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sericordia. Bien temeroso estaba, y resuelto en guardar este divino precepto Constantino Magno, que viniéndole á decir como sus enemigos, por afrentarle, en vituperio, y escarnio suyo le habian apedreado su retrato, hiriéndole con piedras en la cabeza, y rostro, fué tanta su modestia, que despreciando la injuria, se tentó con las manos por todas partes de su cuerpo, diciendo : ¿ Qué es de los golpes? ¿qué es de las heridas? Yo no siento ni me duele cuanto habeis dicho que me han hecho, dando á entender, que no hay deshonra que lo sea, sino al que la tiene por tal; demas que no por esto habeis de entender, que quien os injuria se sale con ello, aunque vos no lo vengueis, y aunque se lo perdoneis de vuestra parte, que el agravio que os hizo á vos, tambien lo hizo á Dios, cuyo sois, y él es dueño de esta hacienda que si en el palacio de un príncipe, ó en su corte á uno se hiciere afrenta, se haria juntamente al señor de ella; y no bastará el perdon del afrentado para ser perdonado absolutamente, porque con aquella sinrazon ó agravio tambien estarán injuriadas las leyes de ese príncipe, y su casa ó su tierra vituperada; y asi dice Dios: A mi cargo está, y á su tiempo lo castigaré: mia es la venganza yo la haré por mi mano. Pues desdichado del amenazado, si las manos de Dios le han de castigar, mas le yaliela no ser nacido. Asi, que nunca deis

mal por mal, si no quisiéredes que os venga mal demas, que mereceis en ello y os pagaréis de vuestra mano, que imitando al que os lo manda, os vendréis á simbolizar con él : dad, pues, lugar á las iras de vuestros perseguidores, para poder merecer: volvedles gracias por los agravios, y sacaréis de ellos glorias y descansos.

Mucho quisiera tener en la memoria la buena doctrina que á este propósito me dijo, para poder aquí repetirla, porque todo era del cielo finísima escritura sagrada : desde entonces propuse aprovecharme de ella con muchas veras; y si bien se considera, dijo muy bien. ¿ Cuál hay mayor venganza que poder haberse vengado? ¿qué cosa mas torpe hay que la venganza, pues es pasion de injusticia, ni mas fea delante de los ojos de Dios, y de los hombres, porque solo es dado á las bestias fieras? Venganza es cobardía, y acto femenil; perdon es gloriosa victoria; el vengativo se hace reo, pudiendo ser actor perdonando. ¿Qué mayor atrevimiento puede haber, que quiera una criatura usurpar el oficio á su criador, haciendo caudal de hacienda que no es suya, levantándose con ella como propia? Si tú no eres tuyo, ni tienes cosa tuya en ti, ¿qué te quita el dices que te ofende? Las acciones competen á tu dueño, que es Dios, déjale la venganza: el señor la tomará de los malos, tarde ó tem

que

prano, y no puede ser tarde lo que tiene fin; quitársela de las manos es delito, desacato, ý desvergüenza; y cuando te tocarà la satisfaccion, dime; qué cosa es mas noble que hacer bien? pues cual mayor bien hay que no hacer mal! Uno solo, el cual es hacer bien al que nó te le hace, y te persigue, como nos está mandado, y tenemos obligacion que dar mal es oficio de Satanas: hacer bien á quien te hace bien, es deuda natural de los hombres aun las bestias lo reconocen; y no se enfurecen contra el que no las persigue procurar, y obrar bien á quien te hace mal, és obra sobre · natural, divina escalera, que alcanza gloriosá eternidad, llave de cruz, que abre el cielo, sabroso descanso del alma, y paź del cuerpo. Son las venganzas vida sin sosiego, unas llaman á otras, y todas á la muerte. ¡No es loco el que sí el sayo le aprieta, se mete un puñal por el cuerpo Qué otra cosa es la venganza sino hacernos mal por hacer mal? quebrarnos los ojos por cegar á uno? escupir al Cielo, y caernos en la cara? Admirablemente lo sintió Séneca, como en la plaza le diese una coz un enemigo suyo, todos le incitaban á que de él se querellase á la justicia, y riéndose, les dijo: ¡No veis que seria locura llamar un jumento á juicio? como si dijera : con aquella coz vengó como bestia su saña, y yo la menosprecio, como hombre.; Hay bestialidad mayor que

TOMO I

hacer mal? ni grandeza que iguale a despreciarlo Siendo el duque de Orliens injuriado de otro, despues que fué rey de Francia, le dijéron que se vengase, pues podia, de la injuria recibida; y volviéndose contra el que se lo aconsejaba, dijo : No conviene al rey de Francia vengar las injurias del, duque de Orliens. Si vencerse uno á si mismo lo cuentan por tan gran victoria; ¿por qué venciendo nuestros apetitos, iras, y rencores no ganamos esta palına pues demas de lo por ello prometido, aun en lo de acá, excusarémos muchos males, que quitan la vida, menguan la vana honra, y con sumen la hacienda? ¡Ah buen Dios, como si yo fuera bueno, lo que á aquel buen hombre oí, debia bastarme! Pasóse con la mocedad, perdióse aquel tesoro, fué trigo que cayó en el camino. Su buena conversacion y doctrina nos entretuvo hasta Cantillana, donde llegamos casi el sol puesto, yo con buenas ganas de cenar, y mi compañero de esperar el suyo, mas nunca vino los clérigos hiciéron rancho aparte, yéndose á casa de un su amigo, y nosotros á nuestra posada.

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CAPÍTULO V.

De lo que á Guzman de Alfarache le aconteció en Cantillana con

un mesonero.

LUEGO que dejámos á los camaradas, pregunté al mio donde irémos? El me dijo: huésped conocido tengo, buena posada, y gran regalador. Llevóme al meson del mayor ladron que se hallaba en la comarca, donde no menos hubo de que hacerte plato con que puedes entretener el tiempo, y por saltar de la sarten caí en la brasa, dí en Syla, huyendo de Caribdis, Tenia nuestro mesonero para su servicio un buen jumento, y una yegüezuela galiciana; y como aun los hombres en la necesidad no buscan hermosura, edad, ni trages, sino, solo tocas, aunque las cabezas esten tiñosas, no es maravilla que entre brutos acontezca lo mismo estaban siempre juntos á un establo, á un pesebre, en un prado, y el dueño no con mucho cuidado de tenerlos atados, antes de industria los dejaba sueltos, para que ayudasen repasar las lecciones á las otras cabalgaduras de los huéspedes; de lo cual resultó que la yegua quedase preñada de esta compañía.

á

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