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CAPÍTULO VII.

Como despedido Guzman de Alfarache de su amo,

volvió á ser

pícaro, y de un hurto que hizo á un especiero.

En cualquiera acaecimiento mas vale saber que haber; porque si la fortuna se rebelare nunca la ciencia desampara al hombre : la hacienda se gasta, la ciencia crece, y es de mayor estimacion lo poco que el sabio sabe, que lo mucho que el rico tiene. No hay quien dude los excesos que á la fortuna hace la ciencia, no obstante que ambas aguijan á un fin de adornar y levantar á los hombres. Pintáron varios filósofos á la fortuna en varios modos, por ser en todo tan varia: cada uno la dibujó segun la halló para sí, ó la consideró en el otro. Si es buena, es madrastra de toda virtud ; si mala, madre de todo vicio, y al que mas favorece, para mayor trabajo le guarda. Es de vidrio, instable, sin sosiego como figura esférica en cuerpo plano: lo que hoy da, quita mañana: es la resaca de la mar, muchos rodando y volteando, hasta dejarnos una vez en seco en las márgenes de la muerte, de donde jamas vuelve á cobrarnos,

en cuanto vivimos, obligándonos como á representantes á estudiar papeles, y cosas nuevas que salir á representar en el tablado del mundo. Cualquier vario acaecimiento la descompone y roba, y lo que deja perdido y desauciado, remedia la ciencia fácilmente. Ella es riquísima mina descubierta, de donde los que quieren pueden sacar grandes tesoros, como agua de un caudaloso rio, sin que se agote ni acabe; ella honra la buena fortuna, y ayuda en la mala; es plata en el pobre, oro en el rico, y en el principe piedra preciosa : en los pasos peligrosos, en los casos graves de fortuna, el sabio se tiene y pasa, y el simple en lo llano tropieza y cae. No hay trabajo en la tierra, tormenta en el mar ni temporal

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en el aire, que contraste á la ciencia; y asi debe descar todo hombre vivir para saber, y saber para vivir son sus bienes perpetuos, estables, fijos, y seguros. Preguntarásine, ¿donde va Guzman tan cargado de ciencia? ¿Qué piensa hacer con ella? ¿Para que fin la loa con tan largas harengas, y engrandece con tales veras? ¿Qué nos quiere decir? ¿Á donde ha de parar? Por mi fe, hermano mio, á dar con ella en un esporton, que fué la ciencia estudié que para ganar de comer , que es una buena parte de ella, pues quien ha oficio, ha beneficio, y el que otro no sabia para pasarla vida, tanto lo estimé para mi en aquel tiempo,

como en el suyo Demóstenes la elocuencia,

y sus astucias Ulises,

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cubrir ni perder; sufriendo con pa

ellas se prueban los malos con los

Mi natural era bueno nací de nobles y honrados padres, no lo pude forzoso les habia de parecer, ciencia las injurias, que en los ánimos fuertes; y como bienes empeoran, los buenos con los males se hacen mejores, sabiendo aprovecharse de ellos. ¿ Quien dijera, que tan buen servicio sacara tan mal galardon, por tan inopinada y liviana ocasion Salvo si no me dices que anda tal el mundo que por el mismo caso que uno es bueno, diestro en su oficio, y en él hace como debe, por eso mismo le descompone y arrincona, para que todo se yerre : ó que á los que Dios tiene predestinados, tras el pecado envia la penitencia. ¡ Ojalá fuera yo tan dichoso, y me lo castigara á cuerpo presente ! Mi amo ya conmigo maleaba, y su muger le indignó contra mí; cualquier cerrar de ojos bastara; y aprovechara poco, aunque me desvelara mucho en quitarle las ocasiones. Ya estoy en la calle arrojado, y perseguido sobre despedido ¿qué haré ? donde iré ? ¿ ó qué será de mí? pues á voz de ladron salí de donde estaba " quien me recibirá de buena, ni de mala gana? Acordéme en aquella sazon de mis trabajos pasados, como halláron puerto en una espuerta. Buñolero solia ser, volvíme á mi menester,

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no me pesó de haberlos tenido, pues asi me socorrí de ellos, y es bien á veces tomarlos de voluntad, para que no cansen tanto los forzosos en la necesidad; y pues nunca pueden faltar, justo es enseñarse á tenerlos , para mejor saber sufrirlos cuando vengan; demas que humillan á los hombres á cosas en que despues hallan fruto. No hay trabajo tan amargo, que, si quisieres, no saques de él un fin dulce; ni descanso tan dulce con que puedas dejar de tener un fin amargo, salvo en el de la virtud. Si como estaba tan á mi gustó acomodado, antes no hubiera padecido trabajos, nunca con la bonanza de mi sollastría supiera navegar en saliendo de la cocina, como piloto de agua dulce, ni hallara tan á la mano de que me socorrer; ; qué fnera entonces de mí?; No consideras, que turbado, que afligido estaria, y que triste, quitado el oficio, sin saber de que valerme, ni rincon adonde abrigarme? Con cuanto gané, jugué y hurté, ni compré juro, ni , casa, capa, ó cosa con que cobijarme habíase todo ido entrada por salida, comido por servido jugado por ganado, y frutos por pension. Del mal el menos con todas estas desdichas mi caudal estaba en pie, la vergüenza perdida, que al pobre no le es de provecho tenerla, y cuanto menos poseyere le dolerá menos los yerros que hiciere. Ya me sabia la tierra, y habia dineros para esporton;

censo

mas antes de resolverme á volverle al hombro' visitaba las noches y á medio dia los amigos y conocidos de mi amo si alguno por ventura quisiera recibirme; porque ya sabia un poquillo, y holgara saber algo mas , para con ello ganar de comer; algunos me ayudaban, entreteniéndome con un pedazo de pan; debiéron de oir tales cosas de mí, que á poco tiempo me despedian, sin querer acogerme : donde la fuerza oprime, la ley se quiebra. Con estas diligencias cumplia á lo que estaba obligado, para no poder acusarme á mi mismo, que volvia á lo pasado, huyendo del trabajo; y te prometo, que le amaba entonces porque tenia de los vicios experiencia, y sabia cuanto es uno mas hombre que los otros cuanto era mas trabajador, y por el contrario con el ocio. Mas no pude ya otra cosa; no sé que puede ser deseando ser buenos 9 que nunca lo somos; y aunque por horas lo proponemos, en años nunca lo cumplimos, ni en toda la vida salimos con ello; y es porque no queremos, ni nos acordamos de mas de lo presente. Comencé á llevar mis cargos, comia lo que me era necesario, que nunca fué mi Dios mi vientre, y el hombre no ha de comer mas de para vivir lo que basta; y excediendo, es brutalidad, que la bestia se harta para engordar. De esta manera comiendo con regla, ni entorpecia el ánimo, ni enflaquecia el cuer

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