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de todos los poderes? Entonces en Aragon la libertad era un feudo de la nobleza, porque sólo ella la disfrutaba, y para el pueblo aragonés, segun el testimonio de todos los escritores de aquel reino, y en especial del obispo de Huesca, Vidal de Canellas, que compiló las leyes aragonesas en el reinado de D. Jaime I el Conquistador, para la infortunada clase solariega ó villana, no habia al principio leyes de proteccion, y aquellos desgraciados labradores podian ser hechos trozos para repartirlos entre los hijos del señor.

Las Córtes de Egea, reunidas en Abril de 1265, en tiempo del Rey D. Jaime, á consecuencia de una rebelion del estado noble, no hicieron más que otorgar nuevos privilegios y exenciones á la aristocracia, sin acordarse para nada del pueblo, porque los villanos sólo alcanzaron mejorar su suerte despues de una insurreccion por medio de una concordia con sus señores, por lo cual se llamaron villanos de parada, collateri ó de convencion. Ya hemos dicho que es un error histórico imperdonable afirmar, que en la época de Jaime el Conquistador habia en Aragon lo que siempre se ha entendido por libertad política y mucho más

que el pueblo interviniese con eficacia los actos de todos los poderes. Mientras el Rey estuvo unido con la aristocracia, el pueblo aragonés no conoció la libertad política. El sistema feudal era incompatible con toda idea de verdadera libertad, y un pueblo de esclavos no podia ser libre.

Los campos de batalla habian creado el linaje noble, ganado con sangre generosa, y la necesidad vivificó su poder que se convirtió en soberbio y altivo; y la misma supremacía que habia adquirido en los vivaques de la guerra, conquistó despues en la corte de los Reyes. Consintió que la Monarquía se convirtiese en hereditaria, y aunque prestó inmensos servicios á la causa nacional, entregó al país á inquietudes y revueltas sin cuento, y sus rebeliones y parcialidades detuvieron muchas veces la mision salvadora de los Reyes. La nobleza de Aragon, es verdad, no fué tan turbulenta y desbordada como la de Castilla. Tenía más unidad y su organizacion por ello era más perfecta. La Constitucion aragonesa fué mejor que la castellana, y así como en Castilla la reconquista fué lenta y trabajosa, en Aragon fué más rápida y ordenada, sin

duda porque los Reyes aragoneses fueron superiores á los castellanos en la difícil mision de gobernar á los pueblos. El gran poderío de la aristocracia comenzó á decaer desde el instante mismo en que se creó el primer poder municipal, fenómeno comun á todos los pueblos de Europa, en la época citada, y prueba evidente de la marcha lenta y progresiva de la civilizacion. La conmocion restauradora habia dado al olvido las tradiciones romanas, pero sus continuas ventajas inspiraron la necesidad de fundar el régimen municipal sobre la idea de los antiguos municipios. Al par que la nobleza, los lugares fronterizos peleaban por su cuenta y los Reyes tenian que hacer extensivas á ellos sus liberalidades, comprendiendo acaso que debian buscar el amparo de la autoridad Real, en la fuerza del estado llano, ó como elocuentemente ha dicho un distinguido escritor, << oponer á las violencias de los magnates el interés y los medros de las clases inferiores; agrupar en su derredor las poblaciones, haciéndolas independientes para cercenar y abatir la independencia y potestad casi absoluta de los ricos hombres; en una palabra, procurar con ánimo constante vencer y derrocar el

feudalismo, valiéndose de los mismos usos é instituciones feudales.» Los fueros comunales, las cartas pueblas, las ordenanzas y reglamentos concernientes á la organizacion y régimen municipal, que tanto sorprenden hoy por sus tendencias políticas, tuvieron por objeto convertir á los comunes en entidades políticas, crear en cada localidad un gobierno, dar al Concejo la misma autoridad que al Procer, colocar las ciudades al mismo nivel que las iglesias y los monasterios, y engranar, segun feliz expresion, en la máquina feudal esta nueva rueda, que con su peso y encontrados movimientos, debia gastar sus resortes, alterar su mecanismo y derruir con el tiempo todo el edificio, para alzar en su lugar otro motor más fuerte, mejor construido y ménos complicado. Así la clase popular conquistó su reputacion en las Córtes con el nombre de Tercer estado (1). La genuina representacion na

(1) Muñoz: Coleccion de fueros y cartas pueblas. Notas al fuero de Leon, tomo 1, pág. 120 hasta la 171 inclusive. ORTIZ DE ZUNIGA: Anales de Sevilla, pág. 26. GONZALEZ: Coleccion de Simancas, tomo v, pág. 111. LLORente: Noticias históricas sobre las provincias vascongadas, tomo 111, páginas 427,463 y 469 y tomo IV, pág. 39, 182, 305 y 119.

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cional empieza en Castilla á fines del siglo XII, y es en vano buscar la representacion popular ántes de las Córtes de Leon en 1188, ántes de las de Búrgos en 1177 en Castilla, y en Aragon, segun la autoridad del grave Zurita, ántes de 1163 en las Córtes de Zaragoza convocadas por D. Alonso, desde cuya fecha fué práctica constante concurrir las universidades como tercer brazo á las Asambleas arago

nesas.

Aragon no disfrutó hasta el reinado de don · Pedro III, de verdadera libertad política, porque hasta entonces no se concedió el Privilegio General, que puede decirse es la base legal y paccionada de las libertades aragonesas. La nobleza para triunfar del Rey no vaciló en halagar al estado llano, y éste se coaligó con el partido de los ricos hombres, y juró defender los privilegios, franquezas y libertades. Hasta entónces la aristocracia habia monopolizado el poder público en beneficio propio; mas desde esta época, sea porque las universidades lo exigieran como precio de su apoyo, sea porque así se necesitase para fundir en una sola voluntad todas las fuerzas sociales, es lo cierto que las libertades aragonesas adelanta

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