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Recreo ufá de sas Ninfas.
Jau Barcelona, ó no jau,
Que já constantment invicta
Alsada del llarc letargo
Evos immortals respira.

Aquí aplaudirás venzuda,
Aquí clamarás rendida

Lo valor mes alentat,

La constancia mes invicta.

Quen sos brassos, ó en sos cuadros

Gloriosament coronistas,

Lo sinzell de la edat grava,
Lo pinsell del honor pinta.
De Clarís vull dir, aquell
Quen posteritat festiva
Quants lo circundan aplausos
Singlens tans lo inmortalizan.

Aquell feliz Palinuro
Que tingué per sa provincia,
Simple lo cor de Jacob,
Doble lo esperit de Elías.
Aquell que com Eliséo
Posthumo honor profetiza,
Vivent suspengué la mort,
Y allarga difunt las vidas.
Aquell que Moises insigne

Ab la célica milicia

Tants pobles ha libertat
De la esclavitut impía.

Sols vinc pera que obligada

De hazañas tan inauditas
Tu Enveja, tu las celebres

Contra ta furia maligna.

Tu propia has de ser la trompa,

Pus juntament ab la mia,

Cuant evejas sos trofeos

Mes sos merits calificas.

Tu has de aplaudir sas memorias,

Tu has de coronar sas ditjas

Del agram obsidional
Fins á la cínica alsina.

O fausta alabanza, aquella
Que felizment proferida,
Ni en la boca de la Enveja
Pert la memorable estima.

Y axí honrará Barcelona
De son fill la inmortal vida;
Estimará Catalunya,
Sas memorias repetidas.
Aplaudirá lo univers

De son nom glorias invictas,
Proseguiré jo alabanzas,

Y tu olvidarás malicias.

Calla la fama apenas,

Y veu respon tragicament confusa
De Nimfa desdeñada

En sonoras cavernas sepultada,
Eco que per sentir de amor las penas
Á Amant Filautíc durament rendida,
De tals desdenys acusa,

Y ab mes queja que vida,

En peña resta inculta convertida.

Ya romp la Enveja les serpents impuras Cultórs infaustos de la vil morada;

Y á grutas deja letalment obscuras,
Y als ardors de Faetón aspira osada;
Del aire tumultuánt les onas puras
Barca penetra velozment alada,
Ni tem borrascas, ni furors recela,
Ques fama lo pilot, honor la vela.

Tal altiva Athalanta en la carrera
Rápida cursa, corre presurosa.
Tal los cristalls de la espumant ribera
Veloz discorre Galathéa hermosa.

Tal de Iove lisonja romp la esfera

Aguila ab Ganimedes generosa.
Tal es la Enveja ab llaugereza tanta
Aguila, Galathéa, y Athalanta.

Alta vola la Enveja, y tant festiva
Que ab la fama celebra las victorias.
La Fama enveja sa volada altiva,
Pero junt ab la Enveja illustra glorias,
Y cuant de Claris la virtut nativa
Ab cultas cinyen funerals memorias,
La Fama enveja, si la Enveja aclama
Famosa Enveja, y envejosa Fama.

V (Cap. CXVIII).

EDICTO DE FELIPE IV.

«Nos D. Felipe por la gracia de Dios rey de Castilla, Aragón, etc.

«Atendiendo con afecto de padre á los innumerables daños, desdichas y calamidades que han sucedido de algún tiempo á esta parte en el Principado de Cataluña y condados de Rosellón, y Cerdaña, por ocasión de los movimientos, y alteraciones que se han movido, y suscitado; y que las que amenazan son tales, y de tal calidad que amagan exterminio, y destrucción á los estados eclesiásticos, militar y real, y á las universidades, congregaciones, ayuntamientos, y cofradías, y á las personas particulares de dicho Principado, y condados; de que se siguen grandes deservicios á Dios nuestro Señor, y á Nos singularmente, si como se teme de la introducción de gente forastera, se abriese la puerta á novedades, por las cuales se desviasen los naturales en algún tiempo de la pureza que en todas edades gloriosamente han conservado, y con todas sus fuerzas defendido; considerando que estos daños y peligros han procedido de las diligencias, que algunos mal intencionados han hecho, engañando con falsos motivos y

siniestras persuasiones á nuestros súbditos de perfecta, y plena fidelidad, para apartarlos de nuestra obediencia, en la cual con tanta felicidad han vivido, imitando á sus antecesores que constantemente han perseverado en ella por mas de nueve siglos, dando á los príncipes nuestros predecesores en todo tiempo insignes, y notables aumentos, y á las otras naciones ejemplos dignos de imitación; lastimándonos sumamente de tantas desdichas, y deseando que conocida, y entendida la verdad, los naturales y pobladores en dicho Principado, y condados, se aparten de las malas inteligencias que los enemigos de la paz y quietud que es el fundamento del bien y de la comodidad de los pueblos, han persuadido, y vuelvan á la natural y antigua fe que á sus príncipes, y señores naturales con toda pureza han siempre guardado; y podamos honrar, y hacer gracias y mercedes, conservándoles en paz y justicia, como pertenece á la real majestad, la cual debe, como dijo el señor rey D. Pedro nuestro predecesor, estar siempre velando por la utilidad de sus vasallos, y tener pacificada toda la tierra, y á sus súbditos leales, merecedores de franquezas, libertades, é inmunidades, hacerles observar sus privilegios.

Por esto, con este nuestro edicto, carta pública decimos, y notificamos á los estamentos, ó brazos, etc., los cuales siempre después de la muerte del carísimo rey D. Felipe nuestro padre de eterna memoria, y ya antes hemos hecho siempre y hoy hacemos singular estimación de la gran naturaleza, bondad, buena fe, lealtad y servicios de los naturales y poblados en los dichos Principado y condados; y que en todas ocasiones Nos, nos hemos dado por bien servido de sus procedimientos, y que nuestra determinada voluntad ha sido, que les sean observados los usajes de Barcelona, constituciones generales, y libertades, inmunidades, y franquezas, así como les han sido guardados por los señores reyes nuestros progenitores; y que en esta conformidad hemos ordenado, mandado, á nuestros lugartenientes generales, que por tiempo han sido, y á nuestros oficiales mayores, y menores, que con toda puntualidad

las guardasen é hiciesen guardar, disgustándonos mucho cualquier acto hecho contra dichos usajes, constituciones, libertades é inmunidades, ofreciéndonos prontos al reparo y satisfacción de aquellos, según nos pareciere de justicia. » Así mesmo decimos, y notificamos á todos los sobredichos, que apenas hemos tenido noticia de las causas que han tenido los naturales, y poblados en dicho Principado y condados, para desconsolarse y quejarse, hemos deseado tengan todos en general, y en particular, desengaño de aquéllas, procurándolos todo alivio, consuelo y satisfacción; por cuyo efecto hemos remitido diversas órdenes, cartas y papeles á los deputados del Principado y á los conselleres de nuestra ciudad de Barcelona y de otras ciudades y villas, los cuales tenemos noticia han ocultado los mal intencionados, é inquietos, para que llegando á noticia de tan honrados vasallos, no obrasen los efectos que por su fidelidad, y pureza de fe hubieran obrado de que tenemos el justo sentimiento, porque esta ocultación, ha sido la causa de tantos y tales daños, los cuales se hubieran excusado con la noticia de estas órdenes, y cartas: singularmente, si como hemos deseado hubiéramos sabido, que los sucesos de Perpiñán, de Cambrils, y otros de esta calidad han sucedido y se han hecho sin nuestra orden y voluntad, la cual ha sido siempre de conservar y mantener á los naturales, y poblados en Cataluña, y en sus condados, bajo de nuestra obediencia, con blandura, piedad y suavidad: y por cuanto, de la ignorancia de nuestras órdenes, y de esta nuestra voluntad, como queda dicho hayan resultado, los daños que ha padecido la provincia; deseando, que la noticia cierta y segura del amor que les tenemos, y de nuestra voluntad en hacerles muchas gracias, y mercedes, como á padre que desea su mayor bien, los haga diligentes en la reducción que esperamos, apartándose de los caminos que han tomado de su total precipicio, y destrucción de la provincia, hemos determinado mandar hacer y ordenar, el presente edicto, y carta pública, para que llegue á noticia de todos, y con él les exhortamos cuanto más amorosa, y eficazmente podemos, que atendiendo, á

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