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círculo que forman las comarcas de Astrabad, Herat, el Afganistan y el Beluchistan. Se sigue pues de la relacion de Justino, que los scitas pasaron desde la Persia ó Armenia a! Ponto Euxino ó mar Negro; y al hacerlos remontar de este modo desde el país en que los autores sagrados de la antigüedad colocan su primer imperio, proporciona una prueba completa de su existencia en aquellas regiones, y un testimonio positivo de que los scitas no vinieron de la Scandinavia, porque se ve que la direccion de su marcha es completamente opuesta á semejante hipótesis, partiendo del Sudeste al Noroeste en vez de seguir la direccion inversa.

La relacion de Justino se ve enteramente confirmada por Diodoro de Sicilia en el lib. II de su historia, cuando dice que los scitas nómadas eran una pequeña nacion sobre el rio Araxo, desde donde se dilataron por la cordillera del Cáucaso hasta el Palus-Meotides ó sea mar de Azof: y tambien por Herodoto, que al hablar de los cimerianos manifiesta, que huyendo de los scitas pasaron de Asia y se establecieron en una península donde ahora se halla la ciudad de Sinope, en el mar Negro. Tenemos pues bastantes testimonios directos para afirmar, que el imperio de los scitas en la actual Persia es el mas antiguo del mundo, y que el de los asirios fué posterior; y no creemos que nadie pueda ser ya víctima de una hipótesis como la de Jornandes, suponiendo que los scitas salieron de la Scandinavia y desde ella se precipitaron sobre las llanuras de Babilonia, contra la opinion de San Epifanio, de Eusebio y del Chronicon Paschale. Justino, Herodoto, Diodoro y todos los escritores que han tratado este punto anteriormente á Jornandes, están en oposicion à un autor que compuso su historia en medio de las tinieblas que envolvian el mundo. Hasta Grocio, que por un deseo exagerado de honrar la Suecia, quiere hacerla cuna de los godos, saca de la Scandinavia 300 años antes de Jesucristo á los mismos hombres que Jornandes hace salir cerca de 4,000 antes de nuestra Era. ¡Puede darse mayor contradiccion! Por otra parte, ¿qué milagro reveló á Jornan

des un hecho no solo desconocido á los antiguos, sino opuesto á todo lo que han dicho los historiadores griegos y los mas eminentes del siglo de Augusto?

Consignamos pues como una verdad histórica que los scitas, getas ó godos pasaron de la actual Persia á Europa (1), avanzando por el Noroeste; que no salieron de la Scandinavia, y que en su última invasion desde la Persia, 640 años antes de Jesucristo, fijaron sus establecimientos en las comarcas situadas desde el Volga hasta el Danubio, llamándose ostrogodos los que habitaban el país que ahora los cosacos, situado entre el Cáucaso y los rios Volga y Don ó Boristenes; y wisigodos los establecidos en el territorio regado por el Nieper y Niester, entre el Boristenes y el Danubio.

De intento no hemos querido ocuparnos de los que dan un mismo orígen á los godos y á los hunos: ¿Qué puede haber de comun entre una raza hermosa, gallarda, blanca y de regulares facciones, con otra deforme, negra, de escasa cabellera, cara como de pastel y ojillos redondos, que espantaba á sus enemigos, y de que es notable ejemplo el retrato de Atila (2)? Esta opinion no merece tomarse en sério; tanto valdria comparar á un negro del Congo con un circasiano.

¿Eran bárbaros los godos? Esta es nuestra tercera cuestion, y por cierto que al leer la mayoría de los historiadores, y principalmente al conde Buat, que empieza su historia de los pueblos antiguos diciendo: «Los antiguos pueblos de Europa

(1) Scytharum quoque gentem ad Tanaim usque fluvium, qui Europam ab Asia dividit, transiit.-Diod., lib. I.

(2) Vultus sui terrore nimium pavorem ingerentes terribilitate fugabant, eo quod erat eis species pavenda nigridine, sed velut quædam (si dici fas est) deformis offa, non facies, habensque magis puncta quam lumina.— Jornandes, cap. XXIV.

Retrato de Atila.-Forma brevis, lato pectore, capite grandiori, minutis oculis, rarus barbæ, canis aspersus, simo naso, teter colore, originis suæ signa restituens. Id., cap. XXXV.

que llamamos bárbaros, y que son nuestros padres (1),» cualquiera diria que la afirmativa era un axioma y que ninguna verdad histórica está mas comprobada. Tan lamentable error proviene de nuestro entusiasmo á todo lo que es romano, y este entusiasmo lo adquirimos desde niños en las clases y universidades al manejar los autores latinos. En vez de admirar á este gran pueblo que aniquiló aquel poder colosal y emancipó el mundo, solo tenemos para él injurias, calumnias y desprecio. Nosotros procuraremos vendicar su memoria y rectificar la opinion general, tan extraviada hasta aquí.

De todos los pueblos que nos da á conocer la historia, ninguno aparece mas humano, hospitalario, generoso, lleno de virtudes y juicio. No son estas ciertamente cualidades de barbárie, y mas pudieran tenerse por antítesis de las que dominaban en el imperio romano desde Augusto hasta su completa desaparicion. Al tomar por asalto Alarico á Roma, dice San Agustin (2), que los godos salvaron tantos senadores, que causa asombro el que matasen algunos; y que fué tal su humanidad, que ni siquiera hirieron á los acogidos á los templos y grandes basílicas, ni los redujeron á esclavitud (3). Paulo Orosio (4) refiere, que aunque ávidos de pillaje, se abstenian de derramar sangre; y en el último capítulo de su historia llama á Alarico «el mas dulce de todos los reyes.» Si queremos oir la voz consoladora de estos monarcas godos, que parecen dioses en medio de la corrupcion del bajo imperio, escuchemos á Teodorico dictando á su secretario Casiodoro: «Favorece la justicia, dice; defiende la inocencia con valor; en medio de los crímenes de las otras naciones, haz que brille la justicia de

(1) Les anciens peuples de l'Europe, que nous appellons barbares et qui sont nos pères.

(2) De civitate Dei.-Lib. III, cap. XXIX.

(3) Ibidem.-Lib. I, cap. II y VII.

(4) Lib. VII.

los godos (4).» «Imitad á nuestros godos, cuyo valor en las batallas solo puede igualarse á la dulzura de sus costumbres en la vida doméstica (2).» «Corónense de botin y despojos de las ciudades conquistadas los guerreros de los otros monarcas; nuestro deseo es imprimir un carácter tal á nuestras conquistas, que nuestros súbditos no tengan otra queja que haber obtenido tan tarde nuestra proteccion (3).» «Los godos hacen consistir su gloria en respetar las leyes de la humanidad (4).»

Una ley del código Borgoñon dispone: «Que todo el que niegue su casa ó su fuego á un extranjero, pagará una fuerte multa. Si un hombre que viaja por sus negocios pide hospitalidad á un borgoñon, y se probase que este ha indicado al viajero la casa de un romano, el borgoñon pagará al romano la misma multa y otra igual al tesoro público.» Procopio (5) nos presenta un hermoso ejemplo de los gepidos, célebre nacion góthica situada al Oeste de Panonia, hoy Hungría. Segun las instituciones de los lombardos, la corona de Lombardía despues de la muerte de Vacés debia pasar á Ildisgal, pero este príncipe, desterrado por la intriga, se habia acogido á los gepidos. El usurpador Audouin pidió á estos le entregasen el emigrado, y el emperador Justiniano apoyó esta reclamacion con una embajada. Su rey Torisino, que acababa de hacer la paz con los lombardos y romanos, reunió el consejo y expuso

(1) Equitati fave: innocentiam animi virtute defende. Ut inter nationum consuetudinem perversam, Gothorum possis demonstrare justitiam.- Libro III, ep. XXIII.-Teodoricus rex, Comiti Colosseo.

(2) Imitamini certe Gothos nostros, qui foris prælia, intus norunt exercere modestiam. Ibidem.- Epistola ad provinciales ut obediant rectori. XXIV.

(3) Aliorum forte regum prælia, captarum civitatum aut prædas appetunt aut ruinas: nobis propossitum est, Deo juvante, sic vincere, ut subjecti se doleant, nostrum dominium tardius acquisisse.-Ibid., ep. XLIII. - Teodoricus rex, Unigis Spathario.

(4) Id,, lib. VIII, epit. XIV.

(5) Lib. III, cap. XXXV.—Lib. IV, cap. XXVII.

los peligros de una negativa; pero el consejo decidió por unanimidad, que antes consentiria la nacion perecer con sus mujeres é hijos, que hacerse culpable de semejante sacrilegio contra las leyes de la hospitalidad. Cuando el mundo estaba ocupado por el espíritu romano, el espíritu romano, no fueron tan afortunados Pompeyo y Anibal. ¡Y de estos reyes y de estos pueblos se ha dicho que eran bárbaros! Presenta muchos tan buenos la ¿ historia del mundo?

En cuanto á ilustracion, Herodoto y Dion Cassio los tenian por hombres juiciosísimos. Anacharsis el filósofo reprochaba á los griegos que Scitizaban, es decir, que en todo los tomaban por modelo, y Platon in Cratylo asegura que los ritos griegos se habian adoptado de los bárbaros, aludiendo á los scitas de Tracia (1). El mismo Herodoto (2) añade la particularidad notable de que los getas creian en la inmortalidad del alma, y que eran los mas valientes de todos los tracios: y Vivo Valentino en sus comentarios á la Ciudad de Dios de San Agustin, refiere que los getas eran muy valientes y despreciaban la muerte, porque estaban convencidos de que las almas volvian á los cuerpos, que si no volvian, no se extinguian y pasaban á mejores sitios. Si el lenguaje es señal de civilizacion, tenemos numerosos datos de que el suyo se parecia mucho al griego, y este idioma es el mas hermoso y adecuado á la poesía. Ovidio garantiza su semejanza en los Tristes (3). En los libros del Ponto dice habia aprendido el geta y el sármata, y que habia compuesto un libro en lengua gética, arreglando á la estructura latina las palabras extranjeras (4). No seria pues tan bárbaro

ó

(1) No se debe olvidar que los antiguos llamaban bárbaros á los extranjeros.

(2) Lib. IV.

(3) Exercent illi sociæ commercia linguæ.-Lib. V, eleg. X, v. 35.

Grajaque quod Getico victa loquela sono est.-Id., eleg. II, v. 68. (4) Nam didici Getice Sarmaticèque loqui.-De Ponto, lib. III, eleg. 11, v.40. Ah pudet! et Getico scripsi sermone libellum;

Structaque sunt nostris barbara verba modis.-Id., lib. IV, eleg. XIII, v. 18.

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