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de nuestro egército en uno de los puntos del estado de Cáracas.

La artillería, pertrechos y municiones de Cundinamarca que no han llegado aun, serán empleados en favor de Barinas, la cual deberá una gran parte de su libertad á las liberalidades de V. E.

¡Oh que bello espectáculo se presenta, señor presidente, sobre el teatro del nuevo mundo que va a ver una lucha, quizá singular en la historia, ver digo concurrir espontánea y simultáneamente á todos los pueblos de la Nueva Granada al restablecimiento, libertad é independencia de la estinguida república de Venezuela, sin otro estímulo que la humanidad, sin mas ambicion que la de la gloria de romper las cadenas que arrastran sus compatriotas, y sin mas esperanza que el premio que da la virtud á los héroes que combaten por la razon y la justicia!

V. E. será el primero que penetrado del júbilo mas puro aplaudirá sus propias acciones, las de sus conciudadanos, y sobre todo los magnánimos esfuerzos y sacrificios de los

inclitos guerreros de la Nueva Granada, con quienes voy a tener la dicha de combatir por la redencion de Venezuela y gloria de estos Estados.

Acepte V. E. los sufragios de mi alta consideracion, respecto y gratitud. Dios guarde á V. E. muchos años. Cuartel general de Cúcuta, mayo 1o de 1813 3. Escelentísimo señor. Simon Bolivar. Escelentísimo señor presidente del Estado de Cundinamarca.

Otro.

Escelentísimo señor. He recibido ayer el oficio de V. E. fecha 27 del pasado en que el señor secretario de Estado se sirve comunicarme á nombre del gobierno la órden de marchar el egército á ocupar las provincias de Mérida y Trujillo.

Doy á V. E. las mas rendidas gracias por la heróica resolucion que ha tomado de mandar á libertar dos de los Estados que componian la federacion de Venezuela. Mi corazon se inunda de placer y gratitud al contemplar las

armas libertadoras de la Nueva Granada, marchando á redimir á mi querida patria; pero

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ah señor escelentísimo! los bienes mas puros estan siempre mezclados de peligros é inconvenientes, y el de la libertad que vamos á obtener, se halla colocado entre los dos mas grandes escollos que puede presentar la guerra; la carencia de dinero, y la de municiones. Voy á esplicarme.

Debemos marchar á posecionarnos de Mérida y Trujillo, paises que apenas podrán suministrar víveres para alimentar la tropa, permaneciendo en ellos un mes cuando mas, y por consiguiente nos faltarán los sueldos para el egército, pues no hay caudales en aquellas provincias que han aniquilado el terremoto, la guerra y las persecuciones de los enemigos. Necesitamos pues que los gobiernos particulares y general de la Nueva Granada nos subministren mensualmente la cantidad de veinte y cinco mil pesos, interin nos internamos en la provincia de Caracas, que es la rica y la que puede subvenir á los gastos del egército. Estas cantidades serán reintegradas

por la república de Venezuela, luego que esté restablecida, con los intereses que se hayan estipulado con cada uno de los prestamistas bajo la garantía del gobierno de la Union. A este efecto voy a mandar dos diputados á las provincias del Socorro, Tunja, Casanaré y Cundinamarca, con las credenciales é instrucciones de que acompañaré copia luego que las haga. Por otra parte insto al gobernador de este estado, para que tome todas las medidas mas eficaces, á fin de obtener algunas cantidades que nos pongan en actitud de marchar adelante; pues estamos reducidos á no tener, ni aun para subministrar el socorro diario à los soldados.

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Luego que lleguemos á Mérida, estos me pedirán sus sueldos atrazados, y yo no tendré fondos con que poder pagarles. Entonces los oficiales mismos aumentarán quizá el descontento de las tropas, atribuyendo al pais de Venezuela la falta de prest, que tampoco tendrian aqui si se demoracen mas tiempo en el territorio de la Union.

El caso es arduo, y aseguro á V. E. que el

valor que me sobra para combatir á Monteverde, me falta para arrostrar el inconveniente en cuestion.

El segundo obstáculo para lograr un suceso completo en esta guerra, es que las pocas municiones se van á disminuir con la naturaleza de la campaña que nos hemos propuesto, quiero decir, por la lentitud con que vamos obrando quedándonos uno o dos meses en cada posicion.

Yo conceptuo que siempre que las circunstancias nos sean tan favorables, como nos dicen, y la fortuna nos proteja un tanto, podemos llegar ó presentarnos delante de Caracas ό con solo las municiones que llevamos, obrando rápidamente y procurando dar una accion general que nos abrá las puertas de aquella capital, que abrazará inmediatamente nuestra causa si el egército de Monteverde es una sola vez derrotado. Mas si adoptamos un sistema opuesto, cual es el de darle al enemigo tiempo para que se organise, y nos presente cuerpos con quienes combatamos frecuentemente, por de contado agotaremos nuestros pertrechos sin

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