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>> en la Europa, segun el testimonio de varios doctores: >>la de guisar con manteca en los dias que se prohiben >> las carnes parece menos repugnante á esa prohibicion, » que la de comer estremos de los animales los sába>>dos, y esto se observó en las Castillas y otras pro>>vincias de España... Así juzgan los padres de este » concilio, que no se innove en la costumbre de comer >>> lacticinios en cuaresma por su antigüedad, y mucho » menos en la de guisar con manteca por su necesidad; »y mandan se saque testimonio de esta congregacion, >> para que el ilustrísimo señor arzobispo lo pase á su >> excelencia con el billete acostumbrado. »

Muchos puntos restaban aun por decidirse; pero circunstancias particulares de algunos de los padres obligaron al concilio á levantar sus sesiones. Fenecidas estas, las actas fueron remitidas á Pio VI para su aprobacion; mas el Consejo de Indias las retuvo para someterlas á su exámen, el cual nunca llegó á verificarse. Así, este concilio IV de la iglesia de la América del sud, quedó sin llenar su obgeto, por grande que fué el celo y empeño de los padres que lo integraron.

Las decisiones de la sínodo celebrada por el obispo de la Concepcion despues de su vuelta del concilio, debemos considerarlas como una ampliacion de las que contiene la del obispo Azua que recorrimos en su lugar, mas ellas, así como todas las anteriores que se reunieron en las iglesias de Chile, son magnífico monumento del celo ardiente é ilustrado que caracterizó á los obispos, por hacer marchar ilesa la disciplina de la Iglesia entre tantos tropiezos que la embarazaban á cada paso en estas remotas partes del Nuevo Mundo.

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CAPÍTULO VI.

Ideas del ayuntamiento de Santiago en órden á nuevas fundaciones de monasterios.-Las monjas de la reforma de santa Teresa se establecen en Santiago.-Recurso al rei en solicitud de un nuevo monasterio de este mismo instituto.-Oposicion del cabildo.-Es desechada.— Fundacion de Capuchinas.—Competencias ruidosas entre el obispo de Santiago y el provincial de los domínicos.-Su resolucion. Secularizacion de las beatas de Santa Rosa.-Se recurre al rei y se erige el beaterio en monasterio. —Marcha á Roma el padre Acuña. -Recoleccion de Santo Domingo.-Su progreso rápido. - Nueva fundacion de monjas Carmelitas.-Estado de las comunidades regulares. Causas de relajacion.-Elecciones ruidosas con intervencion de los magistrados.—Monasterio de Trinitarias en Concepcion.

L L siglo XVIII fué para Chile fecundo en nuevas instituciones de órdenes regulares. Por mas que el ayuntamiento de Santiago alimentando ideas nobles y patrióticas, mui adelantadas ciertamente á su época, rechazase la fundacion de monasterios de vida ascética (4), pidiendo que fuesen sustituidos mejor con establecimientos de educacion para niñas huérfanas; á pesar que la audiencia alguna vez les prestó apoyo y los obispos estuvieron siempre prontos para segundar sus miras, la capital de Chile, que contaba ya en su seno tres conventos de monjas, recibió todavia cuatro

mas.

D. Francisco Vardeci ocurrió al rei pidiendo licencia

(1) A esto debe aludir el abate Molina cuando asegura que «otros regulares han procurado formar establecimientos; pero los chilenos se han opuesto siempre á la introduccion de nuevas órdenes religiosas.» Historia civil, cap. XI.

para fundar en Santiago un monasterio de la reforma de santa Teresa. Su solicitud estaba apoyada con informes de su obispo y de la audiencia; tenia además á su favor algunas donaciones hechas para este fin, y la decidida cooperacion del vecindario que deseaba tener en su seno la órden que lleva el nombre tan popular de la Vírgen del Carmen. El rei concedió licencia cometiendo á la audiencia el conocimiento de las rentas con que se contaba para la fundacion (1). En esta virtud, y obtenido el correspondiente breve de Alejandro VIII, el capitan D. Gaspar de Ahumada, recibió comision del obispo para conducir desde Chuquisaca las fundadoras, que en número de tres, llegaron á Santiago el ocho de diciembre de mil seiscientos ochenta y nueve. Sus nombres eran Francisca Teresa del niño Jesus, priora; María Catalina de San Miguel, subpriora; y María Violante de la madre Dios, maestra de novicias.

Ignoramos el motivo que impidió á la audiencia llenar desde luego la comision del rei : lo cierto es que hasta enero de mil setecientos tres no falló, declarando ser suficientes las rentas presentadas para el nuevo monasterio, y que podria desde luego el reverendo obispo proceder á formalizar su fundacion. Las monjas hacian trece años que habitaban los claustros que les habia donado su fundador, y cuya posesion les dió D. frai Bernardo Carrasco el seis de enero de mil seiscientos noventa. Nosotros creemos divisar en tantos años trascurridos, sin llevarse á efecto lo ordenado

(1) Cédula en Madrid á 19 de julio de 1684.

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