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Jocumentos justificativos.

APÉNDICES

CORRESPONDIENTES AL TOMO SEGUNDO.

LIBRO SEPTIMO.

Número 1. CARTA DEL REY Á LA REGENCIA DEL REINO, DE LA QUE FUE PORTADOR EL MARISCAL DE CAMPO DON

JOSÉ DE ZAYAS, QUE LLEGÓ Á MADRID

EL 23 DE MAYO DE 1814.

«Me ha sido sumamente grato el contenido de la carta que me ha escrito la regencia con fecha 20 de Enero, remitida por don José Palafox, y por ella he visto cuánto anhela la nacion mi regreso. No menos lo deseo Yo para dedicar todos mis desvelos, desde mi llegada al territorio español, á hacer la felicidad de mis amados vasallos, que por tantos títulos se han hecho acreedores á ella.»

y

«Tengo la satisfaccion de anunciar á la regencia que dicho regreso se verificará pronto, pues es mi ánimo salir de aqui el domingo 13 del corriente con direccion á entrar por Cataluña en consecuencia la regencia tomará las medidas que juzgue necesarias, despues de haber oido sobre el todo de lo que pueda hacer relacion con mi viaje al dador de esta el mariscal de campo don José de Zayas.>>

«En cuanto al restablecimiento de las Cortes, de que me habla la regencia, como á todo lo que puede haberse hecho durante mi ausencia, que sea útil al reino, merecerá mi aprobacion, como conforme á mis reales intenciones. Fernando. Valencey á 10 de Marzo de 1814. A la regencia de España.»

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Núm. 2 Tácito: Anales, libro décimocuarto. «Inveniunt obvias tribus, festo cultu senatum : conjugum, ac liberorum agmina per sexum et ætatem disposita extructus, qua incederet spectaculorum gradus, quo modo triumphi visuntur.»>

Núm. 3. CARTA DE LA DIPUTACION PROVINCIAL DE ARAGON AL EXCMO. SKNOR DON JOSÉ PALAFOX Y MELCI.

Esta diputacion acaba de oir con el mayor regocijo y filial ternura el feliz arribo de nuestro amado católico monarca el señor don Fernando VII al territorio español: tan delicioso anun

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cio ha escitado todos los sentimientos que exigen el respeto, la veneracion y singular amor que en union con todos los pueblos é individuos aragoneses profesa á su real persona; é impelida de los mismos desea con inesplicable paciencia tener noticia cierta de la continuacion de la importante salud de S. M., y si se halla determinada la ruta de su viaje para Madrid, cnál sea esta en su caso, y principalmente anhela manifestar el gozo que le cabria si mereciese el honor, siendo compatible con los designios de S. M., de ser favorecida dicha provincia y su capital en el tránsito con su presencia.

y

La confianza que dispensa á esta diputacion, la inclinacion particular con que por naturaleza y aficion se sirve V. E. distinguir á Aragon, la determina á valerse de la bondad de V. E., rogándole se sirva elevar á S. M. estos finos cordiales sentimientos de fidelidad y respeto, y comunicar á la diputacion lo que V. E. estime oportuno y conducente al logro de sus espresados y ardientes deseos. Dios guarde á V. E. muchos años. Salvador Campillo. Antonio Zamora. = Mariano Sigüenza.= Zaragoza 31 de Marzo de 1814.: Excmo. señor don José Palafox.

CONTESTACION.

Muy ilustres señores de la diputacion provincial de Aragon. = Al momento que recibí la muy apreciable de VV. SS. pasé á ver al rey, y se la presenté. S. M. me manifestó una singular satisfaccion, diciendo que no esperaba otra cosa de la lealtad aragonesa, tan acreditada en esta guerra de portentos que le era tan grato este empeño, como poco sensible el rodeo que tiene que hacer, añadiendo que su placer era ver sus amados y valientes aragoneses.

Este señor sale mañana de aqui, va á Poblet á dormir y el lunes á Lérida, de donde sale el martes para Candasnos el miércoles entrará en la fiel ?. y heróica Zaragoza.

No se promete S. M. ver otra cosa

tes

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y

en sus ciudadanos sino el puro afecto que le tienen grabado en sus semblanmantenido constantemente en sus nobles corazones. Tan gratas demostraciones son el garante seguro de la proteccion que dispensará á tan valiente pueblo, que gobernado por VV. SS., sus dignos gefes, continuará en ser el ejemplo práctico de fidelidad á una patria tan amada, como lo fue en valor, constancia y patriotismo en los momentos primeros de nuestra santa revolucion.

Me apresuro gustoso á dar á VV.SS. tan gratas nuevas, ofreciéndome con este motivo tan satisfecho, igualmente que agradecida é interesado, á su disposicion como su afecto y seguro servidor Q. S. M. B.: José Palafox y Melei. Reus 2 de Abril de 1814.

Núm. 4. Historia de Herodoto, libro 5.o, Terpsicore.

Núm. 5. DISCURSO QUE EL GENERAL ELIO DIRIGIÓ AL SEÑOR DON FERNANDO VII EN 15 DE ABRIL DE 1814.

Señor El general en gefe del 2.° ejército español, capitan general de las provincias de Valencia y Murcia, es el que tiene la dicha de presentarse á V. M. mi rey y señor.

Mi lengua, embargada con el júbilo, el respeto y el amor hacia V. M., podrá acertar á esplicar lo que mi cora

zon siente.

no

El 2. ejército, que tengo la honra de mandar, es el de los que mas sangre han derramado, y mas sacrificios han hecho para libertar á su patria y á su rey considerad, señor, cuál será su júbilo, cuál su gloria, al ver recuperados ambos bienes.

Llegue V. M. en hora dichosa á ocupar el trono de sus abuelos, y el Dios de los ejércitos, que por tan raros y prodigiosos caminos ha conducido á V. M. á restaurar la monarquía española que le concedió naturaleza, le dé tambien toda la fortaleza de alma y cuerpo que necesita para regirla dignamente: entonces, señor, no olvideis los beneméritos ejércitos: ellos en el dia, despues de haber abundantemente regado con su sangre el suelo que han libertado, se ven necesitados, desatendidos, y lo que es mas, ultrajados; pero confian en que vos, señor, les hareis justicia.

Os entrego, señor, el baston; em

puñadlo (aqui S. M. contestó diciendo estaba bien en su mano; pero el Excmo. señor general en gefe continuo), empuñadlo, señor; empuñelo V. M. un solo momento, y en él adquirirá nuevo valor, nueva fortaleza. (S. M. tomó y devolvió el baston.) Dignese V. M. darme su real mano á besar.

LUCINDO AL REY NUESTRO SEÑOR FERNANDO VII.

en

Te has presentado, Fernando, nuestro suelo, y á tu vista todo enmudece, tus enemigos forman planes, pero tu presencia los desvanece: cautivo saliste, y cautivo vuelves; cautivo te llevó Napoleon, y cautivo te llevan á Madrid las Cortes, segun el testimonio de Canga Argüelles en la sesion del 17 de Abril: las Cortes no quieren que te reconozcamos por nuestro rey, sin habernos relajado el juramento que espontáneamente prestamos. Napoleon te despojó de la soberania; las Cortes han hecho lo mismo, y con la misma razon que Napoleon. Napoleon envió al pérfido Savary; las Cortes envian al inocente Y candoroso cardenal, ó por mejor decir, á Luyando, ministro de Estado, para que igualmente te conduzca á las Cortes, y seas allı cuando menos el ludibrio y el escándalo de malvados, que no dejarán de concurrir á tu descrédito, y aun quizá á tu destruccion. No te quieren soberano, y los pueblos te reciben como tal; no te quieren rey, y los pueblos gritan: «Reine, y reine solo Fernando.» No se obedezcan las leyes de Fernando, dicen las Cortes; y los рисblos gritan: «Ya solo Fernando manda, nadie mas.» Dánse instrucciones á los generales de los ejércitos para que no te permitan ejercer ningun acto de mando hasta que jures la Constitucion; y el general Elío sale á tu encuentro, se arroja á tus pies, te besa la mano, y te entrega el baston del mando de su ejército. Te resistes, y el intrépido Elio replica lleno de fuego: «Empúñelo V. M. aunque no sea mas que un momento.» Lo empuñaste, y en este solo acto el ejército todo te reconoce por su soberano, y Elío y toda la oficialidad te proclaman y renuevan el juramento que te prestaron en 1808. Esto mismo ha hecho por medio de un edecan el valiente La Bisbal con su ejército. Pero te diriges á Valencia, y á un cuarto de legna de Puzol ves venir al cardenal, encar

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