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hubiesen de llevar á alguna parte, que aunque parece que puede importar poco la dilacion de un dia ó dos mas o menos, puédese ofrecer ocasion que la de pocas horas la haga perder al armada de V. M. de hacer muy grandes y buenos efetos; y así concluyo que, á mi parecer, será de mucho mas servicio y reputacion y no de mas costa el fortificar á la ciudad que al monte, y no será la fuerza menos segura si se tiene cuidado de proveerla á sus tiempos como conviene, y será tambien mucho menos dificil de socorrerse, ni se tardará nas, antes menos, en acabarse que la del monte. Todavía yo me remito al parecer de otros que lo entenderán mejor y á lo que V. M. enviare á mandar, que será lo mas acertado. Cuya Católica Persona guarde Dios. Datum en Madrid á 3 de otubre 1576.

DICTAMEN QUE JUAN ANDREA DORIA DIÓ A FELIPÉ JI EN 11 DE AGOSTO DE 1597 SOBRE LA FORTIFICACION DE

CADIZ.

Por lo poco que alcanzo y he visto no hay plaza tan fuerte que siendo acometida y sitiada de un ejército ó armada muy poderosa no se pierda si no puede ser socorrida; y así en las fortificaciones que se han de hacer siempre suelo mirar á que sean tales que puedan resistir á cualesquier fuerzas de mar y de tierra hasta poderlo ser; y tras esto que el hacellas cueste lo menos ques posible y quel gasto ordinario para sustentallas sea poco. Tenien do consideracion á todo lo susodicho he reconocido este lugar de Cádiz como V. M. me tiene mandado, y habiendo llevado conmigo al corregidor D. Fernando de Añasco y al ingeniero Cristobal de Rojas he visto por mis

ojos todos los puestos que hay para fortificar, y así diré aquí lo que se me ofrece.

Y

por empezar por la parte de S. Sebastian y Santa Catelina á donde el lugar queda agora abierto y sin defensa ninguna, digo que hay tres opiniones para fortificalle: la una de meter dentro toda aquella punta: la otra, sin alargar nada el sitio de la ciudad, hacelle por aquella parte los baluartes que son menester con su foso y estrada cubierta; y la tercera adelantarse y tomar tanto del sitio de aquella punta que quedase poca plaza para poder alojar un ejército formado y con trabajo pudiese desembarcar gente y quedarse allí. La primera no puedo aprobar porque seria de un gasto excesivo, y para guardalla toda seria menester mucha gente. Tampoco me contenta la segunda porque no remedia á los inconvenientes que hay; y siempre que en aquel sitio puede desembarcarse y alojar un ejército grande, no hay fortificacion que baste para defender al lugar por el buen aparejo que tiene el enemigo de hacer trincheas y henchir el foso, y hacer con la zapa y el artillería todo el daño que quisiere; de manera que la mas acertada de todas, á mi parecer, seria venir adelante con las cortinas de la ciudad hasta á donde el Fratin, que debia de tener la misma opinion, hizo hacer dos caballeros de tierra, los cuales acabándolos de perfeccionar podrian servir; y porque quedan tan apartados el uno del otro que aunque se haga otro en medio, los traveses no podrán ser guardados del arcabucería, le acordado al ingeniero Cristobal de Rojas que piensa remediallo con hacer plataformas en medio dellos, que quizá seria mejor hacer cuatro baluartes si el sitio lo permite, sin otras plataformas. Con esto y con hacer allí un foso el mas

ancho y hondo que se pueda, con su estrada cubierta, quedaria á mi parecer fortificado el lugar por esta parte todo lo posible y se remediaria á todos los inconvenientes susodichos y para impedir tanto mayormente el desembarcar allí, seria de parecer que sobre unos escollos que estan juntos á aquella cala, se hiciese otra buena plataforma que con alguna artillería guardaria y dificultaria mucho aquel desembarcadero.

Queda agora la frente del lugar hácia tierra firme pues los lados no han menester de mayor defensa de la que tienen, confinando con la mar. En esta tan bien hay dos trazas diferentes: el ingeniero Cristobal de Rojas querria se hiciese un castillo muy formado junto al lugar, que le hiciese frente; el corregidor D. Fernando aunque aprueba esta traza, inclina á que se podria hacer por la parte de dentro; pero yo entiendo seria mejor excusar el gasto destos castillos y sin alargar ni estrechar el lugar por esta parte, procurar de perfeccionar la fortificacion que hay. La causa porque tratan ellos de hacer el castillo es por parecerles que siendo esta ciudad de mucho trato y acudiendo á ella muchos extranjeros, es menester guardalla que no se pueda perder por él ; pero no me parece queste miedo tenga el fundamento que ellos presuponen porque pocos no pueden hacer el trato estando el enemigo tan lejos y no pudiendo venir por acá sin saberse, y muchos teniendo en el lugar sus haciendas no querrán correr riesgo de ser saqueados, de manera que cesando esta y las demas razones por las cuales parece necesario que en las ciudades que V. M. tiene en Italia y otras partes haya castillos, concluyo que lo mejor es ahorrar esta costa; y cuando se hubiese de hacer seria de parecer que antes

do

se hiciese fuera que dentro del lugar como lo tiene trazado Cristobal de Rojas. Pero como la frente de la ciudad desta parte queda mas estrecha que de la otra, entiendo bastaria como he dicho, perfeccionar á los dos baluartes que hay de ambos lados con su foso y estrada cubierta, como de la parte de S. Sebastian y Santa Catelina, con que quedaria bien. Verdad es que no por eso se quitaria al enemigo de podérsele arrimar fácilmente por una canalada que hay; pero el sitio del lugar por aquella parte está muy aparejado para poder hacer muchas y muy buenas retiradas y otras defensas para resistirle. Esto es lo que se me ofrece acerca de la fortificacion del lugar. Y porque V. M. me ha mandaque tambien mire y reconozca esta bahía, digo que en toda ella, á mi parecer, pueden estar seguros cualesquier suerte de navíos y galeras sin peligro de perderse, aunque desde el principio della hasta el puntal con algunos tiempos las galeras pasarian trabajo; pero de allí adentro tan seguramente como en el mejor puerto del mundo; y que la entrada della hasta que se venga á emparejar con la ciudad, haciéndose la fortificacion susodicha, quedaria defendida de los baluartes del mismo lugar, pues el artillería dellos alcanzan ; y aun que sea lejos, el haber de comer y dormir debajo de los tiros della no es buena música; pero si V. M. quisiese asegurar esto aun mas, pues importa tanto, seria de parecer que en la punta que llaman de las Bacas se alzase una plataforma para poder tener en ella alguna artillería porque llegando quinientos pasos mas adelante del lugar alcanzaria tanto, que no podrian parar en aquella parte de la bahía bajeles sin recebir daño.

Para defender el canal que queda entre las islas de la

ciudad y la tierra firme y impedir que los navíos enemigos no puedan pasar á la parte de dentro de la dicha bahía, tengo por mas que necesario que en la Matagorda que está junta á la dicha tierra firme, se haga un fuerte tal que pueda defender y aguardar al socorro, y esto creo bastaria para defender que por el dicho canal no pudiese pasar una armada grande sin recebir mucho daño, pues le puede batir con el cañon muy facilmente; y todavía si por ser de noche ó por tener viento recio y en su favor se atreviesen bajeles enemigos á pasar adelante, con hacer una plataforma á donde llaman el Puntal para que pudiesen estar en ella hasta doce soldados y algunos artilleros, asegurarian del todo esta entrada. Y no apruebo se haga allí fuerte de mayor calidad porque dificilmente se podria defender si los enemigos lo intentasen, y desta otra manera siempre que se quisiese se podrian recoger aquellos pocos hombres y la artillería en el lugar, y los enemigos en tomar aquel puesto no ganarian nada. El ingeniero Rojas tiene trazados fuertes en todas estas partes; pero á mi parecer seria mejor hacer plataformas, pues demas de las causas susodichas son de menos costa, han menester menos gente y hacen el mismo efeto.

En cuanto al socorro, siendo este lugar sitiado y combatido de navíos de alto borde, dificilmente se podrá impedir que desde el Puerto de Santa María y Puerto Real no le entre gente cada noche en barquillas, que por poca que sea, muchos pocos juntos hacen mucho, y mas pudiéndose hacer tan á menudo; y en caso bajase de levante armada gruesa de galeras y pasasen moros de Berbería á intentar esto, lo cual por gracia de Dios no se ha de temer, siendo los reinos de V. M. tan pode

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