Imágenes de páginas
PDF
EPUB

día en que, haciendo una repentina salida los de la ciudad, penetraron en las líneas enemigas, clavaron cuatro cañones y mataron á muchos franceses, quienes, recobrados de su primera sorpresa, defendieron sus fuertes haciendo retirar á los de la plaza.

En desagravio, Lamotte ordenó dar un asalto general el día 24 por las brechas que había abierto su artillería, defendiéndose los cercados con tanto empeño como fueron atacados. Las relaciones de aquel tiempo citan, como modelos de valor, á los cabos catalanes. Jaime Portoles, José Bacedas, Ponce de Foix, Jaime Gorchs y José Torrell. Sitiados y sitiadores rivalizaron en bravura y arrojo, pero hubieron de retirarse los últimos á su campo sin haber conseguido otra cosa que compartir el lauro de la jornada con sus enemigos 1.

Convencido por fin el mariscal francés de que no era posible entrar en Tarragona, decidióse á levantar el sitio á 14 de Setiembre, por lo cual se alzaron contra él fuertes enojos, sin que le valiera decir que había hecho esto para ir á ocupar los lugares que hay desde Urgel á Cervera á fin de impedir que entrasen víveres en Lérida. La indignación creció de punto cuando se supo que Balaguer, Agramunt y Ager se habían entregado á los castellanos, voluntariamente las dos primeras plazas y la tercera á la fuerza, después de haber opuesto empeñada resistencia su gobernador, D. Felipe de Erill.

Estas pérdidas, la rendición de Lérida, la batalla desgraciada ante sus muros, la caída de Monzón y el abandono del sitio de Tarragona fueron el menguante de la fortuna de Lamotte, contra quien se pronunció airada la opinión pública, haciéndosele á más graves cargos de fraudes y depredaciones sobre los bienes secuestrados y mayormente sobre los del duque de Cardona, con

1 Relación de los sitios de Tarragona, impresa en aquel mismo año.

cuyo solo título no se contentaba. Cataluña creyó necesario enviar una embajada á la regencia de Francia, y fueron elegidos para el desempeño de esta misión el abad Montpalau y D. Francisco Solá. Partieron estos dos embajadores y expusieron: que la flojedad de los que mandaban en nombre de la Francia y su descuido en no impedir con tiempo los planes del enemigo, hacían inútiles los esfuerzos del país; que se cometían excesos en la distribución de las haciendas secuestradas, empleándose sus productos en lo que no se debiera; que se sacaban de sus casas con incierto destino á hombres respetables; que si bien la Francia gastaba el oro de sus arcas y prodigaba la sangre de sus hijos para sostener la guerra, no le iba en zaga Cataluña, pues tenía sus erarios apurados y exhaustos, habiéndose gastado hasta el último sueldo de las fortunas particulares, prodigando asimismo la sangre de sus hijos, que combatían al lado de los franceses y muchas veces solos; que se estaban haciendo levas de naturales una tras otra; que la Francia había ofrecido mucho, pero dado muy poco; que la conducta seguida por sus representantes en el país no era la más conveniente para atraerse simpatías y captarse voluntades; y por fin, que era preciso enviar pronto socorro y quitarle el mando al mariscal Lamotte, no haciéndose lo cual la diputación catalana protestaba buscar otro expediente á sus intereses 1.

La reina regente contestó á los embajadores catalanes que se pondría remedio, y en efecto, fué llamado en seguida Lamotte para que diese cuenta del estado de Cataluña y sus negocios, encargándole confiase el mando á M. de Terrail durante su ausencia. Lamotte salió de Barcelona el 25 de Noviembre.

1 Archivo de la Corona de Aragón: instrucciones dadas á los embajadores y correspondencia de éstos.

Hubo en este año algunos encuentros de menos consideración que los citados, y gracias al gobernador de Cataluña D. José de Margarit, hombre activo, diligente y consagrado en cuerpo y alma á la causa catalana, alcanzó ésta algunas ventajas. Fué entre ellas la más notable la de haberse sostenido Tremp, y con esta plaza toda aquella comarca. Los castellanos habían intentado pasar al marquesado de Pallars y apoderarse de Tremp; pero esta población luchó valiente y se defendió heróica, viéndose obligadas las tropas reales á retirarse por lo crudo de la estación y para no esperar la llegada de los socorros enviados por el gobernador Margarit.

También en este año de 1644 se abrieron en Munster negociaciones para entablar la paz; y como para informar al plenipotenciario de Francia sobre los derechos, usos y leyes de Cataluña, se pidiera á este país un hombre docto y entendido, la diputación eligió al doctor Juan Pedro Fontanella, regente que era entonces de la audiencia de Barcelona, el mismo que el rey Felipe IV había exceptuado del perdón concedido á los demás, el que había sido conceller en cap en tiempo de Pablo Clarís, persona de altos conocimientos, escritor y letrado distinguido y uno de los más firmes y enérgicos defensores que tenía la causa catalana 1.

1 Jaime Tió habla de haber sido enviado Fontanella á Munster, pero equivoca al hijo con el padre. Francisco Fontanella no fué el regente de la audiencia, sino uno de los poetas catalanes de aquel tiempo, panegirista de Pablo Clarís, pues ya en una nota anterior he citado su obra, y entusiasta de la revolución catalana como todos los talentos de la época, aunque figuró menos que su padre Juan Pedro. El Fontanella que partió á Munster no fué, pres, el poeta, como de la lectura de Tió se desprende, sino el letrado.

CAPITULO XXXII.

Llegada del conde de Harcourt, virrey.-Sitio y capitulación de Rosas. -Toma de Mollerusa.-Toma de Camarasa.-Batalla de Llorens.Sitio y capitulación de Balaguer.—Victoria en Flix.—Regresa Harcourt á Barcelona.- Conspiración en favor de Felipe IV.-Castigo de los conspiradores.-Martí en las conferencias de Munster.-Memorial al rey de Francia.-Sitio de Lérida.-Resolución de los leridanos.— Salidas de los sitiados.-Es nombrado de nuevo el marqués de Lega. nés. - Hambre en Lérida.—Batalla dada por el de Leganés.

(1645 y 1646.)

Con el año 1645 volvió á cobrar esperanza y crédito la causa catalana. Sucedió á Lamotte en el cargo de virrey y capitán general, el Sermo. Sr. Enrique de Lorena, conde de Harcourt, que fué después el mariscal de Villeroy, el cual juró á 13 de Marzo en Perpiñán y entró en Barcelona el miércoles 22 del mismo mes, siendo aceptado con grande alegría y haciéndosele un pomposo y fausto recibimiento 1. El de Harcourt, por su carácter y brillantes cualidades, se atrajo bien pronto las simpatías de los catalanes, quienes le vieron empu. ñar con mano firme las riendas del gobierno, correspondiendo el éxito más favorable á las esperanzas que su llegada hizo concebir.

La primera disposición que tomó el conde de Harcourt al pisar Cataluña, fué la de encargar á Du Plessis Praslin que se apoderara de la plaza de Rosas, sostenida hasta entonces contra todos los ataques y tentativas por su gobernador D. Diego Caballero. Du Ples

1 Dietario de la ciudad. Los dietarios y comunicaciones dan al conde de Harcourt tratamiento de Alteza Serenísima.

sis comenzó los preparativos del sitio el 27 de Marzo, y se puso á batir fuertemente la plaza el 19 de Abril, obligando á Caballero á capitular el 28 de Mayo, después de haber resistido un fuerte y empeñado asalto 1.

1 Los pactos y artículos de la capitulación son los siguientes, según consta en nuestro archivo:

«PACTES concedits per lo senyor compte Du Plessis Praslin, llochtinent general del exércit del rey en Catalunya, baix la auctoritat del Serenissim compte de Harcourt, virey y general dels exércits y armadas de sa magestat en los presents principats y comptats, á D. Diego Cavallero, governador de la plassa de Rosas per lo rey Catolich.

>>Als 25 del present mes de maig se feu jugar una mina en lo baluart de San Jordi, que no fonch bastant per donarhi un assalt; fesen jugar una altra als 27 del dit mes, que feu tant gran brecha; que podian entrarhi cincuanta homens de front: consecutivament se doná un assalt general, que fonch rechasat sens poderhi entrar un home sol, y haventhi lo mateix temps una altra mina al baluart de San Joan á punt per jugar, obligá á la capitulació, havent durat lo siti cincuanta nou dies.

»Articles de la rendició de la plassa.

>>Primerament, se li consedeixen cuatre dies per replegar y registrar la gent de guerra, bagatge, equipatge, cavalleria, y totas las demes cosas ques dehuen fer tocant la rendició de la dita plassa per exirne, los quals expirats sera remesa entre las mans del dit senyor Compte ab tota la artelleria, municions de guerra y boca que son dins la dita plassa, sens amagar ni encubrir las quey serán. Y dema 29 de aquest mes lo dit D. Diego Cavallero remetrá la porta de la mar, lo baluart de San Joan, ab la cortina que va del dit baluart á la dita porta, ahont las tropas del rey entraran á lalba, aguardant que ysca la guarnició espanyola.

>>Que totas las tropas, tant de cavallería que infantería, que estan dins la dita plassa, juntament los cabos, ministres y oficials de aquellas, de qualsevol condició y qualitat sian, exiran vidas y joyells salvos, armas y bagatges, la cavalleria montada ab ses armes y cavalls, la trompeta sonant y la infantería tambor batent, mecha encesa per los dos caps, bala en boca, banderas desplegadas, ab quatre pesas de artillería y las municions per tirar cada una vint vegadas, pera que exint de la dita plassa, no sia permes á ningun soldat ni altra persona francesa ó catalana ferlos agravi de paraula ó de obra quant exiran de la plassa en pena de la vida, tant á la exida de aquella, com durant lo viatge y sobre lo cami.

« AnteriorContinuar »