en nuestros dias executan los naturales de la Luisiana, y de la Florida. De este modo tambien los Maypures pintaban amenudo, delante de Humboldt, los mismos diseños que habia observado en la caberna de Ataruipe, en los vasos que contenian huesos humanos. Son grecos, meandrites, y figuras de cocodrilos, de monos, y de un quadrupedo muy grande que era imposible reconocer, aunque tiene la misma forma chata-quiza quisieron los Indios del Orinoco designar la figura del tapir, y la deforme representacion de un animal del pays se ha hecho gradualmente una de las señales primitivas que han sido conservadas. La imperfeccion y la ventura á veces producen formas, sobre cuyo origen discutimos seriamente, porque creemos que han nacido de una combinacion de ideas, y de una imitacion estudiada.

Lo que los Maypures executan con mas habilidad son grecas, en lineas rectas combinadas diversamente, semejantes á las que hallamos en los vasos de Magna Grecia, en los edificios Mexicanos de Mitla, y en las obras de tantas naciones, que sin tener ninguna comunicacion entre ellas, hallan un placer vivo en la repeticion simetrica de las mismas formas. Arabescos, meandrites, y grecas, gustan á la vista, porque los elementos de que sus series se componen, van en orden rythmico. El ojo halla en este orden, en la vuelta periodica de las

mismas formas, lo que el oido distingue en la sucesion cadenciada de sonidos y acordes.

Los naturales de Maypures, entre los quales las mugeres principalmente fabrican la alfareria, purifican el barro lavandolo muy amenudo, lo forman en cilindros, y moldean los vasos grandes con la mano. El Indio Americano no conoce la rueda del ollero, que era muy familiar á las naciones del Oriente en la antigüedad mas remota. No nos sorprendemos de que los misioneros no hayan introducido una maquina tan simple y util entre los habitantes del Orinoco, quando reflexionamos que tres siglos no han bastado para hacersela conocer á los Indios de la peninsula de Araya, enfrente del puerto de Cumana. Los colores que usan los Maypures son oxîdos de hierro y manganesa, y particularmente ocres amarillos y roxos, que se hallan en la piedra-arena. Algunas veces emplean las feculæ de la bignonia chica, despues que la alfareria ha estado expuesta á un fuego pequeño. Este pintado lo cubren despues con un varniz de algarobo, que es la resina transparente del hymenæa courbaril. Las vasijas grandes en las que conservan el chiza se llaman ciamucu, las mas pequeñas tienen el de mucra, de cuya palabra los Españoles de la costa han formado las de murcura. No son tan solo los Maypures, pero tambien los Guaypunabis, los Caribes, los Otomakes, y aun los Guamos, los que son conocidos en el Orinoco

por la fabricacion de las vasijas de barro pintadas, que antiguamente se extendia hacia las orillas del Marañon. Orellana se admiró al ver los adornos pintados en los vasos de barro de los Omaguas, que eran en su tiempo una nacion numerosa y comerciante.

Las alfarerias de Maniquarez, tambien celebres desde los tiempos mas remotos, forman un ramo de industria que está exclusivamente entre las manos de las Indias. La fabricacion es la misma que la que se usaba antes de la conquista. Los sitios de donde sacan el barro estan á media legua al este de Maniquarez. Este barro está formado de la descomposicion natural de una pizarra de mica, enroxecida con el oxido de hierro. Las mugeres Indianas prefieren la parte que mas abunda en mica; y moldean con mucha habilidad vasijas de dos ó tres pies en diametro, dandolas una curba muy regular. Como el uso de hornos les es desconocido, ponen al rededor de las ollas ramas del desmanthus, del casia, y del caparis; y las cuezen á campo raso. Al este del sitio que produce el barro, está la quebrada de la Mina. Aseguran que poco tiempo despues de la conquista, unos Venecianos sacaron oro de la pizarra de mica. Parece que este metal no estaba reunido en venas de quartz, pero estaba esparcido por la peña, como lo está á veces en el granito y en el gneiss.

SECCION XXI.

DE LA RELIGION.

EN Mexico y en el Peru, el gobierno estaba soportado por una especie de persuasion religiosa, cuyas practicas, aunque barbaras, prueban á lo menos que estaban fundadas sobre principios adoptados por toda la nacion. Pero las tribus dispersas de Colombia, que eran, con respecto á los Indios de aquellos dos imperios, lo que los Rusos Tartaros son á los Europeos, no tenian el ingenio necesario para meditar sobre el destino de la humanidad, ni bastante talento para formarse un sistema. formarse un sistema. Destituidos

de todo poder intelectual, estaban destinados á ser las victimas de los artificios é imposturas de aquellos, que entre ellos mismos eran mas sagaces y finos para especular sobre su credulidad.

Los Indios del Orinoco habian, sin embargo, creado en su imaginacion un Ser todo poderoso creador de todas las cosas, á quien ofrecian sus votos y adoraciones.

Se observa que los Indios de Tierra Firme no admitian mas que un principio del mal, mientras que las otras tribus han admitido un principio del mal y otro del bien. Esta singularidad se puede atribuir á la timidez que les caracteriza.

Algunas tribus, dice el Padre Caulin, tomaban al sol por el Ser supremo; á él le atribuian las producciones de la tierra, la escasez ó abundancia de las lluvias, y todos los bienes temporales.

Otras creian, que estas virtudes debian ser atribuidas á la luna: consideraban los eclipses como terribles señales de su colera. Asi que apercibian alguno, los credulos de Indios empezaban sus ridiculas ceremonias, para suspender el castigo de que se creian amenazados, á causa de su pereza é ingratitud. Los hombres sonaban sus instrumentos guerreros, ó cogian las armas para mostrar su valor, cortaban arboles, ó hacian otros esfuerzos poderosos para probar á la luna que no podian ser tachados de molicie, ni castigados sin injusticia. Las mugeres se salian de sus casas todas azoradas, tiraban maiz al aire, y otras especies de granos, y con vozes lastimeras prometian enmendarse, y ser mas industriosas. Quando el eclipse se acababa, se congratulaban de haber engañado á la luna con promesas vanas; despues tenian un bayle, que, como todas sus fiestas, se acababa en una completa borrachera, y en actos de destemplanza los mas abominables. Algunos de los Indios salvages conservan aun todos estos usos, y los Indios subyugados no les han enteramente abandonado.

Algunas de estas tribus no tenian otro culto sino la danza al son de instrumentos muy rui