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Estaba muy ocupado Antonelli en estos trabajos cuando recibió en 18 de diciembre de 1589 una real orden man dándole ir á Honduras, que obedeció en el momento, despues de haber dejado las disposiciones convenientes para poder proseguir aquellas obras. Pasó por S. Juan de Ulúa en 18 de febrero de 1590, y alli formó la planta y descripcion de aquel puerto, en el que dejó una instruccion del modo con que se debia fortificar y dar seguridad á las embarcaciones que llegaban á él. Examinó el camino nuevo que iba desde S. Juan de Ulúa hasta Méjico; y desde esta capital escribió al Rey con fecha de 1.° de marzo del propio año, participándole todo lo que habia visto y dispuesto en aquella jornada, presentándosele muchas obras que construir, para lo cual convenia que S. M. mandase librarle una real provision para poder obrar con libertad, pues su deseo era acertar en su servicio, y caminar por las pisadas de su hermano Juan Bautista; y enviarle à su sobrino Cristóbal de Roda por su ayudante, pues creia no fuese necesario en España para la navegación del Tajo, supuesto que Andres García estaba bien enterado de aquella empresa. Con este motivo pedia al Rey que se sirviese mandar pagarle mil ducados, que todavía se le debian de la jornada al estrecho de Magallanes; y concluia avisando que antes de ocho dias saldria de aquella ciudad para Honduras.

Anduvo por tierra hasta aquella provincia desde Méjico trescientas leguas con mucho trabajo y gasto de su hacienda. Examinó entonces la bahía de Fonseca hasta PuertoCaballos, donde intentó D. Juan de Hermosilla trasladar el comercio de Nombre de Dios y de Panamá para los reinos del Perú, islas Filipinas y la China. Evacuada esta comision volvió Baptista á la Havana, de donde con fecha de 7 de octubre del mismo año 1590 envió á S. M. la descripcion de la dicha bahía de Fonseca y sus inmediaciones, y la de Puerto-Caballos, explicando su fuerza y el modo de hacer prosperar en él el comercio y la navegacion.

Proseguia con zelo y actividad en la direccion de las obras de la plaza y puerto de la Havana cuando en 1.° de noviembre de 1591 avisó al Rey haber concluido la trin

chera de la Punta, diciéndole que habia enviado à S. M. un diseño del castillo del Morro en la flota del general Diego de la Ribera. Hay una carta de Antonelli en el archivo general de Indias entre otras muchas suyas que han dado materia para ordenar estas noticias de su vida, de las cuales se copian algunas en los citados Documentos con el núm. xvi. Una escrita á su protector Juan de Ibarra en 10 de febrero de 1591, diciéndole que tenia aviso de unos amigos suyos de Cartagena de que el Rey habia mandado destinar ochenta mil ducados para fortificar aquella plaza, nombrando por gobernador de ella á Gabriel de Lujan, y que por ser buen caballero y de mucho sosiego, holgára en extremo servir en su gobierno. Esta insinuacion hubo de hacer que la inclinacion que Ibarra le tenia, y las vejaciones que le causaba el maese de campo Tejada, moviesen el ánimo de S. M. á que le nombrase para ir á Cartagena, como en adelante se dirá.

Entre tanto seguia Baptista en la Havana adelantando aquellas obras, pues en 5 de marzo de 1593 avisó á Felipe II el estado y progresos que tenian, y el de una mina de cobre que habia descubierto á dos leguas de aquella plaza y media del mar, asegurando ser el metal de buena calidad y abundante, pues que con él se podia proveer toda la América, y aun traer á España, si se beneficiase como debiera, en el supuesto de que producia la mina veinte y cinco libras de cobre por un quintal de tierra. Decia tambien que cuando S. M. mandase cerrar aquel puerto con cadena, sería muy conveniente fuese de cobre, porque el hierro se corroia facilmente y se llenaba de herrumbre. Y acompañaba una puntual descripcion del puerto y del acueducto de la Chorrera, que él habia construido de orden de Tejada; quien habiéndole ofrecido por ello mil ducados, no se los queria pagar despues de haber acabado la obra.

Con la misma fecha participó todo esto á su favorecedor Ibarra, añadiendo que tenia una inflamacion en el rostro, de que no podia curarse sino volviendo á España, como decian los médicos, por ser aquel clima muy perjudicial á su salud. De resultas de esta carta presentó el secreta

rio Ibarra al Rey un memorial en su favor, que se copia en los citados Documentos; pero entonces ya habia mandado S. M. que Antonelli pasase á Cartagena á dirigir las fortificaciones, pues que con fecha de 8 de agosto del mismo año escribió Baptista al Rey desde la Havana, dándole gracias por las honras que le hacia con el nombramiento de aquel nuevo destino, que sentia mucho no poder aceptar por la inflamacion que aun padecia en la cara : dolencia igual á la de que habia muerto su hermano Juan Bautista; y porque Cartagena era un pais todavia mas cálido que la Havana, donde no podia estar: por tanto suplicaba á S. M. se dignase concederle licencia para volver á España á curarse. Añadia que en aquel invierno quedaria el Morro en defensa, pues solo faltaba terraplenarle y hacerle una cisterna; y que permaneciendo él alli dicho tiempo, se adelantarian las demas obras hasta quedar en estado de poder dirigirlas el aparejador Juan de la Torre, que estaba bien instruido, y hechas las mas dificiles; y que podian encargarse las de Cartagena á su sobrino Cristóbal Roda, á quien daria la orden de todo, y era » hombre que muy bien se puede V. M, » fiar de él; y será menester que de España se provea de " oficiales y herramientas para aquella fábrica, porque alli "no hay cosa ninguna.”

Antes de escribir esta carta habia hecho Baptista una informacion en la Havana el año 1592 ante el licenciado Juan Francisco de Guevara, teniente del gobernador de Cuba, y ante el escribano Gerónimo Vazquez, con médico, cirujano y testigos, sobre el estado de su salud, que no podia recobrar sin salir de aquella tierra, y sobre sus méritos y servicios hechos en América, la que ya enviára al Rey en unas fragatas.

Hubo de mejorarse Antonelli de su inflamacion, á lo que pudo muy bien haber contribuido la satisfaccion de habérsele aumentado el sueldo, que tanto necesitaba y reclamaba, por la citada real cédula de 20 de diciembre de 1593; porque obedeciendo las órdenes de S. M. salió de la Havana en 8 de octubre de 1594 para Nombre de Dios, á entender en sus fortificaciones y en las de Cartagena, adon

de arribó arrojado por un temporal en 4 de noviembre, segun carta que escribió alli con fecha del 20 del propio mes. Acompañaba con ella un plan, que en aquellos diez y seis dias habia hecho, de la ciudad y de las fuerzas que tenia, explicando las obras que se debian hacer para su seguridad, y diciendo que en aquel mismo dia partia para Nombre de Dios, de donde avisaria lo que pareciese conveniente construir en dicho puerto. El Rey envió á la Havana para ayudarle á Cristobal Roda, quien estaba ya alli en principios de marzo de 1593, como se dirá en su artículo.

En 15 de mayo del año 1595 escribió Baptista á S. M. desde Portobelo, dándole cuenta de todo lo que habia dispuesto en aquel puerto, en Cartagena, Nombre de Dios y Panamá, adonde habia ido por un camino nuevo y mal dirigido, y donde habia estado enfermo dos meses con calenturas mortales, y desahuciado de los médicos. Repetia la necesidad de trasladar alli la poblacion de Nombre de Dios, de construir un fuerte y una torre, para cuyas obras pedia doscientos negros, pues de no enviarlos costarian treinta mil ducados mas.

y

Lo mismo escribió á Ibarra con igual fecha, y hablándole de Cartagena, que el gobernador trataba de cercar, le decia: » Seria esta obra la defensa del faisan, que en sin»tiendo ruido esconde la cabeza y deja el cuerpo descu»bierto, por lo que soy de parecer que se fortifique el » puerto solamente." Y como no le probase bien aquella tierra, volvió à insistir en lo de la licencia para tornar á España, ofreciendo dejar en su lugar un mancebo, natural de Madrid, muy instruido y adelantado en la fortificacion, que hacia ocho años andaba en su compañía (1).

Estando Antonelli en Panamá el año 1596 entró el corsario Francisco Drack en Portobelo, y fue de gran servicio su persona en aquella invasion, porque acudió á la

(1) Este mancebo, segun lo que yo he podido averiguar en los papeles del archivo general de Indias, era un Diego Fernandez Fariñas, veedor de las obras de Portobelo, con obligacion de servir las ausencias y enfermedades de Antonelli.

defensa del rio Chagre, creyendo que el enemigo subiria por él á robar á Panamá. Construyó entonces el fuerte de S. Pablo en el cerro, que llaman Caparilla, en una angostu→ ra del camino de Portobelo á Panamá, peleando contra el inglés hasta obligarle á retirarse, con lo que se salvaron siete millones de pesos, que habian llegado del Perú, y se estorbó el saqueo que Drack hubiera hecho en aquella ciudad.

Visitó despues á Sta. Marta, el rio de la Hacha Y la Florida, y en todas estas partes dejó prevenido lo que se debia hacer y el Rey habia mandado. Pasó (1) el 1604 en compañia de Pedro Suarez Coronel à reconocer las salinas de Araya, situadas á diez grados de altura entre el trópico de Cancer y la línea equinocial, á fin de evitar que los enemigos se proveyesen de ellas. Existe en la sala de los manuscritos de la Biblioteca real de Madrid una relacion impresa del reconocimiento que Baptista hizo, su parecer, y los medios que propuso para cegarlas. Visitó tambien la isla Margarita, y dejó orden de lo que se habia de construir en ella. Levantó un castillo en la villa de Caparayba en la costa del Brasil, con el que consiguió ahuyentar á los holandeses que sacaban el palo y otros frutos de aquel pais.

Despues de tan largos y dilatados viages volvió por fin á España, y hizo al Rey relacion de todo lo que habia dispuesto y construido en América. En premio de tan grandes servicios fue destinado á Gibraltar, donde estuvo seis meses trazando y comenzando el muelle, que se siguió por sus planes. De alli pasó á la jornada de Alarache con el marqués de la Hinojosa, donde entró disfrazado de marinero á reconocer sus fuerzas y defensa en una saetía francesa. Evacuada esta diligencia tornó adonde estaba el marqués, que en vista de su informe, la conquistó. Permaneció Antonelli cinco años en aquella plaza despues de conquistada, construyendo sus fortificaciones hasta ponerla en defensa.

Falleció por último sirviendo todavía al Rey, sin que

(1) Desde España adonde habia vuelto, y donde residia el año de 1603.

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