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á los tribunos, y zahiriendo á los que se conte→ nian en los límites de la moderacion. El doble juego que empleaba un inglés descubierto en el acto le ocasionó un accidente que le puso en los umbrales de la muerte.

De todos los secretarios del despacho era Amarillas el que mas comedimiento y atenciones merecia al rey, al paso que Argüelles se veía abrumado con todo el peso de la regia ojeriza, sin que el disimulo y la astucia bastasen á encubrir aquella invencible antipatía. Respondia el marques á los reales agasajos con hidalgo proceder, y con los Odio mútuo finos modales de un cortesano antiguo que sabe del rey y los maridar con su amor á la monarquía représenta

ministros.

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tiva las genuflexiones y la aduladora etiqueta de la cámara real. Los ministros pues, que siempre hallaban ceñudo el rostro de Fernando, ó alumbrado por una sonrisa maligna que espresaba la sátira ó el menosprecio, no podian por tales inedios olvidar al tirano que los habia oprimido, ni emplear las flores y el refinamiento del amor con quien tan desabrida y ásperamente los trataba. No se encubre nuestra débil naturaleza cuando media tan frecuente trato. Crecia pues el odio entre el rey y sus secretarios, convirtiendo el despacho en un disimulado sainete en que Fernando, dejándose llevar á las veces de su propension á la burla derramaba á manos llenas las alusiones satíricas y las zumbas continuadas. Cuando volvian la espalda llamábalos presidiarios; y ellos, lejos de ceder en la pugna, ya que no podian pagar con otras sátiras los reales epígramas, no se daban prisa á precaver escenas que habian de afligir el ánimo del monarca. El 20 de Julio trasladóse S. M. á Sacedon en compañía de la reina, siendo recibido con entusiasmo y tirado el coche por el pueblo alli permaneció hasta el 12 de Agosto.

Entre tanto que en el reino hispano se enturbiaba aceleradamente el piélago que parecia tan claro y bonancible, no lucía estrella mas brillante en las naciones estrañas. Inglaterra escandalizaba al mundo con el proceso de su reina Carolina, acusada á los cincuenta años de edad de adulterio con su criado Bergami, italiano elevado á conde por la misma reina. En Nápoles habíase proclamado la Constitucion española, y el rey habia nombrado lugar teniente suyo al príncipe heredero, duque de Calabria. Tambien Sicilia repitió el mismo grito, cometiéndose en Palermo los asesinatos mas horrorosos, y siendo teatro de todos. los escesos de la anarquía.

Las memorias de los secretarios del despacho habian retratado el pais al abrirse las Cortes en el estado mas triste y miserable: el tesoro exhausto, la administracion sumida en un caos, el ejército desnudo, hambriento y reducido casi á cero, y los caminos sembrados de ladrones que cometian las mayores atrocidades. El congreso para ocurrir al remedio de tantos males aprobó un empréstito de cuarenta millones que habia abierto el gobierno: autorizó la venta de los bienes pertenecientes al crédico público, y formó el reglamento de la milicia nacional. Tambien decretaron las Cortes la formacion de causa al marques de Castelar, capitan de guardias, por haber arrestado á un cadete que injurió á sus gefes por medio de la prensa: asi destrozaron sus manos la ordenanza militar, dando pie en adelante á la indisciplina. Aboliéronse los Jesuitas el 14 de Agosto, mientras el 19 el ministro de Gracia y Justicia participaba al congreso que condescendiendo con los deseos del rey habia autorizado un breve de Roma para que la misa y rezo del beato Juan Bautista de la Concepcion, reformador del orden de Trinitarios, se estendiese 25

T. II.

Revolucion de Nápoles.

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Amarillas.

á toda España. ¡Asi con una mano cerraban las puertas del fanatismo, mientras con la otra le tributaban inciensos!

Dos asuntos del mayor interes escitaron las pasiones de la asamblea: la amnistía concedida á los amigos y empleados del príncipe José Bonaparte, y la suerte de los sesenta y nueve diputados persas. Los primeros refugiados en Francia habian corrido al suelo natal al llamamiento de la junta suprema de gobierno que en Abril les habia abierto el cielo de la patria. Pero apenas descendieron de los Pirineos viéronse detenidos en su falda, obligados á permanecer en las provincias Vascongadas, sin medios para subsistir y abrumados por la miseria. Las Cortes, donde resonó la voz elocuente de Toreno y de Martinez de la Rosa, rompieron por fin la cadena de las proscripciones en 21 de Setiembre permitiendo la vuelta de aquellos desgraciados tan injustamente perseguidos por la tiranía. Relevó el congreso de la formacion de causa á los sesenta y nueve diputados que en 1814 vendieron á sus compañeros faltando á la fé del juramento; pero los despojó de los honores, dignidades y gracias obtenidas desde la época de su traicion, y les privó de voz activa y pasiva en las elecciones de diputados. Como algunos habian recibido por premio una initra, el pueblo, fanático por esencia, que llevó á mal su arresto mandado por la junta suprema, no podia mirar ahora con buenos ojos el que los desnudasen de los ornamentos episcopales.

No era tan perfecta la armonía entre el marCaida de ques de las Amarillas y los demas secretarios del despacho que quisieran estos cargar con el peso de la impopularidad del primero sosteniéndole en su silla. Cayó pues el ministro de la guerra el 18 de Agosto, arrastrado por el torrente de la animad

version que habia escitado entre los gefes mas ardientes del ejército de la isla la orden de disolver sus legiones acordada en consejo pleno de gabinete.

Coincidió con esta medida el nombramiento de Riego de capitan general de Galicia, solicitado por aquella diputacion provincial, á la que tenian en contínuo sobresalto las arterías y amaños de la junta apostólica de que llevamos hecha mencion. El ministerio al comunicar al héroe de las Cabezas el honor con que tan pródigamente remuneraba sus servicios la corona, le anunció que el rey, deseoso de conocerle, queria se presentase en la corte antes de sentarse en la silla de su mando. Asi untó con miel el borde de la copa de aquella disolucion tan amarga al paladar del que embriagado con las dulzuras de la adulacion y la mentira feriaba en ella todos sus ensueños.

Carácter de

Don Rafael de Riego, jóven valeroso, y que frisaba en teinerario, dócil, facil, sin hiel en el corazon, escaso de ingenio, aun menos instruido, Riego. de agradable presencia, encumbrado al azar por uno de esos movimientos casuales de la rueda de. la fortuna, carecia de todas las grandes cualidades de un tribuno y de un dictador. Era natural de Oviedo, y de familia noble; entró á servir en guardias, é incorporado despues en un regimiento. cayó prisionero en la guerra de la independencia. Habiendo regresado en 1814 al suelo patrio, terminada la lucha destináronle á un batallon de Asturias, en el que ascendió á capitan, y luego obtuvo el grado de comandante en virtud de la costumbre de conceder un ascenso á los que pasan á las colonias americanas.

Ceñidas las sienes con el lauro del triunfo, el pecho con la banda de general, hinchóse su corazon con el humo del incienso que quemaban á sus

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drid.

plantas los hombres ambiciosos, que para encaramarse buscan siempre hombros elevados en que apoyar el pie. Estudiaron sus pasiones, encontraron el lado vulnerable, y unidos á los jóvenes de temple fogoso que querian llevar adelante la revolucion, asediaron á Riego, y con él á la cabeza imaginaron regenerar la España y llevar á cabo desde aquel centro los mas peligrosos planes. El que pensaba ser su ídolo era su juguete. Recibido el decreto de disolucion ocultáronle à los soldados, y encargaron al caudillo de las Cabezas de San Juan que á su tránsito por la corte pusiese en movimiento todas las ruedas de la máquina que habian fabricado para conseguir la victoria.

El 30 de Agosto entró don Rafael de Riego Riego en Ma- en la villa de Madrid en medio de víctores y aplausos, preparada la ovacion por sus amigos, y secundada por los que no conociendo su carácter admiraban las pasadas proezas. Como el humo se disipó la ilusion. Arengando sin elocuencia al pueblo desde su alojamiento, descubriendo en su desnudez la pobreza de su ingenio en el calor de un festin, sin dignidad, sin aquella elevacion reflejo de una alma grande, dejóse ver tal como era: el vulgo pedia á gritos que saliese al balcon la noche de su entrada, y al asomarse dos edecanes con hachas iluminaban sus facciones enseñándole á la agitada muchedumbre.

-Fernando, que por conducto de un agente secreto poseía la clave de las debilidades de Riego, indignóse de su recibimiento; pero conociendo lo mucho que aquellas podian favorecer sus fines disimuló, y el 31 por la mañana le admitió á besar su mano y á una conferencia que prolongó despues el general con los ministros. En una y otra procuraron tanto el príncipe como los secretarios del despacho demostrarle las ventajas que

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