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DE ESPAÑA,

COMPUESTA, ENMENDADA Y AÑADIDA

Por el P. Juan de Mariana,

ULTIMA EDICION,

Con Láminas.

Aumentada con las tablas del Autor, y la continuacion de Miñana
traducida,
à, que llega hasta el año 1600, y adicionada UNICAMENTE
EN ESTA EDICION con una narracion de sucesos desde

1600 hasta 1833,

Ó SEA HASTA LA MUERTE DEL REY

DON FERNANDO VII;

Un resúmen cronológico de los sucesos mas notables sumamente
necesario para metodizar el estudio de la historia ;

Por D. José Maria Gutierrez

de la Peña,

Y un escrito clásico del Señor Conde de FLORIDABLANCA A DON CARLOS III, que
contiene lo acaecido durante su Ministerio.

TOMO X.

Barcelona.

Imprenta de D. Francisco Oliva,
CALLE DE LA PLATERIA, NUMERO 8.

Editor y propietario del DICCIONARIO HISTORICO Ó BIOGRAFIA UNIVERSAL DE

HOMBRES CÉLEBRES.

1840.

53.6.10.

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MADRID: librería de D. José Cuesta.

CADIZ: en la de los Sres. Hortal y Compañía.

VALENCIA en la de D Jaime Faulí.

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Principios del año 1806. Proclama del Principe de la Paz. Sus con secuencias. Asalto de Montevideo y ataque de Buenos Aires. Causa del Escorial.

NTRAMOS en una época de desgracias para la patria, pero 1806. que al propio tiempo puede llamarse de su regeneracion, y que la proporcionó dias de lustre y gloria, que obtendrán en los anales históricos algunas páginas de eterna recordacion. Al principiar el año 1806, una administracion funesta habia

TOMO X.

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agotado todos los recursos de la España, y esta nacion, digna de mejor suerte, parecia destinada á volver al letargo de los reinados de Felipe IV y Cárlos II para ser abatida de nuevo sù grandeza. En vano sufria el pueblo en silencio, y veia con indignacion destruida la marina y abatida la preponderancia nacional: así los gobernantes como los estranjeros reputaban su silencio una indiferencia letal, y le suponian dispuesto á sufrir cualquiera especie de yugo. Mas no era así en realidad: sufrido como siempre el pueblo español, no por esto veia con indiferencia las calamidades públicas y los males cada dia mayores que amenazaban á la nacion.

La Europa estaba entonces dominada por un hombre solo, á quien temian todos los monarcas y contra quien iban dirigidas las ocultas maquinaciones de los gabinetes. Despues de la campaña de Austerlitz habia subido de punto el terror que inspiraba á los monarcas el solo nombre de Napoleon, y era de creer que se harian nuevos y mas poderosos esfuerzos para derribarle del poder. Todavía podia presentarse en el palenque un ejército vírgen, una nacion cuya fama militar se habia mantenido ilesa, y que tal vez seria bastante para arrebatar de manos del Emperador de los Franceses el predominio que le habia dado la victoria: tal era la Prusia con los elementos de triunfo que en ella habia creado Federico el Grande. Conmoviéronse todas las potencias de Europa con la declaracion de guerra del gabinete de Berlin, y le hubieran sin du da apoyado por poco indecisa que se hubiese mantenido la victoria; pero la batalla de Jena, cuyo inmenso resultado parece fabuloso, puso el colmo al terror de las naciones y al entusiasmo de la Francia. Confuso quedó sobre manera el Príncipe de la Paz, pues confiando en los preparativos de la Prusia, acababa de publicar una desacordada proclama (1), que debia incitar la venganza del Monarca francés sin tener medios para resistir á su poder colosal.

Acaso concibió entonces Napoleon la idea de estinguir en España la línea de los Borbones; pero conoció que no era todavía sazon oportuna para la ejecucion de su proyecto: antes debia procurar que quedase enteramente debilitada la nacion á la que queria sojuzgar. Puede decirse que la marina española estaba ya destruida; faltaba solo acabar con nuestro ejército

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