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No comentaremos nosotros las frases del papel que hemos citado; no descubriremos su importancia; no buscaremos en ellas los síntomas precursores de acontecimientos futuros: pero si se quiere saber el efecto inmediato que producian; si se busca una prueba de la division que trabajaba en el partido liberal progresista, tiéndase la vista por los artículos de la prensa moderada.

« A la verdad, la conducta de la imprenta revolucionaria (decia el Correo Nacional al hacerse cargo de los anteriores párrafos del Eco) seria hoy incomprensible si la situacion del partido revolucionario fuese hoy la que con imperturbable obstinacion, y poniéndose en contradiccion con los hechos, se empeña en pintarnos sus órganos favoritos, al paso que con sus mismas palabras y con su proceder cuotidiano, palpablemente demuestran la falsedad de sus aserciones, y ponen de manifiesto la realidad de su situacion verdadera. >>

«La cuestion de Regencia ha alterado y hondamente descompuesto á los vencedores de зetiembre: y en vano el interés palpable y evidente que todas las fracciones que componen el partido progresista, tienen de permanecer compactas y reunidas, debiera conducirlas á no romper su alianza; la impaciencia, la ambicion ó el fatalismo no les permite tener espera á juzgar por lo que vemos. No siempre es lógico suponer lógica en los partidos; muchas veces se los supone mas cuerdos que lo son realmente. La fraccion unitaria, salida de las entrañas del partido progresista, y cuya importancia, cuyo número é influencia niegan los órganos de aquel, ó se empeña en permanecer distinta y aspira á elevar un poder y una supremacía que solo aparezcan como su obra, á la numerosa bandería del Eco, la parte popular y fuerte del partido revolucionario, negándose á dar treguas al ministerio y á esperar sus actos, quiere que se aisle y exista, como comunion separada, como secta rival. »

Pasando el Correo á examinar al gabinete considerado en si mismo, si bien constituia un ministerio unitario, creia que era el menos hóstil posible y antipático á la mayoría trinitaria; y tomando en cuenta las palabras del Eco que le habia calificado de hijo de una corta fraccion limitada casi á ciertas personas de las que han empuñado las carteras ministeriales, añadia el Correo:

«¿Qué diremos nosotros en vista de esta calificacion del órgano de la mayoría del partido revolucionario? >>

¿Y qué será lo que diga toda persona sensata en vista de las manifestaciones del Correo? Que la imprudencia de muchos de los vencedores de setiembre trabajaban, quizás mas de lo que parecia en provecho de su partido, asi como mas tarde habian de reunir sus esfuerzos para sa

carle de la abyeccion y colocarlo sobre sus propias cabezas. Por lo demas si hay quien crea que esas acusaciones que una parte de la prensa progresista fulminaba contra las personas de los nuevos ministros eran verdaderamente revolucionarias, nacidas de esos grandes y poderosos instintos, de esos movimientos que cautivan y arrastran al corazon hacia las ideas de progreso, de libertad, de independencia, que exagerados á veces, son sin embargo irresistibles y sojuzgan los consejos de la razon; si hay quien opine que tenían por fin el desarrollo de algun principio grande, luminoso y que no entraban en ella las personas, los hechos se encargan de demostrar si esa creencia, si esa opinion son verdaderas.

'El dia 22 de mayo siguiente al nombramiento de los ministros se presentaron estos primero en el Senado y luego en el Congreso, pronunciando en ambos cuerpos el presidente GONZALEZ un discurso estenso que encerraba el programa del nuevo ministerio y que tanto por el órden de las ideas como por el estilo venia á reemplazar al discurso de la corona que habia faltado en aquella legislatura. Lenguage de franqueza y de probidad fué el que empleó Gonzalez en su discurso, y tanto que si este adoleció de defectos y aparece censurable á los ojos de la historia, es por un esceso de esas mismas cualidades con las que apareció á los ojos de la representacion y del pais, como jamás habia parecido ministerio alguno. El discurso de Gonzalez es hoy un documento importante que no puede pasar desapercibido al tratarse de examinar los actos de aquel ministerio, primero que debia aconsejar al nuevo REGENTE, que apareciendo en el terreno de la política despues de grandes acontecimientos que afectaban de mil diversas maneras la opinion pública, estaba llamado á justificar ó destruir los temores que con mas ó menos fundamento se habian formado.

El gabinete se presentaba á las Córtes manifestando las dificultades que ofrecia la coyuntura en que se hacia cargo de las riendas del Estado; pero anunciando sus sentimientos políticos uniformes en todos los individuos que le componian. El ministerio queriendo ser juzgado por los cuerpos colegisladores con la misma franqueza y lealtad de que él blasonaba, consideraba necesario esponer la conducta que se proponia observar para que estos mismos cuerpos arreglasen tambien la suya respecto al gobierno; y á este propósito decía Gonzalez:

«El Congreso no puede desconocer que el gobierno admite la administracion pública del Estado à beneficio de inventario. Son tantos los impedimentos y tantos los obstáculos, tantas y tan grandes las empresas que hay que acometer, que el gobierno meditándolas y considerándolas con detencion, se arredraria si no consigue todo lo que se propone en obsequio de la felicidad del pais. Yo no quiero fatigar á los señores diputados con la rela-

cion de la magnitud y calidad de estos graves, obstáculos acaso los dias que han trascurrido para formarse el ministerio de una manera parlamentaria lo indican ya bastante. Pero tal era nuestra situacion, señores, y de tal manera la veian los individuos que han de componer el gabinete; mas siempre estableciendo el principio de que quieren gobernar con las Cortes actuales, y es necesario que se entienda este principio, y que es el sistema que quiere seguir; la conservacion de las Córtes actuales. Este es el sistema que adopta y asi quiere manifestarlo á las Córtes. Los principios que siempre he sostenido en mi vida pública me lo exigen asi, y en todos mis compañeros obra este mismo pensamiento. »

El Presidente del Consejo anunciaba en seguida su propósito de entrar en el campo de las reformas, meditándolas detenidamente y contando para hacerlas efectivas con el apoyo de las Cortes y de todos los hombres honrados que deseaban la felicidad de España. La reunion de las fuerzas tan necesaria para hacer el bien público y establecer principios de conciliacion era otro de los deseos que manifestaba el ministerio por conducto de su presidente.

«El gobierno, añadia éste, ofrece de la manera mas solemne, hablando al Congreso de diputados, que evitará por los medios posibles todo género de reaccion, ya con respecto á las personas, ya con respecto á las cosas. El ministerio cree que un gobierno que las provoca nunca llega á ser fuerte, y juzga que su propia debilidad está en las reacciones, y en su provocacion su sepulcro. >>

¡Ojalá que esta máxima de moralidad tan conforme con los principios de la razon como autorizado por los testimonios de la historia, no se hubiera olvidado jamás, y el suelo español no se hubiera visto tan frecuentemente regado con la sangre de sus hijos! Pero no bastaba á Gonzalez el anunciar asi su programa respecto á las bases generales de su administracion; era preciso profundizarse, digámoslo asi, en las particularidades de esta, considerarlas en los diferentes ramos que ofrece, reconociendo como preliminar de este trabajo la necesidad de dar un grande ejemplo de moralidad, castigando con mano fuerte los actos de sus dependientes dirigidos contra la opinion pública. A este propósito, decia Gonzalez: «es tiempo, ya que hemos alcanzado la situacion actual de que se establezca este principio de moralidad asegurado sobre bases sólidas y seguras segun el órden público lo exige; esta moralidad es necesario fortificarla en todas las dependencias del gobierno, y sobre esto el ministerio será muy severo no permitiendo la inmoralidad en ningun caso, y si hay fraudes é inmoralidad no permitirá se conserven en sus puestos los que las ocasionen, y los perseguirá con la ley.»

«El ministerio quiere establecer este principio cierto y seguro, sin el cual jamás podrá haber un gobierno que sea hijo de la libertad, y haga la felicidad del pais.»>

La observancia de la Constitucion y el decoro debido al trono en las relaciones esteriores, el proyecto de abrir los mercados de América nunca mas interesantes que en aquellas circunstancias en que muchas provincias habian quedado empobrecidas por efecto de la guerra civil, la atencion del culto y clero conciliando el brillo de la religion con las necesidades de la época; la organizacion del poder judicial; la formacion de nuevos códigos; el arreglo de todos los ramos dependientes del ministerio de la Gobernacion; el fomento y cuidado de la instruccion pública, eran otras tantas ofertas que el gabinete Gonzalez anticipaba á las Córtes. Entre ellas contábase tambien la de hacer grandes economías, debiendo ser una de las primeras la reduccion del ejército demasiado escesivo á juicio del ministerio para lo que permitia la situacion. En otro párrafo añadia:

«El ministerio, señores, debe anunciar tambien una triste verdad que no debe ocultar y mucho menos á los representantes de la nacion. Nuestra situacion económica es lamentable y triste, y creo que no hay ningun diputado que no la reconozca; sin embargo, el gobierno se propone organizar de una manera económica y útil este ramo importante de la administracion del Estado, para que todas las operaciones de él se hagan con regularidad y órden. El gobierno tiene de antemano reconocida una verdad, y es que no se deben administrar bienes por el Estado, y por lo tanto se propone dar impulso à la venta de bienes nacionales, para estender la propiedad particular aumentando el tesoro público. >>

«El Gobierno piensa tambien establecer el sistema de centralizacion en toda su estension; quiere que haya una mano que distribuya; quiere que haya una mano que cuente; quiere que haya una mano que pueda aplicar con regularidad, equidad y justicia todos los productos de las rentas. >>

«Y

<<<Y por último, señores, decia Gonzalez concluyendo, he tenido la honra de presentar los principios del Gobierno con franqueza, y que se irán desenvolviendo si encuentra el apoyo de los cuerpos colegisladores; pero diré diré que si bien es cierto que queremos reformas y entramos en las ideas del progreso en el que hemos estado siempre; si alguna vez se le ve detenerse en algun punto, el Congreso puede creer que en aquel punto en que se detenga, en aquel hay peligro para el órden, la libertad y la Constitucion. »

Este lenguage patriótico y sincero fué escuchado con atencion y acogido con agrado por la representacion nacional y la mayor parte del público. A pesar de la dificultad que naturalmente presentaba el cumplimiento

de algunas de las ofertas que salieron de la boca del presidente del Consejo, era tal la necesidad de un Gobierno liberal, estable y duradero, de un Gobierno que empezase á calmar el desasosiego que las pasiones y resentimientos no estinguidos habian producido en el ánimo de los españoles; que lo grande del deseo hacia nacer las esperanzas que contribuian á mantener los honrosos antecedentes de los individuos del ministerio. Lo que mas resaltó en su programa fué la solemne promesa de gobernar con las Córtes y no querer prescindir de su apoyo. Considerada por algunos esta declaracion como una prenda imprudentemente lanzada, era sin embargo de todo punto necesaria, era por lo menos de esperar de los que habian señalado su conservacion como base principal de su programa. Veremos si el ministerio supo llevarle á efecto en los mismos lisonjeros términos con que le habia presentado.

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