ma activa y radical que se proponia el gobierno; no hubieran tenido cabida las prevenciones y disgustos que van trabajando los ánimos y preparándolos para un rompimiento; no hubiera tenido lugar un choque sin justificable motivo, al menos en la apariencia, que empezó por hacer enemigos entre sí á los que antes se habian mirado como hermanos; no se hubiera provocado el combate, ni dado con él ocasion á que un partido astuto y falaz se pusiese de un lado de los combatientes, para despues proclamarse dueño del campo, levantando cadalsos sobre los laureles de la funeral victoria.

Y digo que nada de esto se hubiera verificado, porque el programa del gabinete de 9 de Mayo, en la época en que se anunció y en los términos prudentes en que estaba concebido, no ofrecia el menor riesgo, ni podia en ningun caso, siguiendo los negocios públicos su marcha regular y tranquila, llevar al deplorable desenlace de que todos somos á la vez espectadores y víctimas. Aquel programa solo espresaba un sentimiento generoso, muy propio de españoles y de una época adelantada en ilustracion y en sentimientos de humanidad; tendia una mano á los adversarios para volverlos al suelo de la patria, pero no los colocaba sobre nosotros ni les daba importancia alguna militar ni política de que pudieran abusar mas adelante. Si el Regente no hubiera destituido á aquel Ministerio, hubiera habido conmiseracion sin peligro, union sin falsía y reformas sin trastornos. Cúlpese, pues, de las consecuencias que hoy lloramos á quien rompiera la buena inteligencia entre el gefe del Estado y sus ministros. Desde el momento en que estos fueron separados, su pensamiento ya no fué suyo, porque salió de su direccion. Quedó entregado al acaso, y el movimiento contínuo de rotacion de les sucesos los desvirtuó y alteró, no teniendo en lo sucesivo mas regulador que la fatalidad. Pero esta es materia que debe tratarse detenidamente en otro capítulo, y bastará por ahora solo recordar como en resúmen:

1.° Que sólo se quiso echar mano para formar gabinete de las teorías y personas mas avanzadas, cuando no habia podido

conseguirse en otra línea de mas templanza; y cuando no era posible, ni volver á los matices antes ensayados, porque la opi-nion los condenaba, ni dejar el poder en las manos de los hombres colocados á la mitad de la distancia entre los dos estremos del partido del progreso. Era, pues, indispensable saltar el intérvalo, y llegar al último punto. Fácil era ya preveer que no se conservaria el mejor acuerdo con ministros llamados por la necesidad mas apremiante, y acaso con marcada repugnancia, por-. que las antipatías no se vencen tan fácilmente, y mas cuando conservan la ocasion y el prestigio otras personas interesadas en alimentar la desconfianza y producir el rompimiento.

2.° Que nosotros no ambicionamos, ni deseamos, ni quisimos el poder; que nos resistimos á recibirlo, y solo lo recogimos cuando vimos frustrados nuestros deseos de que se consignara en otras personas. Increible parecia que se tropezara en tanta dificultad y negativa; y no se concibe aquel desgraciado encadenamiento de sucesos, sino creyendo que nuestros nombres estaban escritos en el libro del destino para arrojarlos en medio de pasiones y combinaciones estrañas, en cuyo choque necesariamente habian de sucumbir. Pero en las revoluciones muchas veces el hombre desaparece y no perece. Llega el dia en que se deja oir la voz de la razon, y en él se reparan injusticias pasajeras.

CAPITULO II.

Programa del Ministerio de 9 de Mayo: su religioso cumplimiento.-Separacion de aquel gabinete.

En 9 de Mayo tuvo lugar la separacion del Ministerio que habia presidido el señor Rodil, y el nombramiento del nuevo, de que se me encargaba la presidencia. Si antes de este paso decisivo nos habíamos mostrado como se ha visto, poco codiciosos

:

del poder, acreditamos al admitirlo tanta legalidad como independencia. Resueltos, como lo estábamos, á abrir un nuevo camino de estricta justicia y de saludables reformas, quisimos remover de antemano todos los estorbos, asentando bases precisas y terminantes que establecieran un contrato obligatorio con el gefe del Estado y con los ministros entre sí. Respecto al primero, fijamos como condicion precisa nuestra absoluta independencia en el ejercicio del poder que se nos confiaba, estableciendo el principio, que es la clave en los gobiernos representativos, de que en ellos el rey reina y no gobierna.

Las bases convenidas entre nosotros mismos, y que firmadas por todos quedaron en poder de todos como un pacto comun de gobierno, trazaban la marcha que nos proponíamos seguir; y como estas debian ser la piedra angular de nuestra administracion, necesario es que se inserten á la letra, para que despues de conocidas del público, pueda demostrarse de una parte su oportunidad y su justicia, y de otra su exacto y religioso cumplimiento. Satisfechos ambos fines, nuestra conducta habrá quedado exenta de toda censura. Y digo exenta de toda censura, porque convencida la conveniencia y rectitud de un pensamiento, las consecuencias eventuales que despues puedan sobrevenir, hijas del acaso ó debidas á combinaciones ó complicaciones estrañas, en nada pueden perjudicar á la índole de la idea primitiva. Las bases á que me refiero estaban concebidas á la letra en estos términos:

Bases convenidas y suscritas por los individuos del gabinete de 9 de Mayo de 1843, y presentadas al Regente del Reino al tiempo de jurar sus puestos.

El gabinete que acaba de merecer la confianza de S. A., se propone como pauta de conducta las dos bases siguientes:

a

1. Observar religiosamente los principios y prácticas cons→ titucionales, para que en todos los casos la ley sea superior á todas las voluntades. v

a

2. Desarrollar el gérmen de bienestar que el pacto constitucional encierra, para que tengan efecto las mejoras positivas que ansían los españoles.

Medios de conseguir lo primero.

Constituir una administracion paternal sin esclusivismo ni predilecciones de ninguna clase.

Mandar por la justicia y trabajar por la reconciliacion de todos los ciudadanos que con su saber y virtudes puedan contribuir á la felicidad y lustre de su patria.

Proponer á las Córtes la amnistía mas lata respecto á los delitos políticos posteriores á la terminacion de la guerra civil, sin distincion de partidos..

Respetar la prerogativa electoral en los casos que ocurran, no mezclándose jamás el gobierno por medio de sus agentes en cohibir el libre ejercicio de este derecho, y limitándose á hacer que la ley sea respetada por todos.

Condenar los estados de sitio y toda medida escepcional con las consecuencias que producen, disponiendo lo necesario para que jamás se abuse en este punto.

Respetar la libertad de imprenta que sanciona la Constitu--cion, y hacer que las leyes que la aseguran y arreglan tengan exacto cumplimiento.

1.

1

Promover el fomento y buena organizacion de la Milicia Na

cional.

Medios de conseguir lo segundo.

Moralizar la adininistracion en todos los ramos, procurando recaiga el premio y el castigo con severa imparcialidad.

Trabajar con eficacia por la nivelacion de los ingresos y gastos por medio de reformas justas y convenientes.

Procurar que se fomente nuestro crédito con la religiosidad cen el cumplimiento de los contratos.

Facilitar la pronta venta de los bienes nacionales, á fin de

que crezca el número de los propietarios y de los interesados en las reformas.

Pagar con exacta proporcion á las existencias, á todas las clases de acreedores.

Presentar á las Córtes los proyectos de leyes orgánicas que desarrollen y afiancen las instituciones y promuevan la felicidad pública.

Activar la conclusion de los Códigos.

En cuanto á lo esterior.

Consolidar y aumentar las relaciones amistosas con otras naciones, consultando siempre el interés y la dignidad que á la nuestra corresponde. Joaquin María Lopez.-Francisco Serrano. Mateo Miguel Aillon. Joaquin de Frias. - Fermin Caballero.

Poco se necesita analizar el contenido de estas bases para conocer que todas ellas estaban exactamente ajustadas á la Constitucion del Estado. Proscribir el esclusivismo y las predilecciones odiosas, trabajar por la reconciliacion de todos los ciudadanos que pudieran servir con utilidad al pais por su saber ó por sus virtudes, y anunciar el pensamiento de una amnistía que hiciese realizable aquella idea útil y generosa, era pagar el debido homenaje al artículo 5.° de la ley fundamental, en el cual se establece que todos los españoles son admisibles á los empleos y cargos públicos segun su mérito y capacidad.

Protejer la prerogativa electoral, era convertir en una verdad práctica el principio sobre que descansa todo el mecanismo de los gobiernos representativos, emancipando este precióso derecho del ascendiente injusto con que tantos ministros le han V hecho servir á reprobadas combinaciones y á torcidos fines.

Condenar los estados de sitio y toda medida escepcional, era mostrar sumision y respeto á los artículos 7., 8.° y 9.° de la Constitucion, en los que despues de consignar varias disposicionas tutelares, se previene que ningun español pueda ser procesa