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bles.

1819.

Rangel y la Rosa y otros cayeron sucesivainente en las garras de sus contrarios. Las monstruosidades del proceso son tales que los cabellos se erizan al contemplar aquellos asesinatos jurídicos en una nacion gobernada por leyes justas y humanas. Condujeron al desgraciado coronel al hospital, y apenas recobró el sentido se acordó de un papel interesante que guardaba en el uniforme, y rogó á la monja que le cuidaba se lo entregase; pero encendida en cristiano celo la enfermera ofrecióle reducirlo á cenizas y corrió á ponerlo en manos de un inquisidor, pasando por conducto del arzobispo á las de Elío. Otro acto no menos afrentoso para el tirano fue mandar prevenir trece túnicas ne- Rasgos horrigras de ajusticiado antes de fallarse la causa, cual si de antemano tuviera marcado el número de víctimas que ansiaba sacrificar. El 22 de Enero Vidal, luchando con las últimas agonías, fue arrastrado á la horca, al pie de cuya escalera murió cuando ya degradado le vestia el verdugo la túnica vil: sus compañeros despues de arcabuceados aparecieron pendientes del patíbulo; y el anciano y virtuoso franciscano Perez, que asistió á Vidal en sus últimos momentos, salió desterrado de Valencia por no haber cedido á las amenazas del tirano y haberse negado á revelarle los secretos de la confesion. A todos sorprendieron la serenidad é imperturbable calma del jóven don Felix Beltran, porque apenas cubria el bozo su cara: al salir de la ciudadela nombraba el escribano á cada uno de los reos, y oyéndose apellidar Beltran á secas gritó con firme voz: de Lis. Solo el amor á la libertad puede inspirar el desprecio de la vida en tan tiernos años. Vestido de gala por la tarde el monstruo don Francisco Javier Elío, y acompañado de algunos oficiales de su estado mayor iniciados en la conjuracion, y torcido el curso del torrente convertidos 18

T. II.

Muerte de Vidal y compañeros.

Ferocidad de Elío.

Descrédito.

1819. Préstamo de

60 millones.

María Luisa.

en aduladores, paseó en su mas rica carroza por delante de los cadáveres, pendientes de la horca, insultando á la humanidad con un rasgo digno de Calígula.

La mudanza del ministro de Hacienda no habia hecho correr las fuentes de la riqueza pública, agotado su nacimiento por la sed insaciable de los cortesanos; por el contrario, lejos de ascender el crédito decaía con los vaivenes políticos. Y un rey que se reputaba árbitro de dos mundos no encontró en Europa quien le prestase tres millones de duros, no obstante que hipotecaba los fondos de la guerra y señalaba el crecido interes del ocho por ciento. Apurados todos los medios, y sondeados inútilmente tantos vados, lanzóse en el violento recurso de imponer en 14 de Enero un préstamo forzoso de sesenta millones de reales, á propuesta de la comision de reemplazos que se habia establecido en Cádiz. En medio de la miseria general y de la inaccion del comercio, la nueva carga agoviaba la respiracion del enfermo y aumentaba el descontento en vez de disminuirle. Los ministros aparecian en la escena, y desaparecian con la rapidez del rayo: entraban y salian á tientas, sin plan, sin sistema; diríase que eran una especie de maniquís que se movian por ocultos resortes manejados por la mano de Ugarte y de Chamorro, quienes á su arbitrio apretaban ó aflojaban el muelle. Al marques de Casa Irujo reemplazó en 12 de Junio don Manuel Gonzalez Salmon, y á Eguía, destinado al mando militar de Granada, don José María Alós.

En 2 de Enero habia muerto en Roma la reiMuerte de na María Luisa, y en 19 del mismo mes Carlos Carlos IV y IV en Nápoles, quien sucumbió por fin á sus inveteradas dolencias. Las privaciones á que se vieron espuestos en sus años postreros, tan sensibles para los que habian ocupado un trono poderoso;

los disgustos y sinsabores que derramó sobre sus canas la mano de un hijo ingrato alejando de su lado al amigo de su corazon, al único consuelo que en el mundo les restaba, y las lágrimas en fin con que regaron la tierra estrangera olvidados de sus súbditos y de la Europa entera, despertaron la ternura de los que no estaban dominados por la fria venganza. Como débiles mortales pagaron con sus flaquezas el tributo á la naturaleza; pero como reyes armados con el férreo cetro del despotismo y combatidos por las olas de las revoluciones ni se tiñeron con la sangre de sus pueblos, ni se complacieron en levantar cadalsos, aun cuando llamaron á su puerta las conspiraciones. Desfigurado su reinado con las calumnias de los aduladores de su hijo, vivieron en Italia, zumbando siempre en sus oidos la envenenada saeta de falsas acusaciones: si no dieron dias de gloria á su patria tampoco atribularon el mundo resucitando las amarguras que Tiberio y Neron hicieron apurar á los romanos. Embalsamados sus cadáveres fueron trasportados de Nápoles y Gaeta á Alicante, y de aqui al Panteon del Escorial, para que reposasen al lado de sus antepasados. Alli en el silencio de la tumba anuncian á los siglos que son los únicos monarcas de España, de la familia de Borbon, que espiraron en la desgracia y en el destierro perseguidos por un hijo.

La clave de todos los males era el ministerio de Hacienda: la falta de recursos anunciada y repetida por los ministros del ramo secaba el arbol de la vida necesaria al gobierno. Habíase confesado sin embozo al desesperado reino "que los gastos habian escedido en tal cantidad á los productos de las rentas, que habia sido preciso echar mano de los fondos particulares, arruinando los establecimientos mercantiles; que las rentas de la

Idea de su reinado.

Revelaciones impolíticas.

corona en lugar de aumentarse sufrian notable diminucion en las provincias de Madrid, Cádiz, Barcelona y otras ricas y populosas; que nadie cumplia lo que se le mandaba; que las miserias se agolpaban á sus oidos sin dar lugar las unas á las otras; que era completo el desorden de la real hacienda; y finalmente, que S. M. habia oido los clamores de muchos pueblos quejándose de la desigualdad en el repartimiento de las contribuciones, y de los apremios estraordinarios con que se les molestabą." Retazos son los anteriores de varias reales órdenes copiados al pie de la letra; y semejante lenguaje es el preludio de la bancarrota y el descubrimiento de una situacion horrible de que nunca salen las naciones por el camino ordinario.

Por otra parte un hervor contínuo, una agitacion siempre de aumento descubrian en Cádiz los manejos que trabajaban el ejército en sus alrededores, reunido y minado por las sociedades secretas. Bien lo habia previsto Garay, pues cuando en su tiempo se trató de aglomerar en un solo punto tantas tropas opúsose, y aconsejó su distribucion en puertos distintos; pero el ciego Eguía pintó la necesidad de que evolucionasen juntas las huestes y conociesen á sus gefes, y prevaleció su voto, dando ocasion sin saberlo á la rePreparativos. vuelta. Los agentes ocultos de las provincias americanas derramaban el oro para acrecer la repugnancia y el descontento de los militares; y el comercio gaditano y malagueño prodigaba tambien sus caudales para impulsar el cambio que deseaba. Las casas de estos, y principalmente la de don Tomas Isturiz, eran otros tantos laboratorios de la conjuracion general que se atizaba. En un hospital donde concurrian los oficiales de la espedicion yacían en el lecho soldados viejos recien llegados de Colombia, donde habian peleado bajo el mando de

Morillo, los cuales enseñando sus heridas y sus esqueletos referian la miseria y las contínuas privaciones que habian sufrido, y la muerte de sus compañeros ahorcados ó espirando de fatiga y de hambre. Semejantes relaciones, obrando en una imaginacion acalorada, acababan de encender el odio á una partida que creían era la señal de dolorosos padecimientos, á los que solo pondria fin el sepulcro.

Los conjurados contaban con el apoyo del conde de La Bisbal, gefe de la espedicion, hombre de un carácter indefinible, como habrá observado el lector, que iba siempre al hilo de la corriente, y que adivinando el éxito de las empresas, ó se plegaba delante de ellas si habia de ser siniestro, ó Bisbal.

se colocaba á su frente cuando las coronaba el triunfo. Conspirando unas veces para derrocar la libertad y otras para restablecerla, carecia de sentimientos propios, víctima de la ambicion que roía su alma, y con la cual luchó toda su vida. Mientras creyó pues facil la victoria de los conjurados recibiólos con dulce sonrisa; mas apenas mudando de dictámen antevió las dificultades del negocio tronó contra sus proyectos é imaginó un golpe de estado para captarse otra vez el aura de la Corte.

Carácter del conde de La

1819.

Golpe de estado del Pal

Mandó que el 8 de Julio formasen los cuerpos para una revista en el Palmar del puerto de Santa María, y marchando seguido de los regi- mar. mientos que guarnecian á Cádiz al mismo tiempo que llegaba Sarfield á la cabeza de su caballería, acordonó el campamento del Palmar y arrestó á los gefes Arco-Agüero, San Miguel, Roten, Quiroga y otros, encerrándolos en castillos. Agradeció Fernando á don Enrique O'donell el paso atrevido que acababa de dar condecorándole con la gran cruz de Carlos III; pero acumulándose las sospechas contra el general, y convencido el

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