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que murió de poca edad. Esto fué año del nacimiento del Señor de mill y docientos y ochenta y ocho años, habiendo pasado seis años que D. María Alonso era casada y de edad de veinte y un años, en los cuales seis años parió dos hijos y tres hijas; y nunca mas parió, aunque murió de mucha edad; pero fué la causa lo que adelante se dirá.

CAPÍTULO XII.

Como Don Alonso Perez de Guzman pidió licencia al rey Abenyuçaf para enviar á visitar á sus hijos y parientes, y de la gran riqueza que envuelta en higos envió; y de la muerte del dicho rey.

Dos años habia que Don Alonso Perez de Guzman habia enviado á su mujer á España, y teniendo gran deseo de saber nuevas della y de sus hijos, dijo al rey Abenyuçaf que le pedia por merced, que porque él queria enviar á sa ber de sus hijos y parientes á España, diese licencia á Alonso Hernandez Cebollilla, para que los fuese á visitar de su parte. Y el rey la dió diciendo, que enviase algo á sus niños, de las cosas de Africa; y Don Alonso Perez de Guzman dijo, que les queria enviar algunos higos, que en Africa los hay muy buenos. Y sacó licencia para ello, porque era costumbre en aquel tiempo, que ninguna cosa se sacase de Africa sin licencia del rey, de lo que viniese á España. Y él por su mano, ayudándole Alonso Hernandez su fiel servidor, metieron gran cantidad de doblas y joyas que habia habido en aquella tierra, entre los higos, y pusieron por encima alguna cantidad dellos, porque si alguno me

tiese la mano, que topase con higos y no con las doblas. Y envió con Alonso Hernandez este dinero con sus cartas á su mujer, para que prosiguiese en las compras que hacia; y diciéndole que no tuviese pena, porque él le daba la palabra que antes de un año seria con ella. Y Alonso Hernandez, pasando el estrecho, vino á Sevilla, donde de D. María Alonso fué muy bien recebido por saber nuevas de D. Alonso Perez de Guzman, á quien ella amaba sobre todas las cosas desta vida, como las buenas mujeres son obligadas de querer á sus maridos. Y holgóse con las nuevas riquezas que le envió. Y compró entónce Da María Alonso Coronel las villas de Güelva y la Redondela:

Estando Alonso Hernandez en Sevilla, adoleció y fué Dios servido de lo llevar, en lo cual perdieron D. Alonso Perez y su mujer un muy buen consejero y leal servidor, y sus criados dieron vuelta á D. Alonso Perez con la respuesta, el cual sobre toda medida sintió la muerte de Alonso Hernandez su buen criado..

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En este tiempo Don Alonso Perez y sus cristianos tenian gran trabajo en defenderse de las malicias de los moros, qué contra ellos por todas vias intentaban y procuraban de los echar de Africa, y aun del mundo si pudieran y osaran, especialmente el infante Aben-Jacob, hijo del rey Abenyuçaf y Amir su primo. Però Don Alonso Perez de Guzman y los cristianos, con el favor del rey, pasaban su vida como mejor podian. Dende à poco tiempo dió al rey Abenyuçaf una enfermedad de que murió, y con su muerte llevó el sosiego y siguro de los cristianos que estaban en su reino, y les dejó la enemistad clara y descubierta que les tenia su hijo Aben-Jacob, el cual heredó sus reinos de Marruecos, Fez, Sojulmenza y el Algarbe, que fué el segundo rey del linaje de los Marines. Don Alonso Perez, no

tenia con él aquella cabida que tenia con su padre; ántes su contrario Amir primo del rey, era el que gobernaba el

reino.

CAPÍTULO XIII.

Del gran trabajo que D. Alonso Perez de Guzman pasaba con el rey Aben-Jacob; y como mató una sierpe que cerca de Fez andaba.

Como D Alonso Perez de Guzman era tan bien quisto y querido del rey Abenyuçaf, como de suso se ha dicho, el infante Aben-Jacob hijo del dicho rey y un primo suyo llamado el infante Amir, tenian desto gran envidia. Y como el dicho Aben-Jacob tomó el reino, D. Alonso Perez de Guzman padecia gran trabajó con el dicho rey y con su primo; porque procuraban de le perseguir, y poner en obra la mala voluntad pasada. Y asimismo lo pasaban mal los cristianos que D. Alonso Perez tenia debajo su mano.

Pues en este tiempo vino nueva á la cibdad de Fez, como una sierpe que muchos años habia que estaba en una selva apartada de Fez, manteniéndose de bestias salvajes, habiéndolas acabado ó huido á otras partes, la sierpe buscando de comer habia salido de la selva y venido á un camino donde salia á los hombres caminantes, y los despedazaba y hartaba su hambre en los ganados que por allí habia. Esto puso gran temor en aquella cibdad. Esta sierpe tenia unas conchas ó escamas mas duras que acero, por donde parecia poderla matar ser imposible. Tenia alas con que se ayudaba á dar grandes saltos y correr medio volando, y así era mas lijera que un caballo. Por toda la cib

dad de Fez y su comarca no se trataba de otra cosa sino de la sierpe, y del temor que todos della tenian, que no osaban andar por los caminos. Un dia hablando Amir con el rey Aben-Jacob, le dijo así: "¿Para qué quereis estos cristianos? No han de ser mas de para darles de comer. ¿Por qué no se juntan y van á matar aquella sierpe? Y este Alfonso no se ha de estender su bra veza mas de á derramar sangre de moros, ¿por qué no le mandais que la vaya á matar? y sino muera él: que poco bien nos hace su vida." Cuando el infante Amir esto dijo, hallóse allí un paje de D. Alonso Perez, que se llamaba Gonzalo García de Gallegos, que su señor lo habia enviado á saber lo que se platicaba; porque era hombre bien entendido. El cual, cómo oyó decir esto al moro Amir, y tratar de la muerte de su señor, no pudo sufrirse sin responder, diciendo: "No se atreve toda la gente de la cibdad de Fez á matar la sierpe, y quereis que vaya mi señor á matarla. Id vos con él, é yo acabaré con mi señor, que por veros allá vaya y la mate.” Amir enojóse y quiso herir al paje; mas el rey le mandó que no le tocase: que no hacia mal en volver por la honra de su señor.

De todo esto fué informado D. Alonso Perez de Guzman, y como caballero cuerdo, considerando que todos los tiempos no son unos, lo disimuló lo mejor que pudo, y no salió de su posada aquella semana, diciendo que estaba mal dispuesto. Y en tanto pensó que con bondad y buenos hechos debia vencer la malicia de los moros, y determinóse de ir á matar aquella sierpe teniendo esperanza en Dios, á quien él de todo su corazon amaba y siempre se encomendaba, y que le daria victoria en aquella empresa, como se la habia dado en todas las que habia emprendido. Y confesándose con un clérigo, mandó en su casa que dijesen

que estaba enfermo. Armóse de todas armas, y sobre todo de las armas de la fé de ánimo y esfuerzo en la confianza de nuestro Señor Dios que le ayudaria. Salió muy de mañana de su posada, y llevando consigo un criado suyo, que llamaban Gonzalo Sanchez, hombre de buen esfuerzo; pero no quiso que llevase armas, porque no tuviese ocasion de le ayudar, fuese para aquella parte donde decian que andaba la sierpe. Y sucedió que vido venir dos hombres de pié huyendo, que le dijeron: "Señor, volved, que muy cerca de aquí está la sierpe en un llano peleando con un leon." Don Alonso Perez de Guzman les rogó que volviesen con él y le enseñasen donde la sierpe estaba. Ellos lo hicieron, aunque por fuerza, con el temor que tenian. Cuando D. Alonso Perez de Guzman llegó, halló peleando el leon con la sierpe, y el leon entraba y salia muchas veces en la sierpe y con su lijereza se apartaba della, aunque andaba herido.

Como esto vió D. Alonso Perez de Guzman, parecióle que Dios le habia traido á muy próspera sazon, por tener por compañero al leon, y diciendo: "O Dios y Señor, á tí me encomiendo, Santiago, Santiago" con gran denuedo y ánimo arremetió á la sierpe con su lanza. La sierpe como le vido venir abrió la boca, y D. Alonso Perez que la iba á herir con la lanza, como le vido la boca abierta, le metió la lanza por ella, con la cual le rompió las entrañas. El leon viendo el ayuda que tenia, arremetió á la sierpe y dióle tan fuerte encuentro, que como ella estaba herida de muerte, la derribó, y así con la mortal herida se estendió y murió. Entónces D. Alonso Perez llamó á los hombres para que viesen la sierpe muerta, llamó al leon y llególo á sí, el cual con la cola halagando, se vino para D. Alonso Perez de Guzman y le acompañó. Don Alonso Perez dió muchas gra

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