Imágenes de páginas
PDF
EPUB

SECCION IX.

LA CIUDAD DE MARACAIBO.

á

La ciudad principal de la provincia es Maracaibo, á 10° 30' de latitud septentrional, y 71° 46′ de latitud occidental, al oeste del estrecho que conduce al lago, á cosa de 6 leguas del mar, en un terreno arenoso, y en un clima seco y calido.

Su clima es aun mas caliente, porque el viento alli es demasiado suave, y nada regular; el terreno no estando regado por ninguna corriente, y la lluvia no siendo freqüente. Los calores son excesivos, particularmente desde el mes de Marzo hasta el mes de Octubre; pero los meses de Agosto y de Julio son insoportables. El aire que uno respira en aquel tiempo dirian que salia de un horno. Los vientos mercantes soplan aqui desde principios de Marzo hasta Junio 6 Julio. Los meses de Agosto y Septiembre son serenos, amenos que el viento del sud interrumpa su calma, el que llaman en el pays, á causa de su malignidad, el destruidor. Se observa, que cuando los vientos son moderados el año es lluvioso, y quando violentos entonces son secos. Maracaibo está sugeta á tempestades. El trueno rompe la nube con una explosion terrifica, y el rayo á veces cae y

consume casas, navios, y todo lo que encuentra. Sin embargo no experimentan aquellos huracanes que cada año parece que van á acabar con las Antillas. Por muy terrificas, y muy destructivas que sean estas tempestades, uno se halla reducido alli á desearlas, porque quando faltan se hallan remplazadas por temblores de tierra, que son aun mas terribles. Los diluvios de agua que estas tempestades producen, son tan excesivos, que forman un torrente que atraviesa la ciudad de Maracaibo con una rapidez inconcevible, llebandose arboles, y causando, en proporcion de su creciente, desolacion en las casas, y en todo lo que halla por delante. Dichosamente que estas especies de desastres no son nunca de larga duracion.

La parte principal de la ciudad está á la orilla de un pequeño golfo, tiene una legua de largo, que se extiende hácia la parte ancha del sud del lago la otra parte está construida sobre una lengueta al norte, donde el lago no tiene mas que tres leguas de ancho. El lugar donde empieza la ciudad se llama Punta de Maracaibo; aquel en el que el golfo comienza, Punta de Arieta; y enfrente está Punta de St Lucia.

En Maracaibo hay muchas casas hechas de cal y arena, y con mucho gusto; pero qualesquiera que sean las medidas del Gobierno, apesar de lo abundante que es la madera para construir, apesar de lo barato de las tejas, apesar de la freqüencia de las conflagraciones, que

amenudo consumen calles enteras, mas de las dos terceras partes de los habitantes se obstinan constantemente en creer, que las casas con tejas son destructivas para los que las habitan, y continuan en la costumbre de cubrir aun las mejores casas con una especie de caña, que nace á las orillas del lago, que los Españoles llaman enea. Esta mezcla de casas cubiertas con tejas y con cañas, dá á la ciudad la apariencia de una aldea, desagrada á la vista, y ofrece á las llamas alimento, lo que tiene á la ciudad en constante peligro. Hay algunos que dan aun una mayor latitud á esta idea, y con medios suficientes para construir casas capaces de adornar la ciudad, las construyen enteramente de cañas, paxa, &c. De esta ultima especie hay aun mas que de las que habemos hablado. Maracaibo contiene una parroquia, una capilla, y un convento de Franciscanos.

Como no hay ni fuentes, ni pozos, ni rios, la gente tiene que beber el agua del lago, que en quanto al gusto no es agradable, pero de ningun modo mala en calidad, excepto durante los vientos fuertes de los meses de Marzo y Abril. Estos hacen subir el agua del mar contra la corriente, y vuelven la del lago tan negra que no se puede beber. La gente pobre no puede en este caso apagar su sed mas que con el agua que juntan cabando en la tierra; pero esta sabe mal, y no es nada sana. Los ricos evitan este

inconveniente teniendo cisternas en sus casas,

en las que recogen el agua de la lluvia. Los que no son tan ricos tienen tenajas para ese objeto,

En 1807 la poblacion de Maracaibo era de 25,000 almas.

;

Aqui los nobles son los que se paran de descender de los primeros conquistadores de la provincia, ó de algun governador, ó juez casado en el pays, ó de qualesquiera otro oficial; pues el empleo que el rey daba á qualesquiera individuo, era antiguamente en las Americas Españolas una carta de executoria. Se cuentan mas de 30 de estas familias. Hay muy pocas de estas casas primitivas que gozen ahora de una suficiente mediocridad. En casi todas ellas experimentan tanta miseria, que la idea de su ilustre origen es de lo unico que se alimentan pues aquellos Españoles una vez reducidos á la indigencia, se quedan siempre en ella. La vergüenza del trabaxo, y el amor de la pereza, les hacen batallar como heroes contra la necesidad. Los blancos, que no son nobles, son Europeos ó Creollos. Esta es la clase que vive mas comodamente, porque es la unica que trabaxa, aplicandose á la agricultura, á la navegacion, al comercio, á la pesca, &c. El numero de Negros en Maracaibo no excede 5000; exercen toda especie de oficio,-son ensambladores, sastres, zapateros, carpinteros, arbañiles, y cerrageros. Los naturales de la ciudad de

Maracaibo tienen la reputacion, en las colonias Españolas, de ser muy chistosos.

Los Jesuitas tenian aqui un colegio, que produxó algunos hombres sabios, y se hizó la ciudad literaria del Sud de America; pero con la caida de aquella orden, los establecimientos para la instruccion publica, en esta provincia, cayeron tambien.

Apesar de la falta de recursos para la educacion en Maracaibo, Depons dice, que alli se ven jovenes tan favorecidos por la naturaleza, que la mas ligera instruccion elementaria desenvuelve de una vez todas las facultades, las que en Europa no se manifiestan hasta despues de un estudio muy largo, y el cuidado de los mejores maestros. Lo que da mas singularidad á este fenomeno es, que este exceso de ingenio natural es amenudo perjudicial á la paz de las familias de Maracaibo; pues basta para muchos de estos jovenes el saber la conjugacion de los verbos y su construccion, para hallarse en estado de escribir piezas, cuya sutileza le pareceria mejor á un bribon de abogado que las producciones de aquel que funda sus razones en los principios de las leyes civiles. Causas que no debian haber sido jamas instituidas, ó que los tribunales hubieren muy pronto juzgado, se hacen interminables y ruinosas por los sofismas en que estos escribientes las embuelven. Este mal tan prevaleciente en Maracaibo, no es de ningun modo desconocido en los otros terri

« AnteriorContinuar »