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Los albañales de las tocinerias, deberán labarse diariamente; y la policía se ha abandonado en éste ramo.

MOSTRADORES DE PULQUERIAS Y VINATERIAS.

Debieran colocarse como está mandado, hasta fuera de las puertas menos media vara para que se puedan parar los compradores. Ademas: antiguamente solo en las boticas se expendia el aguardiente chinguirito, pero el tiempo á cruzado los brazos y la sociedad necesita otro arreglo.

Evitar que los mostradores, sirvan para abrigar juegos de baraja debajo de ellos, de vagos y de criminales, és el primer deber de todo gobierno moralizado.

TIENDAS Y VINATERIAS.

Debiera prohibirse que esten juntas las vinoterias y tiendas, pues aunque haya mil bandos que impidan la venta de los licores en dias festivos, y la clausura de las vinaterias, como lo que se usa es cubrir solo con un cotence la piquera y botellas del frente, siempre se expenden dichos licores, cuidando que los guardas sí nó son amigos no lo adviertan, pero siéndolo, ni se toma tal precaucion.

MODO DE PESAR LA AZUCAR.

Los cargadores avientan los panes de azucar, desde la banqueta hasta la puerta, interceptando el paso; y como tienen que contarlos duran mañanas enteras, pues tal vez son dos carros ó mil panes, cuya operacion espone al público á varias desgracias.

De paso diré, que toda casa de comercio debiera fijar en sus puertas, la tarifa de sus efectos y clase, y la polícia secreta semanariamente vicitarlas.

Siempre que los efectos no correspondan á lo ofrecido, deberian decomizarse á favor del fisco y cerrarse el establecimiento; de lo contrario el robo quedaria garantizado.

Las pulquerías, vinaterías y todo establecimiento de comercio, debiera fijar en las puertas de él, los bandos que traten de su policía, para que no arguyan ignorancia el dia que sean sujetos á la pena.

El costo de la impresion debiera ser de su cuenta.

Ya que los comerciantes jamas pagan contribucion por razon de comercio, pues de los consumidores sacan las que se les impone, justo es que al público lo consideren con no engañarlo, y que algun dia la ley sea una realidad.

PROHIBICION DE ALTOS.

Es un mal, principalmente para las ciudades populosas, el que se fabriquen casas de tres altos.

México, que sufre continuos temblores: que la mayor parte de sus casas no tienen agua, y cuya poblacion es de doscientos y tantos mil habitantes, debiera, en vez de fabricar sobre sus edificios, estender su poblacion, pues esto es conforme á la higiene y á la policía.

México, es amagado constantemente de la fiebre á que están espuestas las familias, por esa reunion de vecindades unas sobre otras, fácil de contagiarse al respirar una atmósfera impregnada. ¡Cuántas fortunas desaparecieran en el caso de un incendio! ¡y qué dificultad para contenerlo despues que las llamas hallan penetrado las tres alturas.

México, necesita de proteccion, y estando convidando con toda la parte de Oriente á noroeste, falta que halla un gobierno que lo impulse.

El medio es muy sencillo, solo depende de facilitarle agua, y en el acto se poblaría.

Hace años of decir, que se pensó en trasladar á los lazarinos á S. Cosme y colocar la Aduana en su local: ¡escelente pensamiento! Es inútil esplicar su mejora: la humanidad doliente hallaria alivio, y la ciudad ocupada con los cargamentos que embarazan las calles constantemente, se hallaria libre de las desgracias que frecuentemente se repiten.

El rumbo de S. Lázaro es el mas adecuado para el depósito de las maderas y carbon, á fin de evitar á México un conflicto; así es que, si no se forma una alameda como antes he indicado, seria de aprovecharse para tales objetos, ó fábri cas de cerillos, ó coheterías; pues en caso de incendio, se cuenta con el auxilio inmediato de la agua de la acequia,

MUTACION DE NOMBRES.

Es un mal para la sociedad la mutacion de nombres de calles: aparecen con el tiempo escrituras bajo hipotecas, que conservan distintos nombres y se pierden los capitales.

Así sucedió al juzgado de capellanías, que cuando aclaró que la calle de Zuleta (in illo tempore) fué conocida bajo otro nombre, perdió los capitales; pues se pasó mucho tiempo en averiguar el antiguo nombre, y le alegaron de prescripcion.

La policía deberá conservar los antiguos nombres, sin per juicio del nuevo de sus ahijados.

CASAS DE VECINDAD.

Cada seis meses debieran ser visitadas por la policía, pues la mayor parte se hallan en ruina; prohibiéndose ademas, en ellas los lupanares, por razones conocidas; debiendo fijarse un reglamento, pues los mas empleados pobres viven en dichas casas, y es inhumano el que á las diez de la noche se encuentren con las puertas cerradas.

FACHADA DE CASAS.

La policía debiera tomar parte, en que los particulares repongan algunas, pues existen ventanas salidas de las banquetas, sardineles, escalones, y cornizas sobre ventanas; como por ejemplo las de la esquina de la calle del Correo Mayor, que sin duda fueron hechas á poco de la conquista y deshonran los adelantos de la época.

CALLES.

Esta materia debiera ocupar un opúsculo por separado, por ser muchos los puntos que ocupa. Sin embargo, me concretaré cuanto me sea posible.

En sinopsis el supremo gobierno debiera listar á todos los que han tomado parte, principalmente desde el año de 30, en la descomposicion de las calles, ruina de los edificios, de las familias y de la sociedad, y hacerles pagar con sus bienes, si posible fuera, todos los daños que han hecho,

Entremos en materia.

Desnivelada la ciudad, es forzoso que las aguas declinen de la parte alta á la baja; luego no debe ser estraño lo que todos palpamos, esto es, que México en cada aguacero sea inhundado.

Es una vergüenza que no haya habido un solo mexicano que imite el talento del gran virey Revillagigedo, á quien se le debiera levantar un monumento.

Como el prurito de la moda es variarlo todo, aunque nos lleve el diablo, se ha dicho amén; pues no hemos tenido pueblo ni gobierno: escelentes discursos y bellas teorías nos han ocupado, y no realidades benéficas,

Me llama la atencion, que nuestros arquitectos ingenieros de ciudad, hallan sido bastante hábiles para adelantar en la arquitectura que forma mis ensueños desde niño, y no hayan hecho algo de provecho para el público.

¿Qué no ven? ¿no oyen? ¿no sienten? Un ciego es bastante para marcarles los males que han hecho: cada calle, cada casa, cada transeunte, hablaṇ.

las

¿Quién no considera que al dar á las calles mayor altura que á los edificios, es inhundarlos: que inhundándolos se remojan los taluces y cimientos, deteriorándose así las fincas: que si se suben sus piezas pierden su arquitectura, pues bases de las columnas quedan hundidas, como se ve en muchas casas: las portadas chaparras ó chicas: los techos bajos: los pisos húmedos, ensalitrados; y los de madera aun nadando en agua: los infelices que viven en acceserias, sin tener en qué dormir cuando cae un fuerte aguacero, Los efectos de las bodegas perdiéndose; las caballerizas enfermizas para los caballos y demas animales; y por último, obligados los ciudadanos á emprender grandes gastos de re posicion, ó á perder parte de sus capitales, pues una finca informe, des

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