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ORIGENES DEL LENGUAJE CUBANO

(AL SR. ENRIQUE JOSÉ VARONA.)

Apenas fué descubierto el Nuevo Mundo, cuando los sabios principiaron á tratar de la procedencia de los indios; pero siendo creencia general la de un origen común para toda la especie humana, y la de haberse poblado el mundo por los descendientes de Sem, Cam y Jafet, hijos de Noé, era forzoso admitir que los americanos pertenecían á las tribus de Asia, de Africa ó de Europa. Unos fundaban sus opiniones en las tradiciones; otros, en la semejanza de usos y costumbres; algunos, en las relaciones físicas; y no pocos, en la afinidad lingüística. El Dr. Alejo Vanegas, (1) fundado en la autoridad de Aristóteles, creía que los indios descendían de los cartagineses; Gilberto Genebrardo, Manases Ben Israel, (2) Arias Montano, Jorge Hormio, que de los hebreos; Huet, y Kirchero, que de los egipcios; Hugo Grocio, que de los etiopes; Gonzalo Fernández de Oviedo, (3) que de los españoles (porque las islas de Barlovento son, según él creía, las Hespérides de Hespero, XII rey de España, quien las pobló con gente española); Jacobo Charrón y Guillermo Postelo, que de los franceses; Hendreich, que de los fenicios; el P. Simón Vasconcelos dice, que otros dijeron, que los primeros pobladores de Indias eran troya

(1) Gregorio García, Origen de los indios.

(2) Origen de los Americanos, Amsterdam. 1650. (3) Historia de las Indias, 1a p., lib. II. cap. 3.

nos; (1) De Guines y Jones, que eran hunos y tibetinos; Forniel, que japoneses; otros, que noruegos y dinamarqueses (porque Noddoco fué quien descubrió á Islandia, y después estuvo en ella el año 864 el sueco Guardaro); Sufrido Pedro, que descendían de los frisios; otros, que de los escitas; Humboldt, que de los chinos, etc. Todos han tenido datos en que apoyar sus razones y muchos por la filología han halla lo las relaciones deseadas.

Así descubrieron que el nombre Perú es hebreo, y significa tierra fértil, porque viene del verbo pará, que quiere decir frutificar. Del mismo verbo se deriva la palabra Parhuay, flor de cualquier planta.

Los nombres Anacaona y Anacahuarqui, también los derivaron del hebreo Anna, que quiere decir graciosa ó misericordiosa. El nombre Anahuac (que en azteca significa «junto al agua;» comp. de a, apócope de atl, agua, y de nahuac, junto, cerca) lo derivaron del fenicio anak, que los pobladores de Cartago incluyeron en el de Chadre-Anak, qne dieron á la ciudad y significa «asiento de los Anakeos». Como prueba citaron la palabra Anaga, (nombre de una punta de Tenerife) corrupción del vocablo anack.

Conjeturaron, que de la misma manera que los fenicios introdujeron en Grecia la palabra ule, que significa agua, de donde los helenos dijeron uligo y los latinos ulúa, (2) pudieron traerla á las Indias y formar el nombre Culhúa, de un pueblo de Méjico. Rímac, nombre antiguo de Lima y del rio que pasa por ella, significa «el que habla», porque lo relacionaron con el verbo hebreo rimani, rimanqui, hablar.

El versículo 7 del cap. III del libro II de los Paralipómenos, dice: Porró aurum erat probatissimum, y Arias Montam leyó: Et aurum erat aurum ex loco Paruaim, de donde dedujo (lo mismo que Genebrardo y Vatablo) (3) que Peruaim es el Perú, el mismo nombre Ophir de los hebreos, alterado por la simple trasposición de letras; porque lo que ahora se dice Perú ó Pirú, con p áspera, se había de pronunciar Phirú, con p raphe, conforme á la costumbre y modo de hablar de los hebreos antiguos, quienes tenían solo el sonido ph de los griegos, que aún conservan los árabes; pero después que tuvieron dicha p áspera, resultó que Phirú es trasposi

(1) Noticias del Brasil, lib. I, núm. 90.

(2) Como asegura Heurnio, en su Filosofía, cita del P. García. (3) García, Origen de los Indios.

ción de Ophir, ó phir, lo mismo que de ruclub se dijo cherub (querub); de chebez, checeb; de gabarán, barragán, etc.

En quichua, canini, caninqui, significa morder, y el derivado canic, el que muerde; de aquí dedujeron que canic era el mismo vocablo latino canis, el perro. Mitayoc, en peruano, significa enviado á trabajar; y en latín mitto, mittis, es enviar. Hua, en quinchua, es el llanto, derivado de huacani, huacanqui, llorar; y en castellano huay ó guay, significa llanto, voz italiana, como puede verse en Petrarca, en el soneto

Era il iorno.

Onde y miei GUAI,

Nel commune dolor s in comminciaro

La palabra mama, en peruano, significa madre ó ama, como mamacuna, matrona; mamaquilla, madre luna (la luna); mamanchic, nuestra madre; mamacocha, madre de las aguas (el mar). Tata, significa padre, como en castellano (en tarasco existen las mismas palabras mama y tata, que en lengua maya se dice mam y tat), que según Calepino proceden del griego mama, que significa abuela, madre ó ama, y tata, padre.

Theos, en griego, significa Dios, como en mejicano Teotl, de donde teocalli, casa de Dios (de Teotl, Dios y cal-li, casa), Teotlalpan, en tierra divina (de teo, apóc. de teotl, dios; tlal, por tlalli, tierra, y de pan, en); Teotlatolli, palabras divinas (de teotl y tlatol-li, palabra).

Canibales, que según Herrera, quiere decir hombres valientes; para Hornio, (1) significa en púnico senores graciosos, de que tomó nombre la familia de Aníbal. Puna, isla, como si se dijera Púnica, se formó del nombre Penes ó Phenos. El mismo origen fenicio dieron á las palabras Pánucu, Panamá, panné, pynole. Como en lengua púnica, las palabras que principian por kar, kir, karja, karta, v. g.: Cartago, Carteia, etc. significan ciudad, dedujeron que pertenecían al mismo idioma los nombres Caracas, (que en Ptolomeo se lee Caraga), Cayri (la isla de Trinidad), Carahate (pueblo de la isla), Cariaco (provincia), Curabi (isla), etc. etc.

También el nombre Habana, dijeron, está publicando ser fenicio, derivado de los hereos, ó de la ciudad de Hava, de que no está lejos el rio Abana de Damasco. «Caribes, dice el citado Hornio, es corrupción de cariphe, como batallador, pues carcb en fenicio significa batalla y rapha hombre feroz y fuerte; y corrompida.

(1) García, origen de los Indios

esta voz, llamaban Alpha los Asboto, que eran fenicios, al Jabalí que mató á Adonis, por entender con esta voz el cruel y fiero.» También son fenicios, según el mismo escritor, las siguientes palabras (de la lengua de Cuba y Hailí): cinaro (el airado), guáibba (vete) machahuca (que me importa), ciba (el peñasco), mayani (nada), copey (arbol), canou (el barco), bohio (la casa), macana (la espada de madera con filos de pedernal), guazá vara (el reencuentro de soldados); aréito (baile y cantar), Anacaona (flor del oro), hamaca (cama en el aire), tainos (los nobles), etc.

Muchos de estos vocablos son, según otros escritores, originarios del hebreo. Fray Juan de Torquemada (1) impugna un papel escrito anónimo, que decía, que Cuba era nombre hebreo, por que por ventura se llamó así el primer cacique que la descubrió y pobló; que cacique se deriva del hebreo,acatin, que significa principal, ó altura, porque el cacique es el principal y el más alto en la tribu; que Haynan (rio de Santo Domingo) se deriva de hain, que en hebreo quiere decir fuente; que cinato (como los indios llamaban al triste y lloroso) de cinotl, que en hebreo significa lloroso ó triste, ó enojado; que macana (arma de guerra) procede de macha, que en hebreo quiere decir herida, ó ingenio, porque es ingenio ó instrumento para herir; que carib (caribe), es derivado de carith, que quiere decir ocursus ignis, llama de fuego, que todo lo abrasa por donde pasa; que canoa, de canon, en hebreo, que quiere decir statio in qua, estancia en el agua; arí (ají), de avú hebreo, que significa furor ó cosa furiosa, por el gran calor y furia que tiene, que quema la boca.

No faltó quien dijera que los nombres Xandave, Xamundi y Xandu (de Popayán) eran chinos, porque existían los mismos cerca de Tendut; que también eran chinos Quimba (cuyas sílabas traspuestas dicen Baquin, nombre de Pequín, capital de China), Cumba (en Pacto), Coquimbo (en Chile), Cumbinama (en el Perú), Managua (en Nicaragua), Maguana (en Haití) y Champoton (en Yucatán) etc.

Sería prolongar demasiado estas líneas si pusiéramos las etimologías de todas las palabras americanas que los escritores han derivado de los idiomas del Viejo Mundo. Es verdad que de allá hemos recibido muchas, desde la conquista hasta la fecha, y hoy tienen carta de naturalización en nuestro lenguaje criollo, v. g.:

(1) Monarquía Indiana, lib. I, cap. IX, págs. 23 y 24. Madrid 1723.

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