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un idioma en que se dignó escribir el romano mas afeminado de su tiempo y el poeta de mas imaginacion del siglo de Augusto. Thucídides observa que en tiempo de Homero no se daba á los scitas tracios el nombre de bárbaros, porque ellos y los helenos hablaban el mismo idioma. Diodoro (1) asegura que los scitas hiperbóreos usaban un idioma muy análogo al de Atenas y Delos. Bibliander (2) afirma que en el aleman, dialecto del góthico, de dos mil palabras raices hay ochocientas comunes al griego y al latin. Finalmente, la traduccion de las Sagradas Escrituras hecha en el siglo IV por el obispo Ulfilas, nos prueba que su idioma era civilizado y que los que le usaban no eran bárbaros.

Si la música es otro signo de civilizacion, Thucídides (3) nos enseña que los instrumentos de música de los griegos provenian de los scitas, y que muchos conservaban los mismos nombres que aquellos les daban. En literatura el obispo Juan Magno asegura que los godos cultivaron de muy antiguo las letras, como lo prueban sus inscripciones sepulcrales y monumentales. Tampoco desconocian el blason, porque Olao Magno, hermano del obispo, dice que las armas de los reyes godos eran un leon bermejo rapante en campo azul, vuelta la cara hácia atrás y colocado sobre tres ondas blancas y azules. Heinecio en el prefacio de su Historia del derecho romano escribe, que durante el reinado de los reyes godos florecieron las universidades Constantinopolitana y Beritense; y que el rey Atalarico mandó pagar sus sueldos íntegros á los profesores romanos, entre los que se hallaban los de derecho.

En su religion aparece Odin como su primer Dios y jefe guerrero: segun los Sagas, este héroe fabuloso fué el que condujo á los godos desde la Scitia, situada sobre el Niester ó Tyras, á la Scandinavia. La segunda divinidad era Thor, célebre

(1) Lib. II.

(2) De ratione communi omnium linguarum.

(3) Lib. I.

TOMO I.

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por su fuerza en los Eddas, y se le considera como á Júpiter ó principal Dios de la mitología del Norte. En las tradiciones góthicas se encuentran las fábulas de Tiresias y Proteo con otras ficciones griegas de esta clase. Los godos consultaban el corazon de las víctimas: tenian oráculos y sibilas, y reconocian á Venus en Frega, á Neptuno en Nocken, y á las Parcas en Valkyriar. Rendian homenaje á Marte, cuyo símbolo era un haz de armas, y consideraban á la Tierra como esposa de Júpiter. Antes de salir de sus establecimientos eran ya cristianos, si bien por la actividad de los obispos arrianos habian adoptado este célebre error. Su religion fué pues muy parecida á la de los griegos y romanos, y ya hemos visto que Platon creia que aquellos habian tomado sus ritos de los scitas.

Si de estas pruebas generales y públicas de civilizacion pasamos á las privadas y de vida doméstica; ¡qué comunidad en el trabajo! ¡qué castidad en las mujeres! ¡qué virtud en la casada! ¡qué afecto á los niños y á los padres! ¡qué respeto á la propiedad! Pocas naciones en el mundo pueden presentar un elogio mas completo de sus virtudes, que el que de ellas se dignó hacer el Principe de los poetas latinos (4).

(1) Campestres melius Scythæ,

Quorum plaustra vagas rite trahunt domos,

Vivunt, et rigidi Getæ;

Immetata quibus jugera liberas

Fruges et Cererem ferunt;

Nec cultura placet longior annua:

Defunctumque laboribus.

Equali recreat sorte vicarius.
Illic matre carentibus

Privignis mulier temperat innocens:

Nec dotata regit virum

Conjux, nec nitido fidit adultero.

Dos est magna parentium

Virtus, et metuens alterius viri
Certo fœdere castitas:

Et peccare nefas, aut pretium emori.

Hor., lib. III, Od. XXIV, In avar.

Su valor y pericia militar destruyeron el colosal imperio romano, y rara vez midieron los emperadores sus armas con ellos que no fuesen vencidos. En 251 Decio es batido y muerto en la Mésia por los wisigodos ó getas del Oeste. En 250 Galo compra la paz de los godos pagándoles un tributo anual. Aureliano en 272 se vé obligado á ceder la Dacia á los wisigodos. La derrota de Valente el 9 de Agosto de 378 fué tan desastrosa, que Ammiano Marcelino la compara á la batalla de Cannas. Las tropas de Teodorico decidieron el triunfo de Chalons sobre Atila, y Turismundo vuelve á batirle con solo sus godos en 452. Seria interminable referir las victorias de este pueblo heróico y generoso. Finalmente, hasta en monumentos imperecederos están esculpidas sus hazañas. La columna Trajana que aun hoy se admira en Roma, representa á Decebalo, rey de los getas de la Dacia, sostenido por la caballería sármata, cuyos hombres y caballos están completamente cubiertos de mallas. Si alguna vez fueron vencidos, los generales enemigos les pertenecian. Stilicon era vándalo ó godo de Germania, y Belisario godo de Tracia. Alejandro, Pirro y César siempre los respetaron.

No les faltan tampoco triunfos marítimos, porque hacia el año 260 con tres sucesivos armamentos navales se apoderaron de Trevisonda, recorrieron la Bitinia y devastaron la Grecia.

Por último, el horror y desprecio que les inspiraban los vicios y depravacion les hacian decir con frecuencia, segun Liutprandi: «Cuando queremos calificar á un enemigo y deprimirle, le llamamos romano, comprendiendo con este nombre todo lo mas abyecto, débil, avaro, pérfido y vicioso.»

Vendicada esta gran nacion de las calumnias con que la han insultado algunos historiadores, del modo sucinto que podemos hacerlo, tratándose de un objeto muy distinto y del que nos hemos separado algun tanto, porque al fin se trataba de nuestros padres; nos ocuparemos de la cuarta cuestion que tiene un interés inmenso y mas directo con nuestra historia.

¿Por qué y con qué derecho vinieron los godos á España? No nos toca á nosotros discutir si la irrupcion de Alarico en

Italia fué provocada por Stilicon ó por no cumplirse á los godos las condiciones y pactos que tenian con los romanos; es lo cierto que el año 400, segun unos, ó 403, segun otros, y somos de esta opinion, invadió la Italia á la cabeza de sus gentes y se acercó á Rávena, ciudad inespugnable en que se habia encerrado el emperador Honorio. No hay mucha concordancia en los antiguos historiadores acerca de las fechas Y los hechos, porque al paso que Sículo hace batallar á Stilicon, general de Honorio, con Alarico, Jornandes supone que saliendo este de sus establecimientos, rompió por la Panonia, entró en Italia y se dirigió á Rávena, sin hablar de guerra ni batallas con Stilicon, aunque á la verdad, Jornandes no parece aficionado á describir combates. No es, sin embargo, imposible poner de acuerdo á los dos escritores, porque añadiendo Siculo que Stilicon llevó lo peor de la guerra, y que al pedir refuerzos á Honorio, le contestó este que hiciese la paz, es lo natural que el enemigo se acercase á Rávena, no teniendo quien se le opusiese. Desde su campamento mandó Alarico una embajada al emperador, proponiéndole que los godos ocupasen la Italia viviendo en paz con los romanos y como si fuesen una sola nacion: que de otro modo le retaba á un combate singular, y que el que venciese seria emperador. No gustó á Honorio la alternativa; reunió el Senado, le pidió consejo acerca del modo de alejar á Alarico de los confines de Italia, y siguiendo su opinion, propuso al rey godo donarle como territorio propio, si es que le acomodaba, las Galias y las Españas, provincias lejanas que tenia ya casi perdidas y que habian sido devastadas: esta donacion iba confirmada por el sagrado oráculo. Consintieron los godos en este arreglo, y emprendieron la marcha á su nueva patria (1).

(1) Et una gens utraque credi possit; sin autem aliter, bellando quis quem valeret expelleret: etiam securus qui victor existeret imperaret. Honorius imperator utramque pollicitationem formidans, suoque cum Senatu inito consilio, quomodo eos extra fines Italos expelleret delibera

Tal es la relacion de Jornandes, obispo de Rávena, escrita el año 530 en la ciudad misma donde se celebró el convenio, poco mas de un siglo de su fecha. En ella encontramos el título legítimo, legal, indestructible del derecho con que los godos ocuparon á España y las Galias á principios del siglo V. Este título destruye muchas inexactitudes, y deja en grave compromiso á los que suponen invasion violenta la ocupacion goda. Es imposible encontrar un documento histórico mas precioso ni que mas claridad arroje sobre un hecho en que casi domina unanimidad, contraria al derecho de los godos en la ocupacion de España. El infeliz Honorio se veia sitiado en su capital, y obligado, ó á renunciar el imperio en favor de Alarico, ó per— derle. En tan apurada situacion, consulta con el Senado lo que ha de hacer, y de acuerdo con él, ofrece á los godos las Galias y las Españas en propiedad, disponiendo de un territorio que de hecho no le pertenecia, y entregándose á merced del vencedor, le propone si quiere contentarse con aquellas comarcas. No tienen otra significacion las palabras «Si valeret Alaricus.» La propiedad se deduce de las expresiones «tamquam Lares proprios vendicaret;» no solo porque Lares significa cosa propia, sino porque el verbo solo se aplica como recuperacion de una cosa propia (1). No contento Honorio con que el Senado interviniese en la donacion, la hace confirmar por el sagrado oráculo, que solo puede referirse al papa San Inocencio, que entonces se hallaba en Rávena, y que tuvo gran influencia en las negociaciones: de modo, que reuniendo la donacion todas las formalidades del poder temporal, fué confirmada para ma

bat. Cui ad postremum sententia dedit, quatenus provincias longe positas, id est, Gallias Hispaniasque, quas jam pæne perdidisset, et Gizerichi eas Vandalorum regis vastaret irruptio: si valeret Alaricus, sua cum gente sibi tanquam lares propios vendicaret, donatione sacro oraculo confirmata. Consentiunt Gothi hac ordinatione et ad traditam sibi patriam proficiscuntur.-Capitulo XXX.

(1) Homerum Colophonii civem esse dicunt suum, Chii suum vendicant.-Cic. pro Archia.

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