Imágenes de páginas
PDF
EPUB

sitio se estrechaba todo lo posible por tierra; por mar', ningun obstáculo oponian los ingleses. La noche del 30 al 31 de agosto se apoderaron por asalto del Trocadero, cuya noticia contribuyó á llenar los ánimos de desaliento.

El gobierno, que no comprendia al parecer la verdadera situacion de los negocios, propuso una suspension de hostilidades para tratar de una paz honrosa; y para dar mas peso á la mision, fue el general Alava encargado de poner en manos del generalísimo la carta que le escribió el Rey, concebida en los términos siguientes,

«Mi querido hermano y primo: las declaraciones que hice á V. A. R. en mi carta fecha del 21 de agosto, no han producido, el efecto que debia esperar, pues se ha derramado de ambas partes sangre inocente, que se podia haber ahorrado. Mis sentimientos como Rey, y los deberes que me animan como padre de mis súbditos, me obligan á insistir de nuevo, á fin de terminar los desastres de la guerra actual; y convencido enteramente de que deberán animar á V. A. R. los mismos deseos, os propongo una suspension de hostilidades, sin perjuicio del bloqueo, durante la cual se podrá tratar de una paz honrosa para ambas naciones.>>

«El teniente general D. Miguel Ricardo de Alava, conductor de la presente, está autorizado por mí para conferenciar sobre el asunto, si lo juzgais conveniente, con la persona que V. A. R. guste designar. De este modo se podrán obtener las esplicaciones reciprocas, tan necesarias para entenderse y facilitar las medidas ulteriores; y si V. A. R. tiene à bien admitir mi proposicion, como lo espero, el mencionado general está autorizado para concluir y firmar un armisticio; ó si necesario fuese, yo le daré mis plenos poderes en debida forma..

Dios conceda á V. A. R., mi querido, hermano y primo, los muchos años que le deseo, etc. Fernando. Cádiz 4 de setiembre de 1825.»

La contestacion á esta carta debia suponerse. Héla aquí. «Mi Sr. hermano y primo: He recibido esta noche la carta de V. M. del 4, de que estaba encargado el teniente general D. Miguel de Alava; y tengo el honor de contestaros por el ma

riscal de campo duque de Guiche, mi primer ayudante de campo. »

Yo no puedo tratar nada sino con V. M. solo y libre. Cuando se logre este fin, empeñaré á V. M. con instancia para que conceda una amnistía general, y dé su entera libertad, ó al menos prometa las instituciones que juzgue en su sabiduría convenir á las costumbres y carácter de los pueblos, para asegurar su felicidad y sosiego, sirviendo al mismo tiempo de garantías para lo futuro. Yo me consideraré dichoso, si dentro de algunos dias puedo poner á L. P. de V. M. el homenage del profundo respeto con que soy, mi señor hermano y primo, de V. M. su mas opasionado hermano y servidor.-Luis Antonio. En mi cuartel general del Puerto de Santa María, 5 de setiembre de 1823. . Con la misma fecha volvió el Rey á escribir lo siguiente: Mi querido hermano y primo: He recibido la carta de V. A. R. de fecha de este dia, remitida por el general duque de Guiche; y como V. A. R. me declara que no puede tratar si no es con-migo solo y libre, espero que para determinar un punto tan interesante, tendrá V. A. R. la bondad de decirme lo que es necesario hacer para que me considere en tal situacion, y en este caso, de qué modo pensais tratar conmigo. Tan luego como recibais esta esplicacion, sin la cual, á nada puedo decidirme, responderé á V. A. R., obligándome y esperando á hacer cesar las hostilidades. Dios, etc. Fernando.

[ocr errors]

1

Contestacion. He tenido el honor de recibir la carta de V. M. de ayer. La Francia no hace la guerra ni á V. M. ni á España, sino al partido que tiene á. V. M. y á vuestra familia cautivos en Cádiz; y no los consideraré en libertad hasta que estén en medio de mis tropas, ya sea en el Puerto de Santa María ó en donde elija V. M. Si hasta esta noche no tengo una respuesta satisfactoria á está, y á la nota que he comunicado al general Alava, acerca de la libertad de V. M., de su real familia, y de la ocupacion de Cádiz por mis tropas, miraré como desecha toda negociacion. Soy, etc.-Luis Antonio. Puerto de Santa María 6 de setiembre de 1825..

Aunque tantas esplicaciones no eran necesarias, la cuestion se hallaba colocada en un terreno sumamente despejado. No que

[ocr errors]

daba á las Córtes y al ministerio constitucional mas alternativa que esponerse á todos los azares de un sitio, ó disponer que el Rey partiese solo, á recibir en medio de las bayonetas francesas la investidura de absoluto.

En tal situacion convocó el gobierno las Córtes estraordinarias, que se reunieron aquella misma tarde. No asistió el Rey á la apertura: el presidente leyó el discurso régio.

....«Una esposicion que mi gobierno os presentará de órden mia, patentizará que la nave del Estado se halla á punto de naufragar, si no concurre á salvarla el Congreso; y consecuente á lo que entonces anuncié, á lo crítico de las circunstancias y á lo árduo de los negocios, he tenido por conveniente que se congreguen Córtes estraordinarias, para que deliberando sobre dicha esposicion, resuelvan con su acostumbrado celo y patriotismo lo que mas convenga á la causa pública. Lo que os manifieste mi gobierno, mostrará tambien palpablemente cuan infructuosos han sido los esfuerzos hechos para obtener una paz honrosa, porque el enemigo, empeñado en su propósito de intervenir contra todo derecho en los negocios del reino, se obstina en no tratar sino conmigo solo y libre, no queriendo considerarme como tal, si no paso á situarme entre sus bayonetas. ¡Inconcebible y ominosa li bertad, cuya única base es la deshonra de entregarse á discre cion en manos de sus agresores!

{་*

Proveed, pues, señores diputados á las necesidades de la patria, de la cual no debo ni quiero separar nunca mi suerte; y convencidos de que el enemigo no estima en nada la razon y la justicia, si no están apoyados por la fuerza, examinad prontamente los males y su remedio. Cádiz á 6 de setiembre de 1823. -Fernando.>

Los diputados examinaron la manifestacion del gobierno, que no era otra cosa que las comunicaciones entre el Rey y el duque de Angulema, con la última respuesta perentoria. Pasó el asunto, asi como el discurso, á una comision de siete, en la sesion del dia siguiente que fué pública: leyó el Sr. Saavedra, uno de sus individuos, la minuta de contestacion, en quese leian las siguientes palabras: «Grandes son, señor, ciertamente las ne

TOMO III.

15

cesidades de la patria; pero grande es tambien el esfuerzo y la constancia de los fieles súbditos de V. M.; y aunque en estos tiempos de degradacion general se estime la fuerza en mas que la razon y la justicia, las Córtes no darán un paso que mancille en lo mas mínimo la dignidad de su Rey, y el honor de la nacion. »

La de la respuesta á la memoria ó manifiesto del gobierno, fué presentado por el Sr. Galiano. «En cuanto á ser deshonrosa, decia la propuesta de entregar al Rey y la suerte de la nacion al enemigo invasor, no cree la comision que pueda disputarse. El gobierno la ha calificado de tal, no menos que inadmisible consideradas sus facultades; y no siendo las de las Córtes mayores, ni diferentes en este punto, la comision cree que deben estas convenir con la opinion del gobierno de S. M., y aprobar y aplaudir sus sentimientos. »

Despues de aprobado el dictámen trataron las Córtes de cerrar sus sesiones, supuesto que estaba terminado el negocio que se les habia encomendado. Mas el gobierno se opuso á ello, alegando que aun podian ocurrir algunas mas contestaciones, que las hiciesen convocar de nuevo. El Congreso se contentó, pues, con suspender tan solo las sesiones; determinacion que fué tomada y llevada á ejecucion el 12.

Con fecha del 7, en virtud de lo acordado por las Górtes, se pasó al príncipe generalísimo la comunicacion siguiente:

«Mi querido hermano y primo: He recibido la carta de V. A. R. de fecha de ayer, y por su contenido veo con el mayor dolor que V. A. R. cierra todas las puertas á la paz. Un Rey no puede ser libre alejándose de sus súbditos, y entregándose á la discrecion de tropas estranjeras que han invadido el reino; una plaza española cuando no contiene traidores, no se rinde á menos que el honor y las leyes de la guerra no justifiquen su entrega. Sin embargo; hoy deseo dar á V. A. R. y al mundo, la prueba de que he hecho cuanto he podido para evitar la efusion de sangre; y ya que rehusa V. A. R. tratar con cualquiera que sea escepto conmigo solo y libre, estoy pronto á tratar solo con vos y en plena libertad, bien sea en un sitio à distancia igual de

los dos ejércitos y con toda la seguridad conveniente y recíproca, ó bien á bordo de cualquiera embarcacion neutral, bajo la fé de su pabellon. El teniente general D. Miguel Ricardo de Alava va autorizado por mí para poner esta carta en manos de V. A R., y espero recibir una respuesta mas satisfactoria. Dios etc.-Fernando. Cádiz 7 de setiembre de 1825.

El duque de Angulema no solo rehusó responder, sino que se negó á recibir al general Alava, portador del pliego.

Con este ultimatum, no habia mas que pensar en resistirse. ¿Y con que medios? Faltaban los materiales de dinero, cuyos apuros eran grandes, sin ningun recurso para alzar empréstitos: faltaban los morales, habiéndose introducido el desaliento, y muerta la esperanza de salvar la patria. Renovaron mientras tanto las hostilidades los franceses. El 16 de setiembre lograron encender con cohetes la Carraca, aunque se consiguió apagar el fuego. Dos dias despues cayó en sus manos el castillo de Santi-Petri, con muy poca resistencia, Dueños del mar, comenzaron á arrojar granadas y bombas sobre Cádiz. Los víveres faltaban; se iban desocupando los almacenes de todo material de guerra; la desercion comenzaba á introducirse en las filas. Todo anunciaba la aproximacion de una catástrofe.

Los franceses estaban impacientes por apoderarse de la presa. El 24, recibió el gobernador de Cádiz la comunicacion siguiente: Puerto de Santa María, 24 de setiembre.--Sr. Gobernador: S. A. R. el príncipe generalísimo me ha ordenado intimar á V. E., que le hace responsable de la vida del Rey, de la de todas las personas de la familia real, igualmente que de las tentativas que podrian hacerse por sacarla. En su consecuencia; si tal atentado se cometiese, los diputados á Córtes, los ministros, los consejeros de Estado, los generales y todos los empleados del gobierno, cogidos, seran pasados á cuchillo. Ruego á V. E. me avise el recibo de esta carta. -Soy, etc.-El mayor general, Guilleminot.

Contestacion. Cádiz 26 de setiembre á las doce menos cuarto. de la mañana.-Sr. general: con fecha del 24 recibo hoy una intimacion que V. E. me hace de órden del Serenísimo Sr. Duque de Angulema, en que constituye responsables á todas las auto

« AnteriorContinuar »