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secreto que pueda haber existido, serán responsables ante la ley, y esta responsabilidad se hará efectiva, si pudiendo impedirlo, permiten que se turbe la tranquilidad pública. . . . . Si hemos sido imparciales con personas que nos eran tan caras por los servicios hechos á la patria, seremos inflexibles, y yo el primero, contra los ministros; no conociendo á las personas sino á las leyes, y siendo mas de ellas por no faltar á nuestro deber.»

Aprobada la indicacion del Sr. Moreno Guerra, se ofició en consecuencia á los secretarios del despacho, quienes se presentaron inmediatamente. Enterados de la proposicion, el ministro de la Gobernacion de la Península leyó los oficios ó partes que sobre las ocurrencias de la noche anterior habian pasado al gobierno, el capitan general y el gefe político de la provincia. Se reducia en lo sustancial su contesto, á lo que dejamos dicho arriba. Gritos sediciosos á las mismas puertas de palacio; alarma en las inmediaciones; alboroto en seguida en muchas calles; entrada en la casa del gefe político; asistencia oportuna de los cuerpos de la guarnicion; fin del alboroto á eso de las doce de la noche; bando publicado por el gefe pólítico, etc. Mas en ninguna de las comunicaciones se hablaba de vias de hecho, de heridos, de muertos, de violencias cometidas en casa del gefe político, etc. La cosa no habia pasado de ruido, de bulla y de algazara.

El Sr. Palarea hizo llamar la atencion sobre los gritos subversivos que se dieron en palacio, que sin duda habian promovido el alboroto de los liberales: manifestó la probabilidad de que dichos gritos hubiesen procedido de los mismos que habian hecho iguales manifestaciones, cuando la caida de la Constitucion en el año 14; que aquí no habia pasado de vociferaciones, lo que en Burgos y otros puntos fueron actos de abierta rebeldia. Se lamentó de que por los malévalos se hiciesen esparcir las voces de planes de República, en que se suponian ¡mplicados algunos de los mismos individuos del Congreso. Manifestó la conveniencia de que se suspendiese, aunque solo por dos meses, el artículo 308 de la Constitucion, y que se

mandase, que para lo sucesivo, en todos los vivas que se die. sen al Rey, se añadiese el adjetivo de constitucional; debiendo considerarse como subversivo, cualquiera otro sin este requisito.

Habiendo manifestado el Sr. Moreno Guerra deseos de que indicase el gobierno, qué medidas habia tomado en los dias anteriores al del 7, dijo el ministro de la bernacion de la Península, que las disposiciones del gefe político, suponian una preexistencia de sucesos anteriores; pero que el gobierno no habia descuidado por su parte, tomar las providencias necesarias. Por lo que tocaba á las causas formadas á los enemigos de la patria, no era la primera vez que se hacian cargos al gobierno por una dilacion, cuyo motivo no queria comprenderse. Todos los reos que han sido presos por disidencia, están entregados á la justicia; y el Congreso mismo está actualmente tratando de una ley, para abreviar el curso de las causas criminales. ¿Y qué se diria del gobierno si hubiese infringido en un ápice las leyes existentes, cuando se le inculpa por haberlas seguido religiosamente? ¿Qué reclamaciones justas no hubiese oido en este Congreso? Yo no me quejo, porque estas mismas sesiones manifestarán eternamente el vínculo indisoluble que une y estrecha á los dos poderes; pero no puedo menos de reconocer la terrible residencia que se hubiera tomado á cualquiera de nosotros, que hubiese osado traspasar una letra de las fórmulas prescritas por la Constitucion y las leyes. El gobierno puede anunciar á la faz de la nacion y del orbe entero, que ha sido imparcial en las providencias gubernativas que ha tomado; imparcial, pero enérgico y activo. Los señores diputados no pueden ignorar, que ha llegado su imparcialidad hasta mandar prender, en el acto mismo de ir á ejercer sus funciones, á un individuo de la capilla real, complicado en la causa de Burgos. Yo preguntaria, si la época anterior presentó muchos ejemplos de una imparcialidad semejante. ¿Qué influjo no hubiese tenido para contener la mano del gobierno, la investidura de una persona que dependia de la capilla real. ? Y á pesar

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de esto, se culpa al gobierno de miramiento y de consideracio

nes. Se dice que el curso de las causas es lento; y sino lo fuese, sino se guardasen las fórmulas de las leyes, ¿no se reclamaria con razon? Tiempo vendrá en que la justicia quede satisfecha, y justificado el gobierno; pero á este no le es dado anticipar épocas. Como quiera, no debemos desentendernos de los sucesos que han ocurrido no hace mucho tiempo, y que son los que pueden haber influido en la exaltacion de los ánimos, y tal vez haber dado motivo a esas voces sediciosas en palacio..

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El Sr. Palarea ha dicho, que no solo se empleará en calidad de diputado en perseguir á los enemigos del sistema constitucional, sino que en caso necesario, empleará tambien su espada. Esto es lo que desea el gobierno. El suceso de anoche no es aislado: es la consecuencia de una exaltacion que ha sido precedida de otros, que ahora no entraré á calificar, porque no es del caso. Si necesario fuese, manifestaré al Congreso franca y lealmente, todos los sucesos.

El Sr. Palarea dijo, que no habia sido su ánimo inculpar al gobierno por la lentitud en los trámites que seguian las causas; á lo que contestó el ministro, que en cuanto á las de Burgos, podia anunciarle, y á todo el pueblo que le oia, que no habia memoria de haberse conocido un juez tan activo como el que entendia en ellas que procediendo en el órden legal y regular como él procedia, diez jueces no hubiesen hecho tanto como él solo. «Acaso si ese reglamento, añadió, ó minuta de decreto que las Córtes tienen entre manos, se publicase con la brevedad que se apetece, se daria mayor ensanche á las facultades de los jueces. Acaso entonces. Deben entenderme los que en

tienden en esta materia.»

Tomó entonces la palabra el señor conde de Toreno. Hé aquí las suyas mas notables:

«Cuanto mas sagrado y respetable sea el nombre con que se encubre un proyecto enemigo, tanto mas debe llamar la atencion de la autoridad. La voz de religion, mas santa que ninguna otra, ha servido para cometer grandes crímenes y horrorosos asesinatos. Los que quieran ahora alterar el órden, no se valdrán de nombres ominosos, pero sí, de aquellos que reunen

todos los corazones, y que son caros á todos nosotros. La Constitucion es la sola divisa que llevarán, y la capa con que ocultarán sus siniestros designios. El gobierno debia haber disipado esas reuniones sediciosas; para ello está autorizado, y esa es su obligacion. Esos alborotadores que reclaman la observancia de la Constitucion, y que se apellidan por escelencia constitucionales, ¿cómo se atreven a usurpar este ombre, cuando atacan á ciudadanos pacíficos, allanan las casas hasta de las autorida des, y cometen otros mil escándalos y desafueros prohibidos por las leyes de todos los paises? De haber permitido ni un momento semejantes escesos, seria de lo que yo acusaria al gobierno y á nosotros mismos. Todos debemos velar en que los ciudadanos. hallen seguridad en sus casas, en su tráfico, y puedan ejercer su industria sin que nadie les perturbe, que en esto consiste la verdadera libertad. Lo demas, esas asonadas, sea quien fuere el que las promueva, son verdaderamente asonadas de servi. les. El que incomoda á los demas, y con pretesto de observar las leyes las infringe todas, es en mi opinion el mayor servil, entendiéndose por este nombre, quien no quiere leyes justas é iguales para todos. En cuanto á lo que se ha dicho de las causas, ha respondido bien el señor ministro de la Gobernacion. Estas tienen que seguir los trámites prescritos por las leyes. . Estoy dudoso si convendrá suspender los artículos de la Constitucion de que ha hablado el Sr. Palarea: en el curso de la discusion, veré si se me convence de la necesidad de tomar esta medida: mientras tanto, la apoyo: no seria esa mi opinion, si no se nos hubiera pintado el peligro con colores tan vivos. No pienso así, respecto de la otra proposicion que ha hecho el Sr. Palarea, y que ha apoyado el Sr. Moreno Guerra, de que se dé al Rey el título de constitucional. Por alta y elevada que sea una persona, no me gusta que se le den títulos honoríficos mientras viva á la posteridad toca su juicio. Respeto y venero al Rey es un deber mio; lo es el de todos, como el de conservar á costa de nuestras vidas el trono constitucional: sé que el Rey es constitucional, y debe serlo; la Constitucion ha legitimado sus derechos al trono. Así que, apruebo por ahora la primera

proposicion, y desecho la última.

El Sr. Moreno Guerra dijo, que al apoyar la indicacion del Sr. Palarea, no entendia que en la palabra constitucional aplicada al Rey, hubiese ni sombra de adulacion; que al contrario; siendo su idea que el R, en el sistema de las nuevas instituciones, no podia ser ey sino en virtud de la Constitucion, opinaba que para hacerlo entender así, se apellidase Rey constitucional.»

El Sr. Palarea citó un decreto dado por las Córtes, en virtud del cual se establecia que se diesen vivas al Rey y á la Constitucion; que su objeto habia sido el evitar la distincion maligna que se queria hacer, entre viva el Rey, y viva el Rey constitucional, suponiendo, que los que le victoreaban del primer modo, le aclamaban absoluto.

El Sr. Romero Alpuente dijo, que era necesario subir á las causas de aquellos sucesos que habian motivado la presentacion de los ministros en el seno del Congreso; saber por qué se habia gritado, alborotado, allanado una casa, apellidado el nombre de Riego, verificádose un tumulto en el teatro, dádose gritos subversivos á las inmediaciones de palacio, etc. En su discurso usó el orador las frases siguientes, que hicieron mucho ruido y dieron grandes armas á sus adversarios. «Si se hubiese de estar, como tal vez habrá de estarse, á lo que ha dicho el Sr. Palarea, creo que pueda llamarse este movimiento una justicia del pueblo, es decir, que el pueblo que sabia que en palacio habia habido iguales reuniones en muchos dias, que habia habido esas voces tan contrarias, tan escandalosas y altamente ofensivas á la Constitucion, y que sabia tambien que no se habia tomado providencia alguna por el gobierno para prohibir tales voces, ha dicho: ya que los conductores de esta máquina, ya que los ejecutores ó aplicadores de la ley están tan pasivos, y no vengan á esta nacion, hagamos por nosotros la justicia, y venguémosla por nosotros mismos. Si los serviles unidos se atrevieron á esplicar así sus sentimientos, vamos nosotros los liberales á esplicar así los nuestros, con el valor y la firmeza de la Constitucion

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