San Antonio Portugués, Devoto de lo perdido, Mi amante se perdió anoche, ¡Buscádmelo, santo mio!
Gracias a Dios, madre mia, Que ya pareció el perdido; Nunca se puede perder Pájaro que tiene nido.
¡Mira con qué disimulo Te vas esa calle arriba, Sin reparar que te dejas Á una serrana cautiva!
La noche que tronó tanto Fuí á buscar á mi novia, Por si se acababa el mundo Irme arrimando á la gloria.
Por el camino real
Va una doncellita triste
En busca de sus amores, No hay mata que no registre.
Santa Teresita tiene
La paloma en el oido, Y yo quisiera tener De mi amante el apellido.
Á san José pido el ramo, Á san Francisco el cordon A santa Rita la espina,
Y á mi amante el corazon. TOMO II.-9.
Tengo yo una prima hermana Que la quiero tanto y cuanto, Y la he de llevar á Roma Que la vea el Padre santo.
Sobre gusto no hay disgusto, Yo quiero á aquel caballero Que está vestido de luto, Que á mi me gusta lo negro.
Todos me dicen que adoro Un clavel de mal color, Diga el mundo lo que quiera, Á mí me parece un sol.
Todo el mundo me da vaya
Porque quiero á un hombre chico;
Yo digo que por el aire Se compran los abanicos.
Me dices que Pedro es feo, Que no lo debo querer; Yo no le miro á la cara, Sino á su buen proceder.
Dicen que mi amante es feo;
Para mi es el sol dorado;
En estando yo gustosa,
Todo el mundo está pagado. (')
() Dicen que mi amante es feo
Y picado de viruelas; A mí me parece un sol Coronadito de estrellas.
Una corona me ponen De plata sobredorada Cuando me dicen que estoy De mi amante apasionada.
El retrato de mi amante Lo llevo siempre en el pecho, Cuando no está junto á mí, Saco el retrato y lo beso,
Con esa gorrita negra Me pareces un ladron,
Que aunque no robas á nadio, Me robas el corazon.
Si me volviera paloma,
¡Qué gustosa que quedara! Dentro de tu corazon Alli mi nido formara.
Tengo pleito con mi madre; Si no lo gano, me muero, Porque quiere que me case Con uno que yo no quiero.
El sentido se me pierde Cuando con ella platico, En ver que tengo una novia Cantadora y con buen pico.
En los jardines del Conde De una maceta cogí Un clavel para mi amante, Y una rosa para mí.
La primera clavellina
Que eche mi clavellinero Se la tengo de poner
Á mi amante en el sombrero.
Ojos de blanca paloma, Serafin idolatrado,
Benditas tus perfecciones, Que me tienes hechizado.
Eres el sol que yo adoro, Y la luna que venero, Eres cadena de amor Que me tiene prisionero.
Las estrellas en el cielo Están alumbrando á Dios, Y tú, como eres mi estrella, Alumbras mi corazon.
Toma esa rosa encarnada, Abrela, que está en capullo, Y verás mi corazon Abrazado con el tuyo.
Debajo de tu ventana
Me puse á atar una liga,
Quien bien ata, mal desata,
Quien bien quiere, tarde olvida.
Debajo de tu ventana
Me puse á contar dinero; Así que llegué á los quince
Me acordé de tu salero
Y acordándome de tí, Se me cayó de la mano.
Cuando me dieron el tiro En los montes de Llerena, Con las ansias de la muerte Me acorde de ti, morena.
No sé qué estrella es la tuya Que domina sobre mí: Á nadie me he sujetado, Y me sujeto ahora á ti.
El dia que me dijiste Que era tuya el alma mia, Las lágrimas de los ojos De gozo se me caian.
Cuando me dijeron que era Trabajo en balde el quererto Me pareció que llegaba El tránsito de mi muerto.
Acuérdate que te di La llave de mi pechito, Algunos la pretendieron, Y á tí te la di solito.
Eché un candado á mi pecho Desde que ví tu belleza, Porque ninguna éntre en él Sin que tú le des licencia.
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