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Alhamar cuido de asegurar sus fronteras, reparó los muros de sus fortalezas; y volviendo á Granada edificó en ella hermosos edificios, hospitales, colegios, casas de enseñanza y otras obras de pública utilidad. Al mismo tiempo se ocupaba en los consejos con sus xeques y cadies, y daba audiencia á ricos y pobres dos dias á la semana: visitaba las escuelas y colegios, y procuraba consolidar por todos medios su nueva monarquía, grangeándose para ello la amistad de los emires mas poderosos del Africa.

El mismo Alhamar viendo que era inevitable la ruina de Jaen, y que no podia contrarestar con sus fuerzas las del invicto San Fernando, se puso bajo la proteccion y amparo de este reconociéndole vasallage. El magnánimo rey de Castilla le recibió como tal vasallo, dejándole el señorío de cuantas ciudades y tierras poseia, con la obligacion de pagarle cierto tributo, de servirle con cierto número de caballos cuando le llamase, y de concurrir á las cortes de Castilla cuando fuese convocado, como hacian sus ricos-hombres (1). Conquistada Sevilla por San Fernando, á cuya militar espedicion concurrió el rey de Granada con un cuerpo ausiliar, segun lo pactado, se volvió este á su corte mas triste que satisfe

(1) Conde, en la obra citada, tomo 3.o, página 3.

cho de las ventajas de los cristianos, conociendo que su engrandecimiento y prosperidades producirian al fin la ruina del imperio de los muslimes. "El dia de su entrada en la ciudad, dice el historiador árabe, fué un dia de gran fiesta: todos salian á ver á su rey, y resonaban las aclamaciones por todas las calles. Dedicóse Aben Alhamar á fomentar la industria y aplicacion de sus vasallos, concediendo premios y exenciones á los mejores labradores y artesanos. "Asi florecieron las artes en sus estados, y la tierra que de su natural es feraz, con el buen cultivo se hizo feracísima: protegió mucho la cria y fábricas de seda, y llegó en Granada á tanta perfeccion, que aventajaba á las de Siria. Se beneficiaron minas de oro y plata, de otros metales, y cuidó mucho de que sus monedas fuesen bien cendradas y hermosas (1)."

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Muerto el rey San Fernando, envió Aben Alhamar sus mensageros al rey don Alonso para darle el pésame, y renovar con él sus tratados de paz y alianza en los mismos términos que las habia tenido con su padre, á lo cual accedió el nuevo rey de Castilla, agradeciéndole su cumplimiento. No tardó sin embargo en turbarse esta buena concordia; porque rebelados los moros de

(1) Conde, en la misma obra, tomo 3.o, página 37.

Murcia, Jerez, Medina Sidonia y otros pueblos de Andalucía y del Algarbe con anuencia y beneplácito del rey de Granada; tuvo don Alonso que hacerle la guerra. Afortunadamente para Alhamar no fue de larga duracion, porque habiéndose allanado á los deseos del rey de Castilla, se firmó la paz, y partieron juntos los dos monarcas á arreglar los asuntos de Murcia.

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Por muerte de Aben Alhamar sucedió en el reino de Granada su hijo Muhamad, príncipe muy discreto de gentil disposicion, como lo acredita el pasage siguiente, que al mismo tiempo prueba la cultura, el pundonor y la cortesanía de aquellos tiempos. El rey Muhamad hablaba elegantemente la lengua castellana, y se entretenia muchas veces con la reina Violante en Sevilla, donde estuvo una temporada de huesped, muy divertido y obsequiado. Díjole un dia aquella señora que tenia que hacerle una súplica, y habiendo Muhamad empeñado su palabra de complacerla, le rogó ella muy encarecidamente que concediese un año de tregua á los wallies de Málaga, Guadix y Comares (1). Concedióselo Muhamad disimu

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(1) Habíanse rebelado contra Alhamar, y aun continuaban en el mismo estado de insubordinacion é independencia.

Tomo II.

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lando su pesar, pues conocia que la intencion de los cristianos era tenerle sujeto con aquella guerra interior, que le podian suscitar cuando qui

siesen.

De vuelta á sus estados se arrepintió Muhamad de la palabra que habia dado, previendo que pasado el plazo podrian ser ausiliados como antes los walies rebeldes por el rey de Castilla, tan interesado en fomentar las desavenencias entre los mismos musulmanes. Aguijoneado por estos pensamientos y temores, escribió un dia al rey de Marruecos Abu Juzef, manifestándole la peligrosa situacion en que se hallaba, y la probabilidad de recuperar toda la Andalucía con el ausilio de tropas africanas: ofrecíale para mayor estímulo las plazas de Tarifa y Algeciras, á fin de que le sirviesen de presidio y depósito de armas y provi

siones.

Aceptada la oferta por Abu Juzef envió por de pronto diez Y siete mil hombres á España, y luego vino él mismo con gran número de huestes de infanteria y caballería, y una respetable escuadra. Esta invasion de los Benimerines causó á los cristianos gran sobresalto; pero acudiendo estos oportunamente con grandes fuerzas de mar y tierra, estrecharon á Aben Juzef en Algeciras, donde por escasear las provisiones y tenerle impedido regreso al Africa la escuadra castellana, hubo

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de avenirse á una tregua de dos años, sin contar con el rey de Granada. Confedéróse luego este con don Sancho, rebelado ya contra su padre, quien por su parte hizo alianza con Abu Juzef; division y alianzas escandalosas debidas á la ambicion de un ingrato hijo, y de unos turbulentos magnates.

Receloso luego don Alonso de Abu Juzef, porque en el modo de hacer la guerra sé conocia su intencion de ganar los pueblos y alzarse con la Andalucía; se aparto de esta alianza, á pesar de que, segun el historiador árabe, le escribió el rey. moro con el fin de tranquilizarle, asegurando que no le faltaria mientras viviese. Muerto don Alonso (1) siguió su hijo y sucesor don Sancho guerreando con los benimerines, y les tomó á Tarifa, despues de haber destruido su escuadra todos los

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(1) El mismo autor árabe habla de don Alonso en los términos siguientes: "Fué este rey un hombre muy discreto y bien entendido, muy gentil filósofo, astrólogo y matemático, y compuso las tablas astronómicas, célebres, que de su nombre se llaman alfonsinas. Era muy humano y franco, á todos hacia bien, y trataba siempre con sabios muslimes, judios y cristianos; pero su reinado fue de poca ventura, por causa de sus hijos y hermanos que le movieron guerras civiles, y no le dieron hora de reposo." Conde, en la citada obra, tomo 3.o, página 72. Y debiendo este concepto á los mismos enemigos, ¿ habrá español que denigré en estos tiempos á tan benemérito monarca?

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