Imágenes de páginas
PDF
EPUB

do con el general. En el acto de proclamar la Constitucion ofició Porlier á la audiencia, que se negó á sus invitaciones; entonces arrestó al capitan general don Felipe Saint-March, al gobernador y al intendente con el auxilio de la fuerza armada, y sin que se notase en el pueblo la alegría y entusiasmo propios del que logra romper las cadenas que le oprimen. Al momento circuló Porlier proclamas y órdenes á Santiago, prescribiendo á su comandante general don José Imaz que restableciese el gobierno representativo abolido por Fernando, y que secundase un movimiento que no tardaría en sentirse en el reino entero. Pero Imaz no solo se negó á tomar parte en aquella revuelta, sino que resolvió rechazar con sus tropas las de Porlier, en el caso en que intentase hostilizarle. Entre tanto el arzobispo y algunos canónigos de Santiago, juntamente con otras personas adictas por sus destinos ó intereses al bando reinante, pensaron en los medios de cortar de un golpe y en su principio la sedicion, y reuniendo una crecida suma, enviaron á un hombre de travieso ingenio á sondear á los sargentos é insinuarse en sus ánimos. No tardó el activo agente en arrastrar á sus fines al sargento primero de marina Antonio Chacon, quien derramando el oro entre sus compañeros comenzó á sembrar el descontento, pintando los peligros de la empresa en que ciegamente se habian lanzado.

El general Porlier, conociendo que si la revolucion se encerraba en las paredes de la Coruña pronto sería sufocada, determinó ir á Santiago, confiado en muchos oficiales con quienes mantenia secreta inteligencia, y en la noche del 21 al 22 salió para aquella ciudad, despues de haber dejado guarnecida la Coruña, y llevando consigo cerca de mil infantes y seis piezas de artillería. Con la nue

[blocks in formation]

1815.

Su muerte.

ministerio de

blica.

va de la salida de Porlier púsose Imaz en movimiento para correr á su encuentro y batirle; pero seducidos del todo por Antonio Chacon los denas, sargentos y cabos, inclinaron al soldado, y apoderándose de Forlier y de treinta y cuatro oficiales, se dirigieron con los presos á Santiago, dando aviso á la Coruña, de donde ya habia huido el 23 por la mañana la tropa que alli quedó, sabido el nuevo pronunciamiento. El general y sus cómplices fueron sepultados en las cárceles de la inquisicion, de las que sacaron al desventurado don Juan Diaz Porlier el 3 de Octubre, para colgarle ignominiosamente de la horca despues de trasladado á la Coruña, quemando el verdugo las proclamas y demas escritos que habia publicado. Tal premio mereció el denodado guerrero que en tantos encuentros defendió el trono del monarca, cuya negra ingratitud confunde la imaginacion del hombre, y es el oprobio y baldon de la tierra que sostuvo su cuna. La esposa de Porlier participó con él de todos los peligros y desgracias, y fue condenada á una larga reclusion, despues de muchos insultos y privaciones.

Libre Fernando del temor que le habia inspirado la prodigiosa vuelta de Napoleon, á quien vendido y engañado enterraba vivo la perfidia Suprímese el inglesa en una roca del Océano, suprimió en 8 de Seguridad pú- Octubre el ministerio de Seguridad pública, pagando los servicios que le habia prestado el ministro de un modo digno de su carácter. Aquella misma noche acudió al despacho don Pedro Agustin Eclievarri, y dada cuenta de los negocios, entretúvole hablando el rey y paseando por su cuarto hasta las doce, hora en que le despidió con sumo cariño despues de haberle regalado una porcion de cigarros habanos. Partió Echevarri engreido con la confianza y regalo del monarca, y tan seguro de su

favor cual pudiera estarlo hombre en el mundo: mas apenas llegó á su casa entró un secretario de S. M. y le intinó la supresion del ministerio de policía y su destierro á la villa de Daimiel, con el requisito de salir de la corte dentro de breves horas. Tambien por estos dias vió agostadas y mustias las flores de la privanza su maestro y consejero don Juan Escoiquiz, que cediendo á la maléfica influencia del astro poderoso de la camarilla, que eclipsaba las amistades mas antiguas, tuvo que abandonar la corte, seguido de algunos grandes á quienes cupo igual desgracia. Partió desterrado á Andalucía por haber aconsejado, aunque tarde y despues de tantos errores, la templanza como medio nas seguro, que el patíbulo y las proscripciones, de estirpar el descontento.

Destierro de Escoiquiz.

Multiplicacion de las sociedades secre

Con los remedios violentos, con la crueldad del gobierno, aumentábase la fiebre que devoraba á los partidos, y estendida por la milicia convertíanse los cuarteles en logias y conventículos secre- tas. tos. La sociedad madre, llamada el gran Oriente, existia en Granada, de donde dilatando sus ramificaciones por los puntos mas distantes del reino lo cruzaba todo en diferentes sentidos. En vano la inquisicion henchía sus calabozos de militares y renobaba los tormentos de los siglos de barbarie, sirviendo de instrumento á la política de la corona: sus esfuerzos estrellábanse contra la constancia y el silencio de los reos y contra el sagaz medio de comunicarse los iniciados. Muchas causas de la inquisicion versaban entonces sobre asuntos políticos, como aseguró mas adelante en las Cortes el señor Villanueva, que poseía algunas, entrometiéndose el santo oficio en un nuevo carril de iniquidades. (*) Admira el cuadro que presentan los mártires de la Constitucion sufriendo impávidos los dolores mas agudos, é insultando con su serenidad la crude

(* 4p. lib. 8. núm. 6.) Muéstranse los liberales superíores á los tormentos.

cruces.

za de sus verdugos. Lozano entonces y florecido de esperanzas el tierno arbusto de la libertad, no se doblaba á los embates de vientos contrarios, porque aun no habia marchitado su verdura la mano de sus propios amigos, estirando sus ramas para hacerlo crecer antes de tiempo, y nutriéndolo con jugos artificiales que han envenenado su fruto en agraz.

El trono se contentaba con decorar con insignias el pecho de los guerreros que le habian salvado, mientras los dejaba perecer de hambre. CreáCreacion de ronse cruces para renumerar hasta las acciones perdidas durante la guerra, cual si quisieran los ministros perpetuar el baldon y la vergüenza de la derrota: los que habian acompañado al rey á Fran. cia y despeñado la nacion en un abismo de sangre y desgracias, aparecieron premiados con la condecoracion de la lealtad de Valencey: instituyéronse cruces para los Persas que habian promovido la abolicion de las nuevas leyes, para los conspiradores del Escorial y para los que habian prendido á Porlier. Las órdenes de Isabel la Católica, la de San Hermenegildo, fundada en memoria del tiempo en que Fernando se propuso al Santo por modelo cuando se rebeló contra su padre, y otras muchas, rebajaron el precio de unos distintivos tan pródigamente otorgados.

La Corte se vestia de gala los dias del naciDias de gala, miento del monarca, el de San Fernando, el de su vuelta á España, el de su entrada, y aun los de cumpleaños de sus padres, que yacían en el destierro y en la indigencia, para coronar la inmoralidad con el sarcasmo. Obligábase al pueblo á iluminar los edificios, cantábase en las catedrales el Te-Deum, y en cada una de estas fiestas llovian las promociones, los bordados y las fajas, ascendiendo rápidamente los aduladores de la camarilla, y dejando sin estímulo ni recompensa al verdadero

mérito y al valor. En el dia de San Fernando de este año el ministro de Gracia y Justicia don 'Tomás Moyano colocó mas de treinta parientes suyos en los destinos del Estado. Asi se formaban en palacio los trescientos generales que contaba despues España, y entre los cuales no habia uno solo que supiese dirigir un combate.

1815.

Sermones de

Ostalaza.

Ostalaza predicaba que el rey nada debia á la patria, sino la patria al rey; pues su nombre mágico habia obrado los prodigios de la guerra de la independencia: dignos son de traerse á la memoria algunos retazos para muestra de las ideas y de las doctrinas de este hombre hipócrita y cruel. Hablando de la época de las Cortes de Cádiz esplicábase asi."Tomando de los franceses hasta los nombres, habian introducido el de las ideas liberales, para disimular su espíritu de republicanismo: llamaban nacional á todo lo que antes se denominaba real: bautizaban á todos por fuerza con el nombre de ciudadanos, aunque no tuviesen arraigo ni oficio conocido: llamaban para los empleos á todos menos á los que los merecian y á los que temian á Dios: y lisonjeando á la muchedumbre incauta llamándola por una monstruosa contradiccion soberana de sí misma. Invocaban su nombre para cohonestar su usurpacion, siendo ellos los únicos soberanos intrusos de un pueblo al que tiranizaban con enormnes contribuciones." (*) Y mas (* Ap. lib. 8. adelante calumniaba al congreso de que fue indi- num. 7.) viduo. "¡Cuánto dinero no derramaron! ¡Cuántas promesas para hacerse partido! monos imitadores de nuestros enemigos, todas sus providencias estaban formadas sobre las bases de la regeneracion napoleónica. Rivales ocultos, pero furiosos, del rey mas amado de los pueblos, todo su conato se dirige á entibiar el amor que se le tiene, á olvidar su nombre y sembrar la discordia para abrir la puer

« AnteriorContinuar »