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dos obras mas. Fueron estas, segun el mismo autor las nom. bra, el Regimiento de Pilotos (1) y el Regimiento de navegacion (2). Al fin de esta última, que se imprimió en Sevilla en las casas de Simon Carpintero en 1563, dice el autor que tenia setenta años, y es en nuestro concepto el único dato que se ha tenido presente para afirmar que nació por el de 1493.

Estas obras con que se inauguraba en España, y puede decirse que en Europa, la ciencia de la navegacion, pues los trabajos del portugués Francisco Falero, que publicó pocos años ántes, debieron ser de escaso mérito y totalmente oscurecidos al aparecer los de nuestro cosmógrafo sevillano, valieron á este tan aventajada reputacion que Felipe II le confió el cargo de examinador de los pilotos y maestres de la navegacion á las Indias. Tan honroso nombramiento es mas que probable que se le diese á consecuencia de un papel que presentó al rey, y que se conserva en el Depósito hidrográfico, en que representaba el desórden que habia en las cartas é instrumentos de la navegacion, y en el exámen de los pilotos y maestres.

Otras obras además de las anteriormente citadas escri

(1) Es sin disputa la que trae el Sr. Fernandez de Navarrete con este titulo: Regimiento de navegacion en que se contienen las reglas, declaraciones y avisos del libro del Arte de navegar. Fecho por el Maestro Medina, vecino de Sevilla: en 4.0, impreso en Sevilla por Juan Canella, 1552. De cuya obra existen dos ejemplares en la Biblioteca de S. M.

(2) Regimiento de navegacion. Contiene las cosas que los pilotos han de saber para bien navegar; y los remedios y avisos que han de tener para los peligros que navegando pueden suceder. Dirigido á la Real Majestad del rey D. Felipe Nuestro Señor.-Por el M. Pedro de Medina, vecino de Sevilla.

bió Medina sobre la misma materia (1), mereciendo en virtud de sus profundos y bien probados conocimientos en ella, el que se consultase su opinion en diferentes casos y sobre puntos tocantes á aquella facultad. Prueba de ello es el trabajo que se le confió en 1567 en union con Alonso de Santa Cruz, acerca del dictámen dado por ellos mismos un año ántes sobre que las Islas Filipinas estaban comprendidas en el empeño de Carlos V con Portugal, del año 1529, cuya noticia debemos al citado bibliografo Sr. Fernandez Navarrete. Atendida la fecha de esta consulta, hay motivo suficiente para suponer que fué ese el último tra, bajo científico de Medina, si es exacto lo que se dice de ha ber fallecido á la edad de 74 años (2), nel

Al mismo tiempo que nuestro infatigable escritor se engolfaba en sus trabajos matemáticos, dábase con no menos ardor y asiduidad á la ciencia de lo bueno. Acreditanlo sus Diár logos de la verdad, que publicó en Valladolid en 1555, im presos por Francisco Hernandez de Córdoba, y que reimprimieron en Sevilla Sebastian Trujillo en 1563, y en Má, laga Juan René en 1620. El propósito de Medina al escri

(1) Una de estas es la que se conserva en el Depósito hidrográfico con el siguiente título: Suma de Cosmografía. Contiene muchas demostraciones, reglas y avisos de Astrología y Navegacion. Facialo el M. Pedro de Medina, vecino de Sevilla, el que compuso el Arte de navegar, 1561. . 1561.

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(2) A pesar de nuestras diligencias, no hemos logrado haberá las manos documento alguno con que justificar esta fecha. En el libro de Acostamientos de criados de la casa y estados de los duques de Medina Sidonia, de los años 1535 y 36, hay una nota al folio 141 del tomo 4.0, donde se léé que un Pedro de Medina falleció á mediados de febrero de 1535. Pero acaso se refiera al padre del cronista, pues por él mismo sabemos que estuvo al servicio de aquellos señores.

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bir esta obra nos lo descubre él mismo en su epístola al obispo de Palencia D. Pedro Gasea. Dice así: Despues que escrebí el Arte de navegar por donde los mareantes' se rigen en sus navegaciones sin peligro de ignorancia, me paresció debia escrebir otro libro para que los que navegamos por el tempestuoso mar deste mundo, así pasemos por sus calmas y tormentas que lleguemos al puerto seguro de nuestra salvación, porque de allí entremos á morar en la tierra firme donde se vive para siempre""

Abunda efectivamente la obra en la mas pura y mas sana moral, ásí gnómica como cristiana, escondiéndose á la vez bajo las formas de una admirable sencillez, un gran fondo de erudicion, de aquella erudicion sazonada de que tanto se pagaban los buenos escritores de la época, erudicion con qué acertaron á embellecér sus libros y que con tan triste fortuna convirtió en frios pedantes á los escritores del siguiente siglo.:

Recorrió tambien Medina el fértil y vasto campo de la historia, y aunque no para ganar los aplausos y la reputa cion europea que le consiguieron sus trabajos matemáticos, no dejó de cultivar con fruto aquella bella porcion del saber hu manol fod th

No haremos mencion, ni contarémos como suya una Crónica abreviada de España, mandada escribir por la reina Doña Isabel, que segun Nic. Antonio se le atribuye por algunos (1), pues no puede ponerse en duda que es ellverdadero autor Diego de Valera: obra acabada en 1481, es decir doce años antes de nacer Medina, y cuya singular

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(1) Petro etiam Medinæ tributam video: Crónica breve de España por mandado de la reina Doña Isabel, año de MDXLII.

NIC ANT. Bibl, Hisp. Nov.

aceptacion atestiguan las diferentes ediciones que se hicieron de la misma en el transcurso de muy pocos años. Y aun cuando sospechemos que Nic. Antonio aludia en el artículo de Medina, á otra crónica difer nte de la de Diego de Valera, pues dice que se le mandó escribir en 1542, aparece por esta fecha con mucha mas claridad haber en esto una grave inexactitud, no existiendo en aquel año ninguna reina Isabel, pues que habia fallecido tres ántes la esposa de Carlos V, y faltaban dieziseis para que contrajese Felipe II su tercer matrimonio con Isabel de Valois.

El trabajo histórico, fruto indudable de la pluma del Maestro Medina fué su Libro de las Grandezas y cosas me. morables de España, publicado por vez primera en 1543, y reimpreso en Sevilla en 1548 por Dominico Robertis, y en 1566 en Alcalá de Henares por Pedro de Robles y Juan Villanueva.

El elogio mas cumplido que por aquella época se hizo dé esta produccion, fué debido á la pluma de Juan Vaseo, catedrático de la universidad de Salamanca, que estampó en una obra suya cuatro años despues de la segunda edición de las Grandezas, y donde pondera el largo trabajo del autor y la agradable variedad de la materia (1). Acaso las palabras de Vaseo fueron efecto de galantería é hijas de la amistad, que años antes habia tenido con Medina.

Contraria á la opinion de Vaseo fué la de Diego Perez de Mesa, quien como unos veintinueve años despues de la muerte de Medina, publicó su libro de las Grandezas con

(1) Nuper in lucem prodiit opus iustum de Dignitate & rebus præclaris Hispaniæ M. Petri à Medina viri eruditi, & mihi olim Hispali amicitia iuncti, magno, ut apparet, studio elaboratum, & iucunda rerum varietate commendabile.

CHRONICON RERUM MEMORABIlium Hispaniæ. Salmant. 1552.

adiciones y correcciones (1); pues al dar razon de los motivos que le llevaban á publicar aquel libro, estampa en el prólogo estas palabras con que castiga duramente al autor: "Este gusto y particular excelencia de las cosas notables de nuestra España y españoles, me ha movido á aumen→ tar esta Crónica de las Grandezas y cosas notables de ella, el cual compuso el maestro Pedro de Medina, vecino de Sevilla primeramente; porque como tuviese mal lenguaje, y estuviese falla de muchas cosas, fué muy justo romancearla de nuevo, y aumentarla con todo aquello que yo he podido...." Gran sentimiento hubiese causado á Medina, si durante su vida se hubiera impreso este severo juicio que de su obra se hacia en lo concerniente al lenguaje, pues en escribir con correccion y gusto ponia todo su cuidado, como es lícito inferirlo de estas palabras que estampó en el prólogo de los Grandezas (ed. 1566) dirigiéndose al rey Felipe II. "Quisiera yo, muy esclarecido señor, que así como los autores griegos y latinos, cualquier cosa que escribian, la adornaban y engrandecian con elegancia y hermosura de razones, para que las otras gentes holgasen de lo saber y leer, que así esta obra fuera tan adornada y en tal estilo puesta, cual convenia para osar parecer ante su real acatamiento."

Parece asimismo que preveia el autor de las Grandezas que algun rígido censor habia de castigarle por lo que ha

(1) Es sumamente rara esta obra, de la cual existe un ejemplar en la Biblioteca de S. M. Hé aquí su título: Primera y segunda parte de las Grandezas y cosas notables de España, compuesta primeramente por el maestro Pedro de Medina, vecino de Sevilla, y agora nuevamente corregida y muy ampliada por Diego Perez de Mesa, catedrático de matemáticas en la universidad de Alcalá.

Alcalá de Henares, en casa de Juan Gracian. Año 1595.

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