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Jaime II hizo en esta ocasión lo que debía hacer, oponerse å las invasiones africanas y á la supremacia de los sultanes marroquíes en Granada, que es á lo que aspiraban Sancho y Mohamed; por eso el decens de la respuesta dada al embajador marroquí ó no significó nada ó significó lo contrario del decens puesto en la de los granadinos.

La situación interna del reino musulmán de España había mejorado notablemente: había logrado el nasarí que sus inquietos parientes los benixquilulas abandonaran sus posesiones de Comares, Guadix y Málaga, y que se trasladaran al Africa al servicio de Abenjacob; con esto todo el territorio quedó bajo su obediencia y cesaron las intrigas unas veces con los cristianos, otras con les musulmanes benimerines. Pero el peligro marroquí no por esto había desaparecido: todavía el sultán, dueño de Tarifa, Ronda y Algeciras y por tanto del Estrecho, podía entrar y salir de España, y convenía á la seguridad de Granada y de Castilla, cerrarle aquella puerta. Pero los granadinos queríanla para ellos y lo mismo los castellanos, porque á los primeros convenía poder franquear el paso á sus correligionarios en momentos de apuro y á los segundos era de necesidad guardarlo cuidadosamente. Aben. jacob, por el contrario, deseaba conservar sus posesiones de acá y tener acceso libre á la península y por prever que la oposición á sus deseos vendría de Granada y Castilla, buscó en el poder aragonés un auxiliar y un contrapeso al poder castellano. Pero si al de Aragón no interesaba tan directamente como á los reyes de Castilla y Granada el expulsar definitivamente de España á los africanos, por no temer ni que lo destronaran ni que le talaran la tierra con tanta intensidad ni con tanta frecuencia como Andalucía, su reino de Valencia no estaba libre de algaras y rebatos y eran los benimerines vecinos más molestos y peligrosos que los moros granadinos.

Arreglóse pues entre los tres un pacto según el cual Sancho IV to. maría abiertamente la ofensiva contra el sultán, sitiando Tarifa; Jaime II cooperaría al sitio con una escuadra de diez galeras y Mohamed, permaneciendo al parecer neutral, para salvar las apariencias, se situaría en Málaga como en observación y desde allí avituallaría el campo sitiador y le proporcionaría otros recursos. Los tres cumplieron sus compromisos: Sancho se puso delante de Tarifa en la primavera de 1292, Jaime envió las galeras al mando del vice-almirante Berenguer de Montoliu y mantúvolas á sus expensas (1); Mohamed

imposible encontrarla; en ningún indice consta un Promiscuum Alfonsi II et Jacobi II; la verdadera cita es R. 55, f. 54.

(1) Al Rey de Castella. De nos Don Jayme Facemos vos saber que nos luego que fuemos venidos de Mayorgas fiçiemos armar un galeot en Barcelona en el qual el dia que esta carta fue feyta enbiamos la paga por a las nuestras galeas por dos meses. E rey si por ventura por fortuna ó mal tiempo o por otro embargo el dito galeot alla luego plegar

desde Málaga fué socorriendo al sitiador en vez de hostilizarle y hostilizando en cambio otras plazas del sultán, como Estepona (1). El

no podia asi com seria mester. Rogamos vos quanto mas podemos que por defalliment de la dita paga non consintiessedes nin lexassedes que las ditas galeas nuestras se partiessen de nuestro servicio ante las retuviessedes en vuestro servicio bistrayendo e manllevando de lo vuestro entro que alla sea plegado el dito galeot con la paga porque aquello que y bistrasseyedes e y oviessedes a manllevar recobraredes quando el dito galeot sea plegado alla con la dita paga. Et sabet Rey que nos por nuestras cartas enbiamos deçir e mandar fuertment e expressa a Belenguer de Montoliu vicealmirant nuestro e a los comites e a todos los otros de las ditas nuestras galeas que ellos en ninguna manera non se partan del vuestro servicio sines vuestra voluntad e mandamiento. Dada en Barcelona XVII dias andados del mes de octubre-iba en el galeot Francisco del Pin. (R. 252 f. 44 r. y v)

Al... Rey de Castiella... Don Jayme Rey de Arago... ya por otras letras vos fazemos saber de como embiavamos la paga para las nuestras galeas por dos meses con Francesch dez pin... e la paga que vos fiçiestes a las ditas galeas nuestras de los otros dos meses vos pagaremos á vuestra voluntad. E Rey fazemos vos saber que depues que las ditas letras nuestras vos enbiamos sopiemos que aviades preso Tarifa la qual cosa nos plaze muy de coraçon e end avemos muy grand alegria. E loado sea Dios del honor que en esti feito vos fizo porque Rey veemos e conoscemos que Dios fizo por voz e quiere exalçar el vuestro estado. Et fiamos por Dios que tota via acabaredes vuestro entendimiento de lo que cobdiciades... muyto nos plaçria que sienes danyo vuestro vos podiades acercar entaca por que nos avemos muy grand deseo de veernos con vos e los nuestros feytos con la vuestra presencia send endressaran meior e mas ayna... Et Rey porque nos querriamos que los vuestros feytos se feçiessen complidamente e en aquellos no oviesse ningun minguamiento fazemos vos saber que ya por otras letras nuestras enbiamos mandar a Berenguer de Montoliu vicealmirant nuestro e a los comites e a todos los otros de las nuestras galeas que alla son que ellos non se partiessen del vuestro servicio sienes vuestra voluntad e que vos serviessen quanto vos quisiessedes e encara agora por nuestras letras les enbiamos mandar e dezir que vos siervan muy bien e que non se partan dalla sienes la vuestra voluntad e mandamiento.... Dada en Barcelona XXIIII dias andados del mes de octubre (1292). misse fuerunt littere iste per Franciscum de Pinu. (R. 252 f. 45 v.).

(1) و اضطرب ابن الاحمر معسكره بمالقة قريبا من عسكر الطاغية و سرب اليه المدد من الرجال و السلاح والميرة و اصناف الاقوات و بعث عسكر المنازلة حصن اسطبون

(Annasiri, II, 35).

Y se situó Benalahmar en Málaga, cerca del ejército enemigo y le envió auxilios de hombres y armas y sobre todo víveres en gran canti dad, y mandó su ejército á sitiar el castillo de Estepona».

sitio duró próximamente seis meses, de mayo á octubre, cayendo en poder de los cristianos por capitulación, que salvó la vida y bienes de los defensores, aunque dice la Crónica que fueron pasados á cuchillo.

En aquel pacto sólo Jaime II quedaba sin recompensa territorial, sólo él buscó la exaltación del poder cristiano por estímulos elevados, aunque de ello resultara mayor seguridad á sus tierras, que fué lo que indudablemente le movió; los otros dos además de obtener de la victoria idénticos resultados, ensancharon sus fronteras ó permutaron unas plazas por otras á ellos más convenientes. Según los autores ára. bes (los cristianos y los documentos nada dicen, pero indirectamente lo confirman), Mohamed obró de aquella manera por la promesa que le hizo Sancho de entregarle Tarifa, dando él á Sancho otras fortalezas; pero ganada esta plaza, el rey de Castilla, que comprendía el valor de su nueva conquista y lo que significaba entregarla á los musulmanes de acá, se resistió á cumplir lo pactado, quedándose con ella, más con lo que Mohamed le había dado en recompensa (1).

Esto, que el Nasarí nunca olvidó, fué causa de grandes trastornos y de activas negociaciones antes de romperse la paz. Sancho IV permaneció en Andalucía parte de lo que restaba de año, probablemente negociando con la Alhambra (2) y á fines del mismo fué á Guadalajara á verse con su aliado Jaime II; la cuestión de Tarifa fué ya objeto de las conferencias, y el rey de Aragón se encargó de sondear el ánimo de Mohamed y de reducirlo á la antigua amistad; para esto le comunicó el resultado satisfactorio, que se había obtenido en la reunión, respecto á las diferencias existentes entre él, la Iglesia y los franceses: como «fiando en el amor e en la verdat del Rey don Sancho... pusiemos todo nuestro feyto en su mano» y como esperaba que en nuevas conferencias, que debían celebrarse en Logroño en la Pascua de Resurrección, quedaría todo expedito y arreglado. Al parecer esto nada importaba al de Granada, pero era un aviso de que fuera el aragonés de aquellas preocupaciones, podría disponer de sus fuerzas libremente y echarlas contra quien bien le pareciere y ese quien podría ser él, el propio rey de Granada, pues si entre don Sancho y su vasallo surgía algún conflicto ó discordia «tenemos nos, decía, que nos caye é deve

(1) و استشرف ابن الاحمر الي تحافي الطاغية عنها حسبما تعاهدا عليه الحصون ستة و استأثر بها بعد ان كان نزل له ذلك

فاعرض عن

عوضا عنها

عن

من

(Annasiri, II, 35).

<y requirió Benalahmar al cristiano para que saliera de Tarifa, según lo convenido, y rehusó hacerlo y se quedó en ella, no obstante haberse apoderado de seis de los castillos dados en compensación». (2) R. 252, f. 480.

mos tollerla end por nos» (1). Esta intención se trasparenta en toda la carta y no cuidó Jaime II de ocultarla ó hacerla obscura, sino que relacionó los dos asuntos, el del arreglo de las cuestiones aragonesas con Roma y Francia y el de las diferencias entre los reyes de Castilla y Granada, si bien para no herir la delicadeza del último atribuyó aquellas diferencias, no á la iniciativa del granadino, sino al influjo de un tercero, de algún mal hombre, como más extensamente llevaba encargo de explicar de su parte á Mohamed el judío alfaquí don Samuel.

Este tercero y ese mal hombre era el sultán de Marruecos, Abenjacob, con el cual tenían todos asuntos pendientes de resolución, que el despechado rey de Granada se proponía resolver en cuanto á él tocaban por sí solo, sin anuencia ni siquiera conocimiento de sus aliados cristianos, porque la solución que él buscaba iba derechamente contra ellos.

El caso es que todos volvieron ahora sus ojos al Africa, de donde podía venir la paz y la guerra, Sancho y Jaime con un propósito y Mohamed con el opuesto.

Aquella embajada marroquí, que esperó á Jaime II en Mallorca, inició unas negociaciones que las circunstancias en que se halló el rey de Aragón respecto de Abenjacob con motivo de su alianza con Sancho IV, hicieron sumamente lentas y difíciles; la situación del aragonés era comprometida, no podía tratar con el sultán y ayudar á quien pretendía tomarle una plaza, ni podía llamarse amigo del rey de Castilla y andar en tratos con quien éste andaba en guerra. Por esto, mostrando una vez más sus deseos de ser fiel á los pactos firmados y de ayudar á sus correligionarios en contra de los moros, según la política tradicional española, encargó á su embajador, Alberto de Mediona, que partiera con las diez galeras destinadas al bloqueo de Tarifa y no con una sola, y que antes de arribar al imperio de Marruecos se avistara con el rey de Castilla (por lo visto estaba ya en el campamento delante de Tarifa), y que acomodándose á su voluntad conti. nuara su camino ó lo diera por terminado (2).

(1) E nos Rey viendo el amor que vos oviestes al Rey don Pedro nuestro padre e al Rey don Alfonso nuestro hermano e agora el que demostrades a nos queriamos que en el nuestro bien oviessedes vos vuestra part e que á tal tiempo como este que entre vos e el Rey don Sancho... no pudiesse ningun mal omne meter estranneza ni arredramiento de amor sino assi como deve seer entre sennor e vassallo muy bueno e muy honrado que el a en vos e quando esta estranneza fuesse hi entrada por otri tenemos nos que nos caye e devemos tollerla end por nos. E sobresto por tal que mas cumplidamente sepades toda nuestra voluntad enviamos vos con nuestro mandado á don Samuel nuestro alfaquin... Dada en Guadalhayara VI dias del mes de Febrero en el anyo de M.CC.XC.II (1292). R. 252, f. 49.

(2) Arberto de Mediona. Noveritis ad nos noviter venisse nuncium

Probablemente se le ordenó no pasar adelante; no era buena ocasión de enviar mandaderos aquella en que se apretaba de firme la plaza más importante, que tenía en España el que debía recibirlos, pero volvió el Mediona al año siguiente y trajo respuesta del todo conforme con lo que había ido á solicitar; sus peticiones se reducían á pedir que las diferencias entre el sultán y el rey de Castilla, no se dice á propósito de qué, pero esto indica que la guerra de la Reconquista no era ya guerra de religión, sino motivada por algo más terrestre, se sometieran al arbitraje del rey de Aragón, contando con la conformidad del de Castilla, que desde diciembre de 1291 había puesto el asunto en manos de su aliado (1); también Abenjacob puso su confianza en Jaime II, pero el papel del árbitro era imposible de llenar á satisfacción de todos, más después de la toma de Tarifa, porque ni el uno querría devolverla, ni el otro se contentaría con cualquiera otra solución: por esto tardó casi medio año en dar el primer paso en la vía del arreglo (del 16 de diciembre de 1291 al 9 de mayo del año siguiente) y más de uno en obtener el consentimiento de Abenjacob. (2)

ex parte illustrissimi domini Sancii Regis Castelle propter quod deliberavimus quod cum ordinatum esset vos debere ire apud regem Abenjacob ex legatione nostra cum una galea tri (trirreme ?) ex illis decem galeis quas ad dictum regem Castelle mittere debemus quod non solum cum dicta galea immo insimulcum omnibus dictis X galeis ad dictam legationen accedere debeatis. Quare volumus... quatenus non recedatis inde cum dicta galea immo alias galeas expectetis et cum ibi fuerint cum omnibus insimul recedatis. Preterea volumus quod recedendo de Valencia priusquam ad terram dicti Regis Abenjacob transfretetis seu etiam accedatis faciatis transitum per dictum regem Castelle quem in frontaria invenietis et hostendatis sibi legationem quam portatis et si dictus Rex Castelle voluerit voz ire in dicta legatione eatis si autem voluerit vos a dicta legatione remanere remaneatis secundum voluntatem suam et faciatis quicquid ipse vobis duxerit iniungendum et predicta autem vobis precipiendo mandamus et per vos fieri volumus sub pena nostre gracie et mercedis. Data Barchinone VII idus madii anno Domini MCC°XC° secundo. (R. 252, f. 30).

(1) Sepan quantos esta carta vieren como Nos don Sancho.. Rey de Castiella.. por el verdadero amor et bien querencia que es puesta e firmada para en todo tiempo entre nos et vos... Don Jaymes... Rey de Aragon... damos vos nuestro poder cumplido de fablar et tractar et acabar pas entre Nos et Abenyacob Rey de Marruecos, sobre qualesquier querellas et demandas que sean entre Nos et el et qualquier pas et amor que vos tractedes et acabedes en el pleyto nuestro et suyo prometemos et obliyamos de lo cumplir et de lo tener en todo tiem. po... Dado en Calatayud dies et seys dias de Diciembre era de mille CCC et XXIX annos. (Pergamino n° 68 de Jaime II).

(2) Illustri et egregio Principi Abuyacob Regi Marrochitano Almiramamonin.... Jacobus etc. Recepimus litteras vestras de credencia

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