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garras de la misma forma: en el nudo de la rodilla tenia un ojo solo. De aquestas monstruosidades tenian todos muy grande admiracion; y considerando personas muy doctas, que siempre semejantes monstruos suelen ser prodigiosos, pusiéronse á especular su significacion, y entre las mas que sé diéron, fué sola bien recibida la siguiente: Que el cuerno significaba orgullo, y ambicion: las alas inconstancia y ligereza falta de brazos, falta de buenas obras; el pie de ave de rapiña, robos, usuras y avaricias el ojo en la rodilla, aficion á vanidades, y cosas mundanas : los dos sexos, sodomía, y bestial bruteza. En todos los cuales vicios abundaba por entonces toda Italia, por lo cual Dios la castigaba con aquel azote de guerras, y disensiones; pero la cruz y la Y eran señales buenas, y dichosas, porque la Y en el pecho significaba virtud. La cruz en el vientre, que si reprimiendo las torpes carnalidades, abrazasen en su pecho la virtud, les daria Dios paz, y ablandaria su ira. Ves aquí, en caso necesario, que cuando todo corra turbio, iba mi padre con el hilo de la gente, y no fué solo el que pecó, harto mas digno de culpa serias tú si pecases, por la mejor escuela que has tenido ténganos Dios de su mano, para no caer en otras, ó semejantes miserias, que todos somos hombres.

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CAPÍTULO II.

En que Guzman de Alfarache prosigue contando quienes fuéron sus padres, y principio de conocimiento, y amores de su madre.

VOLVIENDO á mi cuento, ya dije, si mal no

me acuerdo, que cumplida la penitencia, vino á Sevilla mi padre por cobrar la deuda, sobre que hubo muchos dares y tomares, demandas, y respuestas, y si no se hubiera purgado en salud, bien creo que le faltara en Arestin ; mas como se labró sobre sano, ni se pudiéron coger por seca, ni descubriéron blanco donde hacerle tiro. Hubiéron de tomarse medios, el uno por no pagarlo todo, y el otro por no perderlo todo; del agua vertida cogióse lo que se pudo; con lo que le diéron volvió el naipe en rueda. Tuvo tales, y tan buenas entradas, y suertes, que ganó en breve tiempo de comer y aun de cenar. Puso una honrada casa: procuró arraigarse; compró una heredad jardin en san Juan de Alfarache de mucha recreacion, distante de Sevilla poco mas de media legua, donde muchos dias, en especial por el verano, iba por su pasatiempo, y se haçian banquetes,

Aconteció, que como los mercaderes hacian lonja para sus contrataciones en las gradas de la Iglesia mayor, que era un anden, ό paseo hecho á la redonda de ella, por la parte de afuera tan alto como á los pechos; considerado desde lo llano de la calle, á poco mas ó menos, todo cercado de gruesos mármoles, y fuertes cadenas, estando allí mi padre paseándose con otros tratantes, acertó á pasar un cristianismo, á lo que se supo, era hijo secreto de cierto personage. Entróse tras la gente hasta la pila del Bautismo, por ver á mi madre, que con cierto caballero viejo de hábito militar, que por serlo, comia mucha renta de la iglesia, eran padrinos: ella era gallarda, grave, graciosa, moza, y de mucha compostura. Estúvola mirando todo el tiempo que dió lugar el ejercicio de aquel sacramento, como abobado de ver tan peregrina hermosura, porque con la natural suya, sin traer aderezo en el rostro, era tan curiosa, y bien puesto el de su cuerpo que ayudándose unas prendas á otras, toda en todo, ni el pincel pudo llegar, ni la imaginacion aventajarse. Las partes y facciones de mi padre ya las dije.

Las mugeres que les parece á los tales hombres pertenecer á la divinidad, y que como los otros no tienen pasiones naturales, echó de ver con el cuidado que la miraba, y no menos entre sí se holgaba de ello, aunque lo disimu

laba, que no hay muger tan alta, que no huelgue ser mirada, aunque el hombre sea muy bajo los ojos parleros, las bocas callando, se habláron, manifestando por ellos los corazones, que no consienten las almas verlos en estas ocasiones. Por entonces no hubo mas de que se supo ser prenda de aquel caballero, dama suya, que con gran recato la tenia consigo. Fuése á su casa la señora, y mi padre quedó rematado, sin poderła un punto apartar de sí. Hizo para volver á verla muy extraordinarias diligencias; pero si no fué en algunas fiestas en misa, jamas pudo de otra manera en muchos dias. La gotera caba la piedra, y la porfia siempre vence, porque la continuacion en las cosas las dispone. Tanto cabó con la imaginacion, que halló traza por los medios de una buena dueña de togas largas reverendas que suelen ser las tales ministros de Satanas con que mina y postra las fuertes torres de las mas castas mugeres, que por mejorarse de mongiles, y mantos, y tener en sus cajas otras de mermelada, no habrá traicion que no intenten, fealdad que no soliciten, sangre que no saquen, castidad que no manchen, limpieza que no ensucien, ni maldad con que no salgan. Á esta, pues, acariciándola con palabras, y regalándola con obras, iba y venia con papeles; y porque la dificultad está toda en los principios, y al enhornar suelen hacerse los panes

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tuertos, él se daba buena maña; y por haber oido decir que el dinero allana las mayorés dificultades, siempre manifestó su fe con obras, porque no se la condenasen por muerta. Nunca fué perezoso, ni escaso comenzó, como dije; con la dueña á sembrar, con mi madre pródigamente á gastar, y ellas alegremente á recibir; y como al bien la gratitud es tan debida, y el que recibe queda obligado al reconocimiento; la dueña la solicitó de modo que á las buenas ganas que mi madre tuvo, fué llegando leño á leño, y de flacas estopas levantó brevemente un terrible fuego, que muchas livianas burlas acontecen hacer pesadas veras. Era, como lo has oido, muger discreta, queria, y rezelaba, iba, y venia á su corazon, como al oráculo de sus deseos, poniendo el pro, y el contra, ya lo tenia de la haz, ya del enves, ya tomaba resolucion, ó ya volvia á conjugar de nuevo. Últimamente, ¿qué no corrompe la plata, y qué no el oro? Este caballero era hombre mayor, escupia, tosia, quejábase de piedra, riñon y orina: muy de ordinario le habia visto en la cama desnudo á su lado; no le parecia como mi padre, de aquel talle, ni brio; y siempre el mucho trato, donde no hay Dios, pone enfado las novedades aplacen, especialmente á mugeres, que son de suyo noveleras, como la primera materia, que nunca cesa de apetecer nuevas formas. Determinábase á de

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ΤΟΜΟ Ι

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