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indios y todas las preseas y plantas que llevaba, é les dexó cantidad de pan caçabi (1) que llevaba para que comiesen; é despues desto, otra vez envié allá otra carabela con ciertos españoles, y hallaron en las dos islas que se habian pasado á poblar cerca de ciento y cincuenta personas, y quedaron allí seis de los dichos españoles enseñándoles las cosas de nuestra santa fé, é despues acá he enviado albañir y carpintero, é se ha hecho en la isla de Corazao una casa de piedra é tapia donde los cristianos é religiosos que han de irá mostrarles las cosas de nuestra santa fé católica estén siguros de los caribes de la Tierra Firme; en que hasta hoy se han hecho de gastos en más cantidad de dos mil castellanos, y aun cerca de tres, sin que hasta agora se haya habido un maravedí, ni más de provecho, más de servicio que á Dios se hace en hacerlos cristianos; lo qual ellos hacen de tan buena voluntad, ques maravilla con cuánta gana se ponen al servicio de Dios Nuestro Señor antes que ninguna otra generacion de indios de estas partes.

Item más, sabia vuestra magestad que despues de espirado el oficio de dicho licenciado Rodrigo de Figueroa, las armadas que iban á la costa de Tierra Firme hacian siempre mal y daño en las dichas islas, é por la nescesidad del breve remedio que se requeria, con parescer é acuerdo del dicho licenciado Rodrigo de Figueroa, me dió el Almirante visorey de vuestra magestad, una carta de mamparo con ciertos otros capítulos, para que los españoles no osasen hacer mal ni daño á los dichos indios,

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(1) Pan de poca sustancia que hacian los indios de la raiz de yuca, muy abundante en Cuba, Jamaica, Brasil y otras partes. Hacia mucho provecho á los españoles, y la racion mensual de un hombre era una carga, que pesaba dos arrobas.

cosas de nuestra tenga provisiones

é ansí he tenido siempre é tengo en cada una de las dichas islas, españoles que les enseñan las santa fé católica; é puesto caso que yo ó concesiones del dicho Rodrigo de Figueroa é Almirante, como vuestra magestad podia mandar ver, no he querido usar dellas más de aquello que ha complido al servicio de Dios; que este fué y ha sido siempre mi primer intento. Y para lo demás que sea de algun provecho de los dichos indios, suplico á vuestra magestad me lo conceda, porque de otra manera yo no tocaré en ello; antes si desto no fuere servido y manda que todo se deje, luego lo haré con mucha voluntad y por el deseo que tengo de servir.

Otro sí digo, que teniendo y tratando estos indios en las dichas islas de Corazao y Aruba y Buynaré, qué están á nueve y á diez leguas de la Tierra Firme, y habrá en ellas hasta docientas personas de todas edades, los indios de la costa de Tierra Firme, que son en el paraje de las dichas islas, ques desde Paraguachoa hasta la punta de Coquibacoa y otros puertos que están en medio dellas, que son Sabea y Paraguana é otros, visto el buen tratamiento que yo en nombre de vuestra magestad hacia á los indios de las dichas islas é á los de la dicha costa, que muchas veces se pasaban allá á holgar con ellos, eran tan bien tratados y mirados, acordaron de me enviar un cacique, (se dice D. Joan Varacoyea,) que está en las islas y es su pariente y debdo, con otro indio que entre ellos señalaron, para que me viniese á decir é rogar que yo los quisiese rescibir como á los otros debajo de mi gobernacion y mi mamparo; y esto principalmente me enviaba á decir un gran cacique que está diez leguas la tierra adentro en la provincia de Coro, y el dicho cacique se

llama Anaure, el qual por ser tan gran señor se hace adorar como Dios, dando á entender á los indios que él dá los temporales: é luego yo envié una carabeleta mia, con solos cinco cristianos é los dichos indios é una india, que en mi casa se ha criado, muy buena cristiana, para que les hablase y supiese si aquello que los indios me habian dicho fuese verdad; é aportada la dicha carabeleta á la dicha costa, luego los indios que trataban las paces é amistad, vinieron allí é llevaron á un Gonzalo de Sevilla consigo para hablar con los caciques, é acá estando él en esto y los indios con pensar que estaban bien seguros, aportó allí una armada de cristianos é tomó parte de aquellos indios é una india hija del gran cacique de Coro, é los trajeron á esta isla por esclavos, é yo me quejé á los jueces de vuestra magestad, é ellos entendieron en ello con toda reguridad é lo castigaron é me mandaron volver los indios que ansí habian traido, é todo lo más que yo les pedí; é yo con este deseo que tengo en que estos indios que tan fuera de razon cstán, en especial este gran cacique, al qual trujeron una hija suya con su marido, he acordado seguir este buen propósito é gastar · todo lo que se ofresciere é trabajar con ellos todo lo posible, hasta que vuestra magestad dello sea servido é mande que pase adelante ó vuelva atrás. É si vuestra magestad es servido que por esta vía yo trabaje de pacificar estos indios, ha de ser servido de mandar que desde Paraguachoa hasta la punta de Coquibacoa no vayan armadas á los cautivar, é si desto ellos están seguros, no dudo el pacificar, é porques tierra de mucho oro, é adelante la tierra adentro se cree haber piedras de valor en poder de caribes, los quales ya de mí tienen noticia y quieren ser mis amigos, y desta manera creo poco á

poco se poblará de cristianos, porque si vuestra magestad es servido, con la ayuda de los indios de la costa yo trabajaré de hacer una casa que sea algo fuerte de donde los caribes puedan ser sojuzgados; é si vuestra magestad fuere servido de me mandar poblar estas provincias, hacerme la merced en ello, porque los que estamos acá y sabemos qué cosa es, tenemos obligacion de servir á Dios Ꭹ á vuestra magestad en ello. É si vuestra magestad fuere dello servido, seguiré lo que tengo comenzado y enviaré algunos capítulos que vuestra magestad si fuere servido me concederá. Y para luego vuestra magestad ha de mandar que ninguna otra persona vaya á la dicha Tierra Firme para ninguna cosa sino yo ó los que yo enviare en mi nombre; y para que desto vuestra magestad sea mas cierto, envio una informacion de algunas personas españoles que han andado en mi nombre por aquella costa, han visto é sabido.-Juan de Ampies.-Entre dos rúbricas.

RELACION DE MIGUEL DE CASTELLANOS, CONTADOR DE LA COSTA DE TIERRA FIRME DE PARIA, DONDE SON LAS PERLAS, DEL VIAGE QUE HIZO CON BARTOLOMÉ DE LAS Casas, CLÉRIGO, Y DE LO QUE ANTÉL PASÓ EN AQUELLAS PARTES, Y DE LO QUE LE PARESCE ACERCA DE LO QUE VIÓ QUE HAY NESCESIDAD SU MAGESTAD PROVEA PRESTO EN COSAS QUE CUMPLEN Á SU SERVICIO Y ACRESCENTAMIENTO DE SU FACIENDA (1).

Sacra magestad.-Miguel de Castellanos, contador por vuestra magestad en la costa de Tierra Firme, don(1) Archivo de Indias.-(Sin fecha; probablemente de 1522.)

de son las perlas, digo así: que por una su provision, puede haber dos años, poco menos tiempo, que yo faí á aquellas partes de la dicha costa de Tierra Firme, con Bartolomé de las Casas, clérigo, el qual, por provision de vuestra magestad é por cierta capitulacion que con él se asentó, fué en aquellas partes por poblador é convertidor de los indios de la dicha costa, segund que más largamente en la dicha capitulacion se contiene; é yo an- . duve con él por muchas é diversas partes, hasta llegar á la dicha costa y por ciertos puertos é términos é límites della, é fuí con él presente á ciertos abtos que hizo tocantes al dicho su cargo, en especial en la isleta de Cuba-agua, donde se pescan las perlas.

Y sabrá vuestra magestad, que luego despues de llegado á la dicha costa el dicho Bartolomé de las Casas, por ciertas capitulaciones y de asiento que hizo con el Almirante y jueces y oficiales y otras personas particulares de la dicha isla Española, tomó á su cargo el armada que en la dicha costa estaba, de la qual era capitau un Gonzalo Docampo que por los dichos Almirante y jueces se habia enviado para la pacificacion de los indios que se habian levantado, con tal condicion, que el dicho Casas sustentase é pagase la dicha armada con aquello que por su industria se adquistase é ganase por la dicha costa y lo demás fuese fecho iguales partes entre todas las sobredichas personas, segund que más largamente se contiene en la capitulacion y asiento que acerca dello pasó, á que me refiero, porque todo fue en mi absencia, puesto que acerca desto, en la dicha isla Española yo hize ciertos abtos de requerimientos para que lo sobredicho no pasase ni hobiese efecto sin que yo lo viese, para que pudiese ver aquello en que á vuestra magestad TOMO X.

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