego le pregunté al Sr. Isturiz si le parecia pasase á la Granja al lado de V. M., y dicho Sr. me dijo creia mas conveniente permaneciese en el Consejo: así lo hice, y tengo el gusto de asegurarla que no me queda ningun remordimiento, y que creo llené en aquella crítica y difícil ocasion mi deber con lealtad, valentía y decision, cual se debe á sí mismo un hombre de probidad y honor sin mancilla.

Para poder conservarle intacto, mi línea de conducta no puede ser mas que una, la de separarme enteramente de los negocios públicos: esta será sin duda; pero fuera de ellos reducido á la esfera de simple particular, y en cualquier parte donde me

conduzca la suerte, mi lealtad y mis sentimientos hácia la augusta Persona de V. M., serán tan inalterables como han sido estériles al bien mis sinceros deseos y mis consejos para conseguirlo.

Permita V. M. bese sus R. P. su humilde servidor. Madrid 16 de agosto de 1836."

Hombre de principios fijos é inmutables, llamado á dar opinion en el Consejo en mi calidad de Presidente del estamento de Próceres, pensé que el gobierno debia desplegar un vigor, cuya falta era en mi juicio la causa de la serie de infortunios que desde 1834 iban conduciendo el carro del Estado á un atolladero de que no podria salir. Ni el espíritu de partido, que jamás conocí, ni la cuestion de personas, siempre secundaria, entraron poco ni mucho en mi ánimo al dar y sostener con todo vigor en el Consejo una opinion dirijida á que el triunfo quedase á la ley pero no habiéndose aceptado mis consejos, ni seguido mis opiniones, triunfante la rebelion militar de S. Ildefonso; y en suma, sobrepuestas las pasiones y la revolucion á los principios conservadores y á las leyes, mi partido no pudo ser otro que que tomé. No me sorprendió la revolucion, pues la habia previsto, y habia propuesto los medios mas eficaces de conjurarla. Prueba de ello será mi carta á S. M. la Reina Gobernadora, escrita despues de mi vuelta de la Granja á Madrid, cuando la alarma causada en la residencia Real por el gefe carlista Don Basilio García. He aquí la carta.

el

MADRID 26 DE Julio de 1836.

A S. M. la Reina Gobernadora el Marqués de Miraflores.

"Señora - Apenas llegué ayer á esta, deseoso siempre de ocuparme con todo celo y afan en cuanto pueda contribuir al mejor servicio de V. M. he procurado ponerme en el caso de poderla decir lo que entiendo en mi humilde opinion.

El suceso de la alarma de esa, que no ha dejado de poder producir algun amargo desengaño, produjo aquí en muchos, inclusos algunos célebres alborotadores patriotas, miedo en un principio, y despues pretesto plausible para cometer algun atentado contra hombres tranquilos, fuesen ó no carlistas, causando el gravísimo mal de exasperarlos y obligarlos á ir á buscar asilo y seguridad en las filas del Pretendiente, las que errores tristes han engruesado y engruesan todos los dias, pues si la cuestion primaria, como tuve la honra de decir á V. M. la otra noche, se hubiese conservado en el solo terreno de una cuestion de sucesion, á buen seguro que estaria ya decidida en nuestro favor.

Creo pues, Señora, que para que aquí no se reproduzcan mas escesos, es altamente conveniente la concentracion de fuerzas. Perfectamente decidido ha sido continuar V. M. algunos dias en esa, pues se ha evitado el funesto efecto moral que debia haber producido la precipitada venida; pero pasados estos pocos dias, permítame V. M. que la diga que seria

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