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Entonces los diputados, oidores y concelleres hicieron redactar un manifiesto para demostrar la justicia de su acuerdo, fundada en razones políticas y morales; escribieron juntos al rey aclamado, y participaron al pueblo lo que pasaba, el cual aceptó alegre el nuevo príncipe y gobierno.

Los motivos que alegaban los catalanes eran fundados en el paccionamiento de sus leyes; en el derecho de la soberanía nacional; en el quebrantamiento del juramento por parte del rey, que con este motivo dió por nulo el contrato y pacto bajo los cuales se le había reconocido por monarca. Y prescindiendo de esto, véase cómo se expresó públicamente un orador religioso en aquellas circunstancias:

«El amor grande que los catalanes han tenido á sus príncipes, dice, es público y notorio, y lo es muy particularmente el que han demostrado al católico Felipe IV de Castilla y III de Aragón. ¿Qué no han hecho para servirle á la medida del amor cordial que le han tenido siempre? Hanle mostrado este amor con voluntad, con obras, con consejo, con honra, con hacienda, con personas, con vidas y con defender extremadamenbisbe de Barcelona y assentat al costat del senyor conceller en cap tenint la precedencia se alssá, y estant de peus digué y esplicá al dit consell que sa Exelencia per causa de la indisposició pochs dies habia tinguda, no li era estat posible venir á representar á la present ciutat los inconvenients se consideraven en sustentar la guerra y lo cuant be seria que las materias corrents se mirasen de quin millor modo se porien asentar ab benefici de esta ciutat y provincia, y que ell com á pare spiritual los aconsellaba que dels dos mals en ques trovaba posada esta ciutat, prenguesen lo menor, offerint que si sa Exellencia era bo en alguna cosa lo empleassen que ab molt grant gust y bona voluntat se dispondria á tot allò que li seria ordenat y manar fer. E lo dit consell oides las ditas embaxadas deliberá, que aquesta ciutat y provincia se posás baix la obediencia del dit cristianissim D. Lluis ab los pactes contenguts en la deliberació de Brassos generals., (Dietario del archivo municipal.)

te los privilegios y mercedes que sus serenísimos progenitores les hicieron, en la defensa de los cuales se defendía una de las piedras de mayor valor de su corona real, que es este Principado, llave maestra para abrir todas las demás provincias y reinos de España, ó para cerrarlos. ¿Y qué han merecido por tantos servicios? ¿Qué privilegios nuevos se les han concedido en agradecimiento de haber gastado tantos millares de ducados y tantos millares de vidas? Todo ha sido disfavores, contravenciones, extorsiones, agravios, amenazas y obras de acabarlos, quemarlos y asolarlos. Han clamado por diferentes medios perseverando siempre en su lealtad (en medio de tantas ocasiones de lo contrario) á los oídos de S. M. católica; pero como este gran monarca está siempre tras de la puerta que se halla perpetuamente interpuesta entre el rey y los súbditos para total ruina de unos y otros, no han merecido ser oídos de su real y paternal clemencia; antes bien, desdeñando siempre sus ministros las finezas catalanas, los han dejado como á cosa de poca importancia, y como á gente de sobra. en la monarquía. Estaban con el llamador en la mano clamando para entrar, y representando para esto servicios hechos con liberalidad extraordinaria y voluntad de mayores empleos en servicio y defensa de la real corona, de la cual deseaban ser oídos. Pero en medio de esta constante lealtad y fidelidad perseverante, se les responde còn rigor, con esquivez, con amenazas, determinando y decretando, á la voz de nuestros clamores y á la vista de nuestras lágrimas, la total destrucción de Cataluña y de los catalanes, declarando ser esta provincia rebelde y contraria al rey; y todo esto con tanta ficción y solapadas miras para cogerla más descuidada, que publicaban con la boca y de palabra ser provincia fiel y leal, y venía marchando un poderoso ejército con toda resolución de asolarla como rebelde; de manera que, ha

TOMO XVI

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blando por boca y voz de Jacob, mostraban siempre las manos ásperas y peludas de Esaú: ni palabra mala ni obra buena. Y viéndose Cataluña en tan triste estado, ¿qué había de hacer? ¿Qué podía esperar en la puerta de una casa, desde la cual se le tiraba tan directamente como se podía para acabarla? ¿Qué más podían esperar los padres de esta libre república y afligida provincia, viendo la espada contraria, no sólo desenvainada, sino alta y que descargaba ya con todo rigor los golpes? 1.»

Y hay que añadir á estas palabras, pronunciadas desde el púlpito por un sabio sacerdote, otras mucho más enérgicas y valientes que se leen en una obra impresa en aquellas circunstancias por mandato y orden de los diputados.

«Cataluña ha sufrido veinte años, ha callado veinte años, ha suplicado veinte años, sin hallar remedio ni satisfacción á sus opresiones y rompimientos de privilegios y constituciones. No quedaba otro medio para el alivio sino el de las armas: ha echado mano de ellas. Sin un arrimo grande era dificultoso conservarlas poderosas, y así poco á poco se puso bajo la sombra segura del rey cristianísimo, hasta elegirlo conde de Barcelona, como lo hicieron en otra opresión los catalanes, de las cesáreas majestades de Carlomagno, Ludovico Pío y Carlo Calvo. Entonces estaban opresos los catalanes de los moros, agora de los castellanos, y aunque éstos son de religión buena, por ser católicos, son de costumbres peores por haber hecho en Cataluña más crueldades que los mismos moros. Muchos catalanes vacilaron en la expulsión de los moros, temiendo no fuesen vencidos, y después tratados peor; pero como era causa de Dios, fueron poderosos los catalanes para expeler los moros, quedando los que pelearon gloriosos y ricos para sus generaciones;

1 Sermon predicado en la capilla de San Jorge.

y los que no quisieron pelear por tener propicio al moro, quedaron corridos y llenos de dolor de haber perdido una ocasión tan grande. Agora, oh catalanes, comienza el nuevo estado y la nueva restauración de Cataluña: causa justísima es, declarada por los magistrados, calificada por tantas juntas de teólogos sapientísimos y cristianísimos, aprobada por tal de las naciones que votan sin pasión. Agora se han de ganar ó perder las libertades de los privilegios de Cataluña, que estaban casi perdidos, y con nuestro valor se comienzan á ganar. No hay que dar oídos á cosa en contrario, sino manu ad arma. Agora es la ocasión en que de los catalanes, unos han de aumentar con las armas las glorias de sus antepasados, y otros empezarlas para sus hijos, y unos y otros hacerse gloriosos para los que vendrán; los cuales tendrán por más famosos los que más habrán padecido por su patria; por más nobles los que más habrán servido á la restauración de sus hermanos; por varones de más gloriosa memoria los que, á costa de sus comodidades y hacienda, habrán más campeado en la campaña. La hacienda que se adquiera ó se posee, se acaba; pero el patrimonio de la honra adquirida por la defensa de la patria, nunca tiene fin ni se acaba. El labrador que es prudente no le duelen los granos que echa en la tierra, porque sabe los cobrará multiplicados. El mercader que quiere hacer su casa, arrisca parte de su hacienda, encomendándola á la instabilidad del mar, porque si sucede mal un viaje, en muchos otros se hace rico; y uno y otro tienen atendencia, no á lo presente que tiene, sino á lo que ha de suceder. De la misma suerte, en este caso no se ha de tener en cuenta á los gastos que se hacen, sino al fruto que han de dar á Cataluña, á la libertad y al buen estado que ha de quedar para los hijos, nietos y demás generaciones, los cuales se podrían quejar amargamente de que habiendo los presentes hereda

do de sus pasados una Cataluña libre, señora y privilegiada, les dejasen á ellos una Cataluña esclava, pechada y con estado infame. Ningún catalán que sea de honor ha de querer por la comodidad excluirse de esta ocasión, peleando, persiguiendo y ofendiendo á los enemigos, hasta haber recompensado dellos la debida recompensa; antes se ha de tener cualquier catalán por agraviado, si lo quisieran eximir de la ocasión honrosa que es común y general á Cataluña 1.»

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Secretos públicos, piedra de toque de las intenciones del enemigo y luz de la verdad, obra publicada por mandato y orden de los muy ilustres señores diputados y oidores. Muchos opúsculos y folletos en favor de la causa catalana se imprimieron en aquel año de 1641 y siguientes, mientras duró la guerra que se continuó llamando de los segadores. Entre los más notables que han pasado por mis manos, después de la Proclamación católica y de la Noticia universal de Cataluña, de que se ha dado cuenta, y los Secretos públicos & piedra de toque que se acaba de citar, hay que hacer mención de un libro que ostenta en su portada el largo título siguiente: Folitica del compte de Olivares. Contrapolitica de Catalunya y Barcelona. Contraveri al veri que perdia lo Principat catalá. Veritats breument assenyaladas. Frotecció manifestada del sants auxiliars. Proclamació y noticia ab altres papers y relacions resumidas. Violencias de las armadas tropas castellanas. Prosperitats de las armadas francesas y catalanas. Y tranquilitat que del crisol de tantas persecucions injustas li promet la protecció del rey Cristianissim. Suscribe esta obra como autor el Dr. José Surroca. Se publicó también la Justificació en conciencia de haber pres lo Principat de Catalunya las armas pera resistir als soldats que de present la invadexan y al altres que amenassan invadirla. El Dr. José Font, sacristán de San Pedro de Ripoll, dió á luz un folleto de 60 páginas títulado Catalana justicia contra las castellanas armas. El P. Fr. Francisco Fornés escribió La catalana verdad contra la emulación. Cataluña electora según derecho y justicia. Luis XIII verdaderamente electo en conde de Barcelona. Las leyes godas no derogadas del todo, sino suplidas y mejoradas. El conde de Barcelona con el jus patronatus de las iglesias del Frincipado y sus condados. Queda citada ya varias veces en anteriores notas la obra del Dr. Antonio Ramques, de la Seo de Urgel, Cataluña defendida de sus émulos, ilustrada con sus hechos, fidelidad y servicios á sus reyes. Publicáronse también durante aquel tiempo varias composiciones en verso, en catalán unas y otras en

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