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importancia y no solamente consideraba cosa fácil sofocarlo, sino hacer abrazar la paz de buena voluntad á todos los indios. Desde Santiago dió órden al intendente de la Concepcion para que convocase á los caciques á parlamento, lo que hizo este en efecto.

Nada omitió O'Higgins de cuanto pudiese contribuir á dar solemnidad é imponente aparato al parlamento, y no solo consiguió su objeto, sino que los úlmenes aceptasen los artículos que juzgó necesarios para afianzar la paz en todo tiempo. Esto sucedió en Negrete el cuatro de marzo de mil setecientos noventa y tres. Pero O'Higgins, político tan profundo como activo emprendedor, pensó mui bien que las escenas de Valdivia habrian de repetirse sino se arrebataban á los naturales los elementos que tenían á su disposicion para la guerra: sino se arrebataban decimos, porque de otra manera era imposible quitárselos. Una sorpresa que ni temiesen, ni pudiesen por consiguiente precaver, seria fácil de realizar á cualquier jefe de arrojo; pero una sorpresa aprobada por los mismos á quienes se trataba de sorprender, debia ser fruto de las meditaciones de un político tan fino como O'Higgins. En efecto: este meditó poblar las parcialidades de Valdivia; pero veia al mismo tiempo, que el mas levé indicio de este pensamiento seria la señal de nueva alarma; acercarse á los úlmenes aisladamente, recabar de ellos su consentimiento, he aquí el único medio de evitarla. Ocupado de estos pensamientos O'Higgins llegó á Valdivia y tuvo tal tino para manejarse con los jefes de las parcialidades, que creyó ser ya mui posible la repoblacion de Osorno y el establecimiento de fuertes que

asegurasen su comunicacion con Valdivia. Desde que Paillamacu aterró esta ciudad, una de las mas populosas de Chile, algunos mandatarios habian intentado reedificarla; pero parecia riesgosa cualquiera resolucion que se tomase con este objeto. Sabian por esperiencia los europeos que el mas ligero de sus movimientos producia fuertes escitaciones entre los Araucanos; escitaciones que las mas veces terminaban con la guerra. O'Higgins, para evitar un trastorno semejante, consecuente con su primer propósito, propuso á los úlmenes su pensamiento, que sin duda habria sido desechado á no ser la manera sagaz con que lo presentó, unida al gran prestigio que le habian adquirido entre los naturales, su generosidad, su prudencia y circunspeccion. Los úlmenes convinieron pues en la reedificacion, y el autor del ilustrado proyecto, despues de hacerla anunciar por bando el trece de enero de mil setecientos noventa y seis, cuidó de hermosearla con nuevos edificios (1).

O'Higgins, promovido á virei del Perú, se ausentó de Chile el diez y seis de mayo de mil setecientos noventa y seis con inesplicable sentimiento de sus habitantes. La justicia, la generosidad, el ardor por el bien de sus gobernados y la actividad inimitable para procurarlo que revelaban la grandeza y bondad de su alma, le habian ganado justamente el amor de los chilenos.

El regente de la audiencia, D. José Rezabal, entró á desempeñar la capitanía general del reino, mientras el mismo tribunal retuvo el gobierno judicial y admi

(1) Documento número 21.

nistrativo: mas esto duró solamente cuatro meses, porque el diez y ocho de setiembre del mismo año se apersonó en Santiago el marqués de Avilez, D. Gabriel Avilez nombrado por el rei para el gobierno de Chile. Avilez era uno de aquellos hombres á quienes en todo tiempo se cita como modelo de perfeccion y virtud, sin temor de que pueda oponerseles tacha alguna. Amado de todos por su condicion pacífica jamás tuvo enemigos, ni menos concitó odiosidades contra su persona. Caritativo con los pobres, llamaba á estos ACREBDORES SUYOS y les daba cuanto tenia, escluyendo solo lo indispensable para sus estrechos gastos. Luego que llegó á Santiago dedicó su atencion á mejorar el hospital de San Juan de Dios; para este fin hizo construir tres grandes salas ayudando con su dinero al edificio y asistiéndolo personalmente. No satisfaciendo estos sacrificios todavia á su caridad, empleaba algunas horas del dia en tallar obras de madera, cuyo producto aplicaba al socorro de los mismos pobres, y en visitar á estos llevándoles al lecho del dolor consuelos espirituales y corporales. Su permanencia en Chile duró apenas tres años, al fin de los cuales fué promovido al vireinato de Buenos-Aires (1).

(1) El Sr. Avilez como hombre público y como cristiano fervoroso nos dejó numerosos recuerdos de virtudes. Promovido al vireinato de Buenos-Aires, el ajuar de su palacio se componia de unas pocas sillas ordinarias. Instado para que colgase las armas de su familia sobre las puertas de su sala de recibo, hizo pintar una espada y un fusil y sobre estos la siguiente inscripcion: «ESTAS QUE VES, SON LAS ARMAS DE AVILEZ;» y en frente la imágen de Adan cabando la tierra con el siguiente mote: «DE AQUESTE ESTRIPA TERRONES', DESCIENDEN LOS SEÑORONES.» Murió en Valparaiso despues de haber ocupado los vireinatos de Buenos-Aires y del Perú: ordenó en su testamento que su cuerpo fuese llevado al cementerio en una angarilla y sepultado entre los pobres.

D. Joaquin del Pino, mariscal de los reales ejércitos, tomó el gobierno del Estado como sucesor del marqués de Avilez. Su gobierno nada nos ofrece digno de particular recuerdo, fuera del ardor con que se dedicó á realizar el proyecto del canal de Maipú, procurando los fondos necesarios para esta obra, cuya necesidad era mas urgente cada dia. Cuando Pino, ocupado por esta empresa filantrópica, contaba dos años de presidente, recibió nombramiento para suceder en el vireinato de Buenos-Aires al marqués de Avilez, promovido al del Perú por fallecimiento de D. Ambrosio O'Higgins.

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CAPÍTULO II.

Estado de la fé entre los infieles á principios de este siglo.-Establecimiento del seminario de naturales en Chillan.-Rasgo generoso del presbítero Moncada.-Conducta de Vilumilla.-Resultados poco favorables del seminario.-Descripcion de la provincia de Nahuelhuapi.-El padre Felipe Lagunas (1) emprende viaje para convertir á sus moradores.-Trabajos de su apostolado, y muerte.-Empresas apostólicas de su compañero Juan José Guillermo.-Mision del padre Manuel Hoyos.-Muerte del padre Guillermo.-Alarma de los naturales. Conducta imprudente del padre Francisco Elguea.— Sedicion de los naturales, incendio de la mision, y muerte de Elguea. -Emigracion de los Chonos.-Conversion de los Chonos.-Predicacion esforzada de frai Agustin Guevara y sus felices resultados.Tolten, Villarica y la Imperial reciben misioneros.-Trabajos de los padres Juan de Ravanal y Pedro Aguilera.-Conducta del úlmen Ignalican.-Fúndase iglesia en Tolten.-Su destruccion.

As alternativas que sufria la fé en los Estados de Arauco desde cerca de dos siglos atrás, hizo pensar sériamente á los obispos y magistrados de Chile en adoptar otros medios que pudieran encarnarla mas radicalmente, si posible fuese, en el corazon de sus infieles habitantes. La constante esperiencia les mostraba que en las revueltas de la guerra se desvanecian todas las saludables impresiones que produce la doctrina evangélica con mui cortas escepciones, los que habian abjurado los errores del paganismo se volvian á él con agravio de la religion: y lo mas venerando en concepto

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(1) Wanden-Meren suele llamarse á este mismo generoso jesuita, y en efecto este es su verdadero apellido, que Olivares traduciéndolo del aleman al español lo llama Lagunas.

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