parte de las especies se le figuraron pertenecer á la region montañosa y templada de los tropi

COS.

No es de la Virginia, ni del Sud de America, como erroneamente lo afirman en varias obras sobre la botanica y la agricultura, que la Europa recibio las primeras simientes de tabaco, hácia el año de 1559, pero de Mexico de la provincia de Yucatan. El hombre que ha alabado mas la fecundidad de las orillas del Orinoco, el celebre Raleigh, contribuyó tambien mucho en introducir la costumbre de fumar entre las naciones del norte. A fines del siglo diez y seis se oian ya en Inglaterra quexas amargas sobre "esta imitacion de las costumbres de un pueblo salvage." Se temia que por la practica de fumar tabaco, Anglorum corpora in barbarorum naturam degenerent.

Quando los Otomakes del Uruana se han emborrachado con el niopo ó con los licores fermentados, lo que dura varios dias, se matan los unos á los otros, sin combatir ostensiblemente. Los mas vengativos de entre ellos envenenan la uña de su dedo pulgar con curare; y segun el testimonio de los misioneros, la mera impresion de esta una envenenada puede ser mortal, si el curare es activo y se mezcla inmediatamente con la masa de la sangre. Quando los Indios, despues de una riña por la noche, cometen un asesinato, arrojan el cuerpo muerto al rio, por temor de que se observe alguna

manifestacion de la violencia exercida sobre él. "Todas las veces," dice el Padre Bueno,

que veo á las mugeres ir en busca de agua á un parage del rio que no suelen freqüentar, sospecho que algun asesinato ha ocurrido en mi Mision."

SECCION XVII.

DE LOS MATRIMONIOS.

EL matrimonio es una institucion que se halla entre los Indios. Sin embargo, entre ellos ninguna conexîon tiene con la religion; como no implica nada que tenga ninguna relacion con la Divinidad. Entre ellos no hay ninguna ley que prohiba el matrimonio entre parientes cercanos; y sin embargo no parece que haya ninguna sancion incestuosa por el nombre de matrimonio.

En esta transaccion, el padre no tiene ningun poder sobre la voluntad del hijo; pero le tiene absoluto sobre su hija. Esta tiene que dar ciegamente su mano al esposo, ó antes al amo, ál que su padre le destina. En lugar de dar un dote con su hija, recibe uno de su yerno, el que le paga ya sea en trabaxo, en pescado, en caza, ó en qualesquiera otro articulo.

Toda la ceremonia del matrimonio consiste en baylar y beber con exceso. Entre los Indios de Tierra Firme, los parientes, vecinos, y amigos de los contrayentes, se reunen. Los hombres que concurren llevan la paja y leña suficiente para construir la choza que los nuevamente casados deben habitar; las mugeres presentan á la novia pescado, fruta, pan, y licor suficiente para la celebracion del matrimonio; los hombres cantan un epithalamium al novio, y las mugeres á la novia; baylan y cantan hasta el anochecer: asi que la obscuridad remplaza á la luz del dia, presentan la novia al novio, y la ceremonia queda concluida. Los piaches ó curas no tienen ningun derecho á las primicias de la primera novia, que es sin embargo muger legitima: las otras que se casan despues no son mas que adoptivas ó supernumerarias; y en estas los curas reclaman las primicias. Los hombres de distincion entre ellos son muy delicados con respecto á sus primeras alianzas. Para poder merecer la mano de un gefe, la muger tiene que descender de una familia distinguida por sus hazañas militares, ó alguna accion heroica de sus antecesores.

A las orillas del Orinoco, esta especie de ceremonia es poco mas o menos la misma. La unica diferencia exîste en la especie de epithalamio que algunas de las mas viejas cantan á la novia. ¡Ha! hija mia," dice una de ellas, "¡que tormentos te estás preparando !

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Si los hubieres previsto, no te hubieras casado.' "¡ Ha!" dice otra, "¿ hubieras tu podido creer, que en el estado conyugal no pasarias un solo instante sin derramar gotas de sangre por tus ojos ?" Los dolores del parto," dice otra,

no son nada en comparacion á los que tu marido te hara sufrir: él será tu tirano; y tu su victima." Estas predicciones no salen sino demasiado ciertas; pues ademas de lo que las mugeres sufren entre los salvages en general, las del Orinoco sufren un tratamiento sin paralelo en las otras partes. El dia de su boda no es el ultimo que una muger del Orinoco tiene que lamentarse del perfido destino de su sexô. Todos los trabaxos domesticos sin excepcion la pertenecen. Las labores del campo y de la cosecha tienen que ser efectuados por sus manos. Ni los dolores del embarazo, ni el deber de dar de mamar á la criatura, la exîmen de ninguna porcion de las penosas tareas impuestas por el matrimonio. Se ve expuesta á un sol devorador, á los torrentes que se despiden de los cielos, y mezcla su sangre con su sudor, mientras que su salvage de marido, reclinado sin cuidados en su hamaca, fuma su cigarro, y se regala copiosamente con licores fuertes, sin dirigir ni una sola palabra á su desgraciada muger medio muerta de cansancio. Esta infeliz criatura no solamente se halla excluida de la comida que ella misma prepara, pero tiene que estar silenciosa y de pie hastą

que su opresor ha acabado de comer para nutrirse de los fragmentos. ¡Que abuso tan infame del derecho del mas fuerte!

Los Otomakes son los unicos Indios que permiten á sus mugeres participar en sus diversiones publicas; pero aunque en este particular son algo mas indulgentes, en lo que toca á las tareas domesticas, las ponen baxo el mismo pie que el resto de sus paysanas.

Tambien son los unicos Indios que no han adoptado la poligamia. Entre ellos cada marido no puede tener mas que una muger; y lo que es mas extraordinario, á los jovenes los casan con viejas, y á los viejos con muchachas ; pues, segun ellos, los negocios caseros se conducen mejor, quando la inexperiencia de la juventud está baxo la direccion de la prudencia de la edad.

Todos los demas Indios toman quantas mugeres se les antoja; y su numero no tiende de ningun modo á mitigar la opresion de su situacion abyecta parece que el unico objeto de su vida sea el mantener á su marido comun en un estado de ociosidad y de embriaguez. Los gefes tienen mas mugeres; y entre algunas naciones son los unicos á quienes se les permite mas de una.

En todas las Misiones, en las que los Indios no quieren ser bautizados, y que no son mas que agregados á la comunidad, viven en un estado de poligamia. El numero de mugeres es