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cha. Asienta á la orilla del Betis, y á esta situación alude el sábalo que se ve en el reverso de sus antiguas medallas. En el anverso presentan éstas una cabeza de hombre con yelmo, cercada de laurel como en las medallas de Carmona, con una aspa además, que no llevan aquellas. Este mismo signo ofrecen otras medallas de la Bética, entre ellas la de Carula, pueblo del convento jurídico de Córdoba.

BETIS, UTRICULUM (Utrera). No hay plena seguridad de que haya existido una ciudad nombrada Betis: Estrabón es el único que hace mención de ella: ni Mela, natural de Andalucía, ni Plinio que fué en esta provincia cuestor, ni Tolomeo, ni Antonino, la conocieron. Presumen Casaubón y Flórez que el texto del primero haya sido corrompido y que deba leerse Becula por Betis. Sin embargo, Caro sostuvo (1) que este fué el nombre antiguo de Utrera, y hay modernos críticos que suponen lo propio (2), dando por autores del nombre de Betis á los griegos y del de Utriculum á los soldados de Augusto, procedentes de las colonias etruscas del mismo nombre, retirados á ese paraje de la Bética después de la guerra de Cantabria.

Concíbese en efecto la oportunidad de la denominación griega: el término de Utrera sostiene considerables rebaños, y produce por consiguiente grande abundancia de pieles de cordero, propias para vestir, á las cuales llamaban los griegos Bæta (3).

SEARO (Cortijo de Zarracatín, cerca de Utrera). Nombra Plinio el pueblo antiguo de Searo llamándole Siarum, y una inscripción que allí se conservaba en tiempo del P. Flórez hace mención del Ordo Siarensium; pero la ortografía Searo está más autorizada por ser la que se usa en las medallas que cita el mismo anticuario. Tienen estas, como las de Carmona y otras

(1) En su Convento juridico.

(2) Entre ellos el citado Standish.

(3) Estas pieles eran también famosas entre los romanos, que decían: «Bæta pellis et in hyeme et in estate bona est.»

ciudades de la Bética, las espigas que simbolizan la fertilidad de su suelo (1).

UGIA (Montuja, cerca de Lebrija). Da mucha importancia el moderno historiador de Cádiz á este pueblo, cuya reducción equivocó Garibay poniéndolo en las Cabezas de San Juan. Entiende el señor Castro que estaba Ugia cerca de Lebrija y del arroyo Romanina, y que es el mismo Castrum Julium, por otro nombre Cæsaris Salutariensis, recordado por Plinio; y que este nombre le fué aplicado por el gran servicio que prestó á César en la batalla de Munda, la cual, según sus conjeturas, debió ocurrir en aquel término (2).

NEBRISSA (Lebrija). Grande es la antigüedad de esta población, no diferente de la Nebrissa Veneria de Plinio, que algunos, muy seriamente, han supuesto fundada por los sátiros compañeros de Baco durante las excursiones venatorias de éste por la Bética. Así lo sintió Silio Itálico, nombrándola, después de Cástulo y de Híspalis, de este modo (3):

* Ac Nebrissa dionyseis conscia thyrsis,
quam satyri coluere leves, redimitaque sacra
nebryde, etc. >>

De la voz nebris, que entre los griegos significaba la piel de ciervo, de que se vestían los sacerdotes de Baco ó Dionisio, viene naturalmente la de Nebrissa; pero no es necesaria esta etimología en abono de su antigüedad, pues el mismo Silio la cita como sobresaliente en las guerras de Aníbal. Tampoco falta quien explique con fundamento la formación púnica de su nombre, como corrupción de Næpritza, que tanto vale como tierra que cubren las aguas crecientes (4), pues como pueblo de los estua

(1) D. Adolfo de Castro ve en Zarracatín la antigua Soricaria, donde Pompeyo, perdida Ategua, tuvo un encuentro con las tropas de César. Ob. cit., Ibid. (2) Véanse sus conjeturas en la Ob. cit., lib. I, cap. 3.°

(3) SILIO ITÁLICO, De bell. pun., lib. III.

(4) Véase á Bochart en su Chanaan, lib. I, cap. 34. Según este sabio, el mismo nombre actual de Lebrija es un comprobante de su origen púnico, pues Lepritza vale tanto como ad aquarum eruptionem, esto es, á la salida de las aguas.

rios del Betis, se inunda en las grandes avenidas de este río. En tal caso su fundación podría datar de los fenicios, que por la parte meridional de España dieron sér á tantas poblaciones, especialmente á las que podían contribuir al tráfico y á la navegación, como Nebrissa, mercado de importación y exportación para el comercio fluvial y marítimo. Como punto estratégico, no sería para los antiguos despreciable la eminencia que señorea la población, y según esto es probable que donde se levanta hoy el castillo moruno de Lebrija, dominando la espaciosa hondonada, descollase durante las grandes contiendas de cartagineses. y romanos y de los romanos entre sí, alguna otra sólida y severa fortaleza.

No es raro encontrar en este pueblo notables restos del arte antiguo. El erudito Ceán Bermúdez dice haber visto en él suelos de taracea de mármoles de colores, de gusto romano, y cita como estatua romana, aunque sin cabeza, una que sirve de imagen de nuestra Señora con el caprichoso nombre de Mariquita del Marmolejo (1). Otro regular fragmento de escultura se ve empotrado en una esquina cerca de la plaza de árboles en que desemboca la calle de la Iglesia mayor.

(1) Hist. de la pint. ms. arriba citado, t. I, cap. X.

CAPÍTULO IX

Continuación: Urso ó Ursao, Colonia Genetiva Julia y Genetiva Urbanorum.Astapa.- Ventipo. - Calentum.- Maxilua.-Carteia.- Julia Transducta.Mellaria. -Belone.- Bessipo.-Promontorium Junonis.-Erytheia.-Gadira. Menesthei portus.-Turris Capionis.-Lucendubia.

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RSONA, URSO, URSAO, GEMINA URBANORUM (Osuna). De todas estas maneras escriben el nombre de esta población los autores antiguos, Apiano, Estrabón, Plinio y Tolomeo. Esta fué la ciudad donde invernó Gneyo Escipión cuando Publio Escipión trasladó sus cuarteles de invierno á Cazlona. Aquí vino también Fabio Emiliano enviado por el Senado de Roma contra Viriato; de lo que se infiere haberse mantenido Urso siempre fiel á los romanos. En las guerras civiles de César y Pompeyo siguió el partido de este último, y le fué fiel hasta el trance postrero; no quedaba en toda la Andalucía mas lugar que Osuna que sostuviese á Pompeyo después de tomada Munda, y púsola cerco Quinto Fabio. Agregábanse á la fortaleza natural

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