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segun las diferentes tribus: es mas considerable entre los Caribes, y entre las naciones que han conservado la costumbre de llevarse las muchachas de las tribus vecinas. ¿Como seria posible hablar de dicha domestica en una asociacion tan desigual? Las mugeres viven en una especie de esclavitud, como en la mayor parte de las naciones que estan en un estado de barbarie. Los maridos gozando de un poder absoluto, ninguna quexa se oye contra ellos en su presencia. Una tranquilidad aparente reyna en la casa; las mugeres parecen deseosas de anticipar los deseos de un dueño imperioso y severo; y cuidan sin distincion de sus hijos y de las de sus rivales. Los misioneros aseguran, lo que se puede facilmente creer, que esta paz domestica, efecto de un temor comun, se halla muy singularmente perturbada quando el marido está ausente por mucho tiempo. La muger que contraxo los primeros nudos, apellida á las otras concubinas y criadas. Las riñas duran hasta la vuelta del amo, que sabe como debe calmar sus pasiones por el sonido de su voz, ó por un gesto tan solo, y si lo juzga conveniente, por medios algo mas violentos. El lenguage de los Tamanakes sanciona cierta desigualdad en los derechos de la muger. El marido llama la segunda y tercera muger las compañeras de la primera, y la primera trata á estas compañeras como rivales ó enemigas (ipucjatoje), que es menos cortes, aunque mas cierto y expresivo.

Como todo el peso de la labor recae sobre estas infelices, no nos debemos sorprender si en algunas naciones su numero es tan corto. Donde esto sucede, se forma una especie de poliandria, que se halla mas particularmente en Thibet, y en las altas montañas en la extremidad de la peninsula Indiana. Entre los Avanos y Maypures, los hermanos no tienen á veces mas que una misma muger. Quando un Indio que vive en poligamia se hace Cristiano, los misioneros le obligan á escoger entre sus mugeres la que mas le gusta, y á repudiar las otras. El momento de la separacion es el mas critico. El nuevo convertido halla en las mugeres que tiene que abandonar, las qualidades las mas preciosas. La una sabe cuidar del jardin perfectamente; la otra preparar el chiza, un licor embriagante extraido de la raiz del casaba; todas se le figuran igualmente necesarias. Algunas veces el deseo de guardar sus mugeres es mas fuerte que el de hacerse Cristiano; pero mas freqüentemente el marido fiere que la eleccion sea hecha por el misionero, como una fatalidad inevitable.

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Uno no esperaria que los hombres que entretienen un desprecio soberano por las mugeres, diesen mucho valor á su fidelidad, si la maxîma general con respecto al amor fuese cierta, á saber, que los zelos son una indicacion de un amor ardiente. Entre las Indias, sin embargo, el mismo hombre que no descubre ningun

encanto en sus personas, las castiga por su parcialidad momentanea por otro. Entre los Caribes, los dos delinqüentes sufrian muerte por el pueblo; pero entre la mayor parte de las otras naciones, el marido ofendido retalia sobre la muger del delinqüente, y la venganza no es nada inferior á la ofensa.

Tambien hay algunas naciones en donde los maridos cambian sus mugeres por un tiempo limitado, á cuya expiracion las vuelven á tomar, sin que ninguna dificultad ocurra entre las partes contrayentes.

Las costumbres de los Indios indican suficientemente que especie de educacion los padres dan á sus hijos.

Al ver las caricias que les hacen quando son pequeños, uno creria que no desconocian el afecto paterno, y que sabian quales eran los deberes que les son impuestos; pero estas demostraciones no tienen otro origen sino el temor de que mueran en la infancia. Asi que son bastante fuertes para ganar su subsistencia, todo lo que tienen que aguardar de sus padres es un exemplo de ociosidad, embriaguez, mentira, y perfidia. Los muchachos por lo comun dexan la casa de sus padres á la edad de doce años, y no vuelven á ella hasta que tienen diez y ocho.

En ninguna parte del mundo los hijos son tan desnaturalizados como entre los Indios. Lexos de amar y venerar el autor de sus dias,

tienen por él un odio mortal. A veces aguardan con impaciencia el momento que su propia fuerza, y la debilidad de su padre, les permitan levantar una mano delinqüente; ¡y tales atrocidades se permiten impunemente !

Este odio de los muchachos no se extiende á su madre. Testigos de sus males, y compañeros de su vida miserable hasta que llegan á la edad viril, alimentan un sentimiento de compasion, que el tiempo madura en terneza.

SECCION XVIII.

DEL VESTIDO.

NINGUN adorno le parece al Indio mas hermoso, que el tener todo su cuerpo pintado de roxo. Aceite y achote son los ingredientes que componen la pintura, y todos se le aplican con su misma mano, ó con la de otro. Hasta los niños de teta tienen que pasar baxo esta operacion dos veces al dia. Ningun Indio cree que está en cueros quando está pintado. Seria necesario mucho tiempo para persuadirle, que es mas decente vestirse que pintarse. Quando algunos extrangeros de la raza Indiana se hospedan con una familia, la hospitalidad exîge que las mugeres laven la pintura que se ha

emporcado con lodo ó polvo, y que les den una

mano nueva.

Como el color roxo es de cierto modo el vestido de los Indios, se distingue entre ellos dos especies, segun son mas ó menos ricos. La decoracion comun de los Caribes, Otomakes, y Jaruros, es el onoto, que los Españoles llaman achote, y los colonos de Cayana rocou. Es la materia extractada del pulpo de la bixa orellana. Las Indias preparan el onoto, hechando las simientes de la planta en un barreñon de agua. Calientan esta agua durante una hora, y despues la dexan quieta para que deposite la fecula colorante, que es un color roxo intenso de ladrillo. Despues de haber quitado el agua, recogen la fecula, la secan entre sus manos, la amasan con la manteca de huevos de tortuga, y la forman en unas pastillas redondas de tres ó quatro onzas de peso. Quando falta el aceite de tortugas, algunas naciones mezclan la manteca de cocodrilo con el onoto.

Otro unto de mas valor se extrae de una planta de la familia del bignonix, que M. Bonpland ha dado á conocer por el nombre bignonia chica. Los Tamanakes le llaman craviri; los Maypures, chirraviri. Sube y cuelga de los arboles mas altos, por la ayuda de vastagos. Sus flores turgentes tienen una pulgada de largo, de un color morado muy hermoso, y dispuestas de dos en dos, y de tres en tres.

Las

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