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Octubre 2 de 1850

Discurso pronunciado por el Excmo. Sr. Gobernador de Oaxaca en la clausura de las primeras sesiones ordinarias del soberano congreso del Estado

Señores diputados y senadores:

Conforme á la constitución del Estado, el día de hoy debéis dar punto á vuestros trabajos legislativos. El gobierno ve con sentimiento este suceso, porque quisiera que los representantes del pueblo estuvieran siempre en actitud de dictar medidas prontas y eficaces que destruyan todos los abusos, y remuevan todos los obstáculos que privan á los oaxaqueños del goce completo de las garantías que les concede la constitución ó que embarazan la marcha de la administración pública, nulificando los esfuerzos de las autoridades; pero este deseo no puede

calma y circunspección propias de un cuerpo á quien no dominan influencias de partido. El triste y doloroso recuerdo de lo pasado, el campo que dejamos atrás regado de sangre y de víctimas, no ha producido otro provecho que hacernos cuerdos y sensatos: ya no queremos rencillas personales, sino emplear el tiempo en hacer prosperar á una sociedad harto fatigada con nuestras revueltas políticas. Los nobles sentimientos del patriotismo inspiran ideas grandes y generosas: la reconciliación con todos los partidos, que bajo distintas denominaciones profesan principios republicanos, amor al pueblo é interés por mejorar su condición: he aquí el propósito de V. E. y el de la actual legislatura. El delito de conspiración cometido en algunos puntos del Estado, debió haber sido castigado con el rigor de la ley, porque sólo así quedaba vindicada la sociedad del agravio que se le había inferido; pero un olvido del crimen ó un perdón generoso, es las más veces el mejor correctivo que puede aplicarse á los hombres que en política se equivocan, y alentada la legislatura con esta esperanza, decretó la amnistía en favor de varios desgraciados que aguardaban el fallo de sus jueces."

realizarse, porque la ley constitucional limita el tiempo de vuestras deliberaciones y porque el tesoro público no basta para satisfacer los gastos que necesariamente debieran erogarse en las sesiones extraordinarias del cuerpo legislativo por largo tiempo. Sin embargo, si no es dado hacer todo lo que se quiere en beneficio de la sociedad, vosotros en el corto período de vuestras sesiones habéis puesto todos los medios, habéis hecho todo lo posible para satisfacer las necesidades más urgentes del Estado.

La salubridad pública en estas circunstancias angustiadas en que la terrible epidemia del cólera diezma algunas de nuestras poblaciones: 1 la recompensa de los servicios de los militares que se inutilicen ó mueran en defensa de las leyes: el arreglo de la instrucción primaria en los pueblos del Estado: la reforma de las leyes que arreglan la administración de justicia: la organización del cobro de algunas de las contribuciones que forman el tesoro público, he aquí los objetos importantes que han ocupado vuestra atención y absorbido vuestras meditaciones. El

1 Con motivo del cólera, leemos en La Crónica, periódico de gobierno del Estado libre de Oaxaca, fecha 3 de Julio de 1850: "Hoy ha comenzado en esta Santa Iglesia Catedral, por disposición del venerable cabildo eclesiástico, un triduo de rogaciones públicas que terminará el día 5 con una procesión solemne en que se llevarán las imágenes de Jesucristo, María Santisima y el santo patrono de la ciudad. El gobierno del Estado, invitado por el mismo venerable cabildo, asistirá con todas las autoridades á este acto religioso en que se implora al Dios de las misericordias para que nos libre del terrible azote del cólera morbus."

gobierno que conoce toda la importancia de las medidas que habéis sancionado, redoblará sus esfuerzos para llevarlas al cabo, á fin de que produzcan los benéficos resultados que os habéis propuesto. Dije.

Diciembre 1o de 1850

Discurso pronunciado por el Excmo. Sr. Gobernador de Oaxaca, ante el soberano congreso del Estado, al cerrar sus sesiones extraordinarias

Señores diputados y senadores:

Fieles á vuestros juramentos de promover el bien de los oaxaqueños, os habeis dirigido á la representación nacional, manifestando por una parte la ruina cierta de nuestro erario, y la consiguiente pérdida de la soberanía del Estado, y por otra la peligrosa posición en que se colocaría la nacionalidad de la república, si se sancionan las iniciativas que el ministerio de hacienda formuló en 25 de Julio próximo pasado; y si se aprueba el tratado sobre la comunicación de los mares por el istmo de Tehuantepec en los términos que lo acordó el agente del gobierno mexicano con el de los Estados Unidos del Norte -América.

De la sabiduría y patriotismo de los representantes de la nación, debemos esperar: que pesando las poderosas razones que habeis expuesto, obsequiarán la justa petición del congreso de Oaxaca: que considerando que la independen

cia y soberanía de los Estados consignados en la carta fundamental de la nación, no son frases de adorno, sino derechos positivos que se han conquistado y conservado con la sangre de los pueblos y con todo género de sacrificios, no permitirán que se menoscaben ó se pierdan con un solo rasgo de pluma: que tendrán en cuenta, para no desoir vuestros clamores, que el Estado de Oaxaca agota todos sus recursos, sacrifica á sus mejores hijos, pone en juego la honradez y la sabiduría de sus hombres públicos, y se aprovecha del entusiasmo ardiente de su preciosa juventud, no para ostentar vanamente sus elementos, sino para sostener y consolidar sus derechos de libertad, independencia y soberanía, para restablecer la moral y para establecer una paz sólida y duradera, conquistando así una memoria grata en la posteridad, y un porvenir de dicha y de consuelo para sus hijos. ¿Y será justo que tantos afanes y el trabajo de tantos años de sacrificios se destruyan de un solo golpe y en un solo día, y se destruyan á ciencia y paciencia de los representantes de los pueblos? No, señores, no debemos esperarlo. En la representación nacional existen sabios y celosos federalistas que sabrán descubrir y contrariar los proyectos que tiendan á destruir el sistema que la nación ha adoptado para su gobierno interior. Vosotros, señores, habeis ya manifestado el peligro, habeis hecho en favor del Estado cuanto cabe en la esfera de vuestras facultades; pero si á pe

sar de esto, vuestras razones fueren desatendidas, si vuestros temores llegaren á realizarse, y el Estado, obligado por la miseria á que se le quiere reducir, volviere á someterse al yugo del poder central, lo que Dios no permita, nos quedará al menos el consuelo, aunque estéril, de que Oaxaca fué desgraciado, pero no indigno de ser libre. Pero repito, no debemos esperar tamaña desgracia. La representación nacional cumpliendo con la sagrada misión que le encomendaron los pueblos, sabrá alejar de nosotros el peligro que habeis previsto.

Retiraos, pues, señores, á la vida privada, con la satisfacción de haber llenado cumplidamente los objetos para que fuísteis convocados. Robustecido el ejecutivo con las amplias facultades que le habeis concedido para restablecer la paz y para conservar la tranquilidad pública, no perdonará medio ni sacrificio para corresponder á tan distinguida muestra de confianza. Otra vez el cuerpo legislativo me invistió con iguales facultades, y puedo aseguraros sin temor de ser desmentido, porque son públicos mis hechos, que jamás las usé para hacer el mal, sino para evitarlo y hacer el bien. Esas facultades en mis manos, lejos de ser una amenaza, serán el más fuerte escudo de las garantías individuales. Sólo deben temerlas los criminales y los que por saciar venganzas innobles, y por satisfacer ambiciones mezquinas y vergonzosas, intenten turbar la tranquilidad pública y la seguridad de

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