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>> Las Hermanitas de la Inmaculada fundadas por Doña >> Vicenta López de Vicuña,-La Madre Vicenta―; Las <Oblatas del SS. Redentor, fundadas por el Venerable >> Obispo de Daulia; Las Hermanas de la SS. Trinidad; >> Las Hospitalarias; Las Hijas de Jesús y otras más que » no recordamos en este momento» (1).

Y tiene que suceder así, porque en todo tiempo habrá almas escogidas; espíritus privilegiados capaces de comprender la alteza y santidad de la vida claustral. Lo sublime, lo heróico, atrae, cautiva, conmueve y entusiasma siempre: y sublime y heróico en sumo grado es el sacrificio de la voluntad en aras de la obediencia regular; la renuncia á las riquezas y placeres de la vida mundana en una época que no adora otro Dios que el oro, ni reconoce otro poder que el del cheque al portador; estar siempre dispuestos á partir á la primera órden detras de las huellas de sus antepasados á llevar la luz de la fe y los beneficios de la civilización á las Pieles rojas de América, ó á las feroces tribus del Africa; á los pueblos nómadas de las pampas, ó los estacionarios en la China; á misionar á salvages igorrotes ó á los fanáticos discípulos de Confucio; á encargarse del ministerio parroquial de un pueblo ó del ministerio docente de un Colegio. Que sucumbe al recorrer los bosques virgenes, al atravesar los rios, al encaramarse en las rocas, al caer en un precipicio, ó victima de las garras de un tigre, de la mordedura de

(1) P. Uncilla. Comp. de hist ecle. d. Esp Periodo sexto. c. 5. SS 11.

las serpientes ó de la glotonería de los antropófagos, ¿qué importa? otro compañero seguirá sus pasos, y al encontrar los restos del mártir abandonados por los canibales ó las fieras, los sepultara piadoso y compasivo, recitara breve oración fúnebre, colocará en aquel sitio una cruz y seguirá su camino, dispuesto á sufrir igual suerte. Nó; no ha pasado el tiempo de las Corporaciones monásticas, ni pasará, mientras haya en el mundo dolores que consolar, enfermos que cuidar, pobres que socorrer, pecadores que convertir, é infieles é ignorantes que civilizar é instruir. Vedles siguiendo las huellas del salvaje por barrancos profundos, aventurarse en medio de los rios sobre algunos maderos; ó de bosques no hollados por planta humana; vedles atravesar muy á menudo inmensas distancias, por senderos fangosos, por lugares inacesibles para reunir el rebaño de Cristo; hacerse todo para todos; habituarse á sus repugnantes comidas como ranas crudas, ó caza aun sangrienta; dormir en fétidas cabañas; labrar tierras vírgenes con instrumentos de madera, trabajar á destajo mientras le contempla el ocioso salvaje, ense. ñarle útiles oficios, destruir el origen de su glotonería y darles una idea de lo que menos pueden comprender. La Providencia. Seria prolijo si hubiera de seguir los oscuros pasos de estos Maestros sin altanería; bienhechores sin esperanza terrena y mártires sin fausto. La historia no suele atenderles, no suele darles un nombre inmortal, como tampoco se lo da al humilde arroyuelo que derrama la abundancia por los campos, mientras alabamos y llamamos rey, al Tajo, y al Duero

y al Ebro que devastan la campiña llevando la desolación á todas partes. Todo esto es el Religioso que ahora, como antes y como siempre, y lo mismo en Africa, Asia y América que en Oceanía y Europa ha llevado consigo las ciencias las artes y la cultura de la civilización á las perdidas islas de mares ignotos y á los últimos confines del mundo conocido.

CAPÍTULO II.

SUMARIO

Filipinas.--Descubrimiento.--Primeros Misioneros.— Religión y gobierno; estado social y número de habitantes en el país.-Temor y desconfianza de los Cebuanos.-El santo Niño.-Los cinco Padres Agustinos de la Expedición de Legaspi.--Guerras entre los indios, y armas que usaban.-Los Frailes autores de todo lo útil y beneficioso del país.— Los mediquillos 6 curanderos indios.— Los Babaílanes. - El Capitán D. Pedro Mondejar y el P. Nicolás Puras. -Nacimientos; matrimonios y funerales.--Danzas: el colasisi.—-Supersticiones; los tumaos; los nonos y los asuanes - Hechicerías. — El tumao y los Capitanes D. Modesto Gerona y D. José Mendoza.

El 27 de Abril del año 1565 arribaron á las playas de Cebú los cinco primeros Religiosos de la Orden de S. Agustin; los cuales embarcaron en la expedición dirigida por uno de ellos, Fr. Andrés Urdaneta. al mando de D. Miguel López de Legaspi; este con el titulo y nombramiento provisional de General de la Armada; sin que la dicha dirección del P. Urdaneta amenguara poco ni mucho la gloria inmarcesible del prudente Gobernante y hábil diplomático, López de Legaspi, que tuvo el acierto y el talento de saber utilizar con éxito maravilloso los excasos elementos que el Virey Mexicano puso á su disposición para una empresa tan ardua y difícil como honorífica y gloriosa. Ya antes el Virey, D. Antonio de Mendoza había ofrecido el mando

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y la dirección de la expedición segunda al P. Fr. Andrés Urdaneta, que entonces no era todavía Religioso; pero si era un náutico expertísimo, un cosmógrafo consumado y un matemático insigne, autor también de un nuevo derrotero desde las Molucas á Nueva España. El sabio Urdaneta declinó el honor de tan elevado y arriesgado cargo; no ciertamente por miedo, porque esta debilidad no podía caber en el esforzado pecho del bravo capitán, compañero de Loaisa y de Elcano; sino porque ya entonces meditaba una de esas resoluciones, que influyen decisivamente en los destinos del hombre, y hacen virar en redondo y tomar rumbo opuesto á los escogidos como instrumentos de la Providencia para más altos fines.

Cuando el Rey D. Felipe II subió al trono español, uno de sus primeros proyectos fué la conquista política y religiosa de aquel lejano Archipiélago, que llevaba un nombre derivado del suyo, é impuesto por Ruiz López de Villalobos; y del cual hacían una descripción maravillosa aquellos primeros exploradores que procedían de México, y todavía se admiraban después de haber visto la naturaleza americana en todo su esplendor y magnificencia, al contemplar la exuberante vegetación filipina. Con este fin dirigió el Rey á su Representante en México una cédula de ruego y encargo para ser entregada al ya Religioso Fr. Andrés Urdaneta, en la cual literalmente decía:--Según la mucha >noticia que vos diz que tenéis de las cosas de aquella «tierra, y entender como entendéis las cosas de la na>>vegación de ellas, y ser buen cosmógrafo, sería de

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