acote los influxos de todas las clases y No tenemos, es verdad, impreso gente ociosa tancia , de que no fueron ocupacion de ni por ostentar ingenio, sino encargos y consultas especiales , pedidas por los Reyes á sus Consejos , y á varias personas particulares. Una leve particula de una de ellas es la que di en el tomo VI de este Compendio, pag. 400. Mas volviendo a las insinuadas quejas, es fuerza decir que tal cuerpo de Historia no le tenemos, porque no podemos tenerle. Tiempos y lugares hay en que nacen Salustios Tacitos, Suetonios , Herodianos, Capitolinos, &c. pero no son para todos los lugares y tiempos. Hubo Sarpis, Giannones, Au. berys , Sudlows, y otros infinitos : pero todos han tenido que contentarse con la vanagloria de meter un poco de ruido en sus paises y tiempos , à trueque de ser proscriptos de la mas sana parte de los hombres. Aun muchos de ellos retractaron sus opiniones antes ó al fin de sus dias. Ni podia ser otra cosa. Todos ó los más escribieron arrebatados de su genio impetuoso, de sus odios , intereses, vanidad, orgullo y demas pasiones que pone en movimiento la malignidad propia. Tal es la condicion humana. Ya se ha visto escritor que no contradiciendo nadie un libro que habia pua blicado, escribió otro contradiciendole vivir en sociedad, y ésta no puede subsistir sin las varias clases que la componen. Sin pobres no hay industria , no hay artes, no hay ni puer de haber ricos. Con igualdad no hay subordinacion, no hay orden , no hay 1 9 gerarquia ; y sin gerarquía į orden y subordinacion todo es confusion, anarquia y exterminio, y los hombres civilizados se irian embruteciendo hasta correr parejas con los mas feroces irracionales. » Baste esto para el presente lugar. En orden á este Compendió historico de España debo decir de nuevo , no he pretendido mas que reducir el oceano de nuestra historia á un mediano mar , que ni por vasto retraiga 'y amedrente al pasagero, ni por pequeño le dexe sin idea de lo que es el golfo. No quise mas que imitar á Spurio Carvilio , el qual habiendo hecho labrar una estatua colosal de Jupiter , de las limaduras del bronce que cayeron , fundió una suya, y la puso á los pies del Coloso 1. Asi yo rindo mi Compendio á los pies del gran Coloso de nuestra Historia, conso truido por Ocampo, Morales, Garibay, Zurita, Mariana, Blancas, Abarca, Ferreras , &c. Bien que estos no me han auxiliado hasta nuestros dias, habiendo concluido sus historias en el siglo XVI. Para los tiempos modernos ha sido necesario valerme de otras memorias , у aun de los papeles publicos. 1 Plin. XXXIV. 7. En el medio sigla que encierra este tomo me extendí tambien mas de lo que pensaba , una vez engolfado en la succesion del Señor Felipe V. á la Monarquia de España , tan llena de inquietudes y guerras, hasta quedar firme en su sólio la excelsa Casa de Borbon. Cierro pues la obrita con la paz de Aquisgran, año de 1748. No la continúo hasta don de puedo , sino hasta donde debo y conviene. La Historia es de cosas que no hemos alcanzado en nuestros dias : pero las del último medio siglo XVIII no son de esta clase. Viven innumerables personas que las han visto y oido á sus padres , y seria decirles lo que ya saben. Además, que en él han sucedido cosas, que llenarán infinitos volumenes. Déxese pues su narracion á mas elegantes plumas que la mia ; y no dudemos darán pruebas evidentes de su destreza si low gran hacerlas creibles á los venideros, |