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entendido por S. M., los mandó pasar; y dijo: «Toledo jurará cuando yo mandare, jure Búrgos;» y los dichos Procuradores de Toledo pidieron por testimonio el mandamiento de S. M., y los de Burgos pidieron asimismo se les diese por fé como conservando su derecho y posesion juraban primero, y habiendo S. M. mandado se les diese á los unos y á los otros por testimonio lo que alli habia pasado, los dichos Procuradores de Burgos primero, y los demas de las ciudades y villas destos reinos que

órden que aqui se conterna los que dellos tienen lugar conocido, que son los de Burgos, Leon, Granada, Sevilla, Córdoba, Murcia y Jaen, en la órden que aqui van dichos y los demas en la órden que para aquel dia les cupo por suerte jurar segun que abajo irán declarados cada uno dellos de por si, y en nombre de sus constituyentes llegaron á hacer y hicieron ante el dicho muy reverendo obispo de Segovia en la dicha Cruz y santos Evangelios, el mismo juramento y solemnidad que los prelados, grandes, señores y caballeros habian hecho, poniendo sus manos derechas en la Cruz y santos Evangelios, y respondiendo al dicho juramento, «si juro y amen.» Y desde alli

pez Pacheco Cabrero y de Bobadila, duque de Escalona; don Luis Cristobal Ponce de Leon, duque de Arcos; don Bernardino de Cárdenas, duque de Maquéda; don Antonio Alfonso Pimentel, conde de Benavente; don Luis Manrique, marqués de Aguilar; don Bernardino Fernandez de Velasco, condestable de Castilla, duque de Frias; don Francisco de Rojas, marqués de Denia; don Lorenzo Suarez de Figueroa, duque de Feria; Ruiz Gomez de Silva, duque de Pastrana; don Juan de Acuña, conde de Buendia; don Fernando Enriquez de Ribe-de yuso eran declarados en la forma y por la ra, marqués de Villanueva del Rio; don Enrique de Guzman, conde de Olivares; don Pedro de Avila, marqués de las Navas; don Diego de Bobadilla, hijo mayor del dicho don Pedro Fernandez de Bobadilla, conde de Chinchon; don Pedro Pimentel, marqués de Viana; don Bernardino de Mendoza, hijo mayor de don Lorenzo de Mendoza, conde de Coruña; don Pedro Lopez de Ayala, conde de Fuensalida; D. Juan Manrique, conde de Castañeda, hijo mayor del dicho don Luis Manrique, marqués de Aguilar; don Francisco Chacon, señor de las villas de Casarrubios y Arroyo de Molinos; don Francisco de Rojas Sandobal, conde de Lerma, hijo mayor del dicho don Francis co Rojas, marqués de Denia; don Lope Osso-pasaron al lugar donde el dicho Principe de rio de Moscoso, conde de Altamira; don Rodrigo Ponce de Leon, conde de Bailen; don Lorenzo de Mendoza, conde de Coruña; don Juan Arcos Puerto Carrero, conde de Pu-llos «asi lo prometo.» Y habiéndolo acabado de ño-en-rostro; don Baltasar de la Cerda y de Mendoza, conde de Galbe; don Juan de Mendoza, conde de Orgaz; don Francisco de Benavides, conde de Santisteban del Puerto; don Hernando Carrillo de Mendoza, conde de Prie-dillas en el suelo le besaron la mano, los cuago; don Francisco de los Covos y de Luna, conde de Riela, hijo mayor de don Diego de los Covos, marqués de Camarasa y adelantado de Cazorla; don Fernando de Castro, hijo mayor de don Pedro de Castro, conde de Andrada, y nieto del conde de Lemos; don Juan Pacheco, hijo mayor de don Antonio Pacheco, marqués de Cerralbo; don Pedro de Ayala, hijo mayor del dicho don Pedro Lopez de Ayala, conde de Fuensalida.

Luego que esto fué hecho, el Rey nuestro señor mandó llamar los Procuradores de Córtes destos reinos que para el dicho efecto estaban convocados, y llegaron ante S. M. al dicho tablado los de las ciudades de Burgos y «Toledo, pretendiendo los unos jurar y hacer pleito homenaje primero que los otros, lo cual

Melito estaba, y metidas las manos entre las del dicho Principe, hicieron el mismo pleito homenaje, al cual respondieron cada uno de

hacer, y llegado donde el Principe nuestro señor estaba, en señal de la obediencia, reconocimiento y reverencia, subjecion, vasallaje y fidelidad á su Alteza debidos, hincadas las ro

les dichos Procuradores y las ciudades y villas á quien representan, y cuyos poderes tienen y la órden en que subieron á hacer y hicieron el juramento es en la manera siguiente:

Por la ciudad de Burgos, Juan Alonso de Salinas, alcalde mayor, y Hernan Lopez Gallo, Regidor y Procurador de Córtes della; por la ciudad de Leon, Juan de Villafañe y Bernardo Ramirez, regidores y Procuradores de Córtes della; por la ciudad de Granada, Ruiz Diaz de Mendoza y don Gerónimo de Montalbo, veinticuatros y Procuradores de Córtes della; por la ciudad de Sevilla, Gonzalo de Céspedes, veinticuatro, y Cárlos de Lezana, jurado y Procuradores á Córtes della; por la ciudad de Córdoba, Alonso de Hoces y Juan Perez de Valenzuela, veinticuatros y Procuradores de

Hecho que fué lo susodicho, luego incontinente subieron al dicho tablado don Carlos de Guevara, Regidor de la ciudad de Toledo, y Gonzalo Hurtado, Jurado y Procurador de Córtes della, y hincadas las rodillas en el sue

santos Evangelios hicieron ante el muy reverendo obispo de Segovia el mismo juramento y solemnidad que los demas habian hecho, y á la conclusion del dijeron: «si juro y amen.» Y pasando adonde el dicho Príncipe de Melito estaba, hicieron en sus manos pleito homenaje en la forma susodicha, al cual respondieron «assi lo prometo,» y en señal de la obediencia, reconocimiento y reverencia, subjecion, vasallage y fidelidad á su Alteza debida, hincadas las rodillas en el suelo le besaron la

Córtes della; por la ciudad de Murcia, Fran- | la órden que está dicho, y segun que van nomcisco Fustel de Villanova y Juan de Torres, brados, le besaron la mano. Regidores y Procuradores de Córtes della; por la ciudad de Jaen, Cristóbal Palomino y Hernan Megia de la Cerda, veinticuatros y Procuradores de Cortes della; por la ciudad de Gnadalajara, Gaspar Corvalan, Regidor, y Antonio de Torres, vecino y Procuradores álo, y poniendo la mano sobre la dicha Cruz y Córtes della; por la villa de Valladolid, el licenciado don Pedro de Castila, oidor de la Chancillería de Valladolid y el licenciado Agustin Gimenez Ortiz, Alcalde de la casa y corte de S. M. y Procuradores de Córtes della; por la ciudad de Salamanca, don Juan Arias Maldonado y el licenciado Juan de Ovalle de Villena, Regidores y Procuradores de Córtes della; por la ciudad de Segovia, Sancho Garcia del Espinar y don Juan de Heredia, Regidores y Procuradores de Córtes della; por la ciudad de Avila, Luis Nuñez Vela y Diego de Tapia, Regidores y Procuradores de Córtes della; por la villa de Madrid, el doctor don Iñigo de Cárdenas, del Consejo de S. M. y Pedro de Medina, Regidor y Procuradores de Córtes della; por la ciudad de Cuenca, Juan de Montemayor, regidor, y Andrés de la Mota, vecinos y Procuradores de Córtes della; por la ciudad de Zamora, Bernardino de Mazariegos, regi- | dor y Alonso Rodriguez de San Isidro, vecinos y Procuradores de Córtes della; por la ciudad de Soria, Velasco de Medrano y Gonzalo de Lara, vecinos y Procuradores de Córtes della;por la ciudad de Toro, don Hernando de Borja, alférez mayor y don Juan de Ulloa Pereira, Regidores y Procuradores de Córtes della.

Luego incontinente el dicho don Antonio de Toledo, prior de San Juan, caballerizo mayor de S. M., que tenia el estoque, habiéndole dejado á don Diego de Córdoba, primer caballerizo de S. M., y don Antonio de Cueva, marqués del Adrada y mayordomo mayor de la Reina nuestra señora, y don Pedro Fernandez de Bobadilla, conde de Chinchon, mayordomo del Rey nuestro señor, cada uno de por si hicieron por la órden y forma que los demas el mismo juramento en la dicha Cruz y santos Evangelios ante el dicho muy reverendo obispo de Segovia, y el dicho pleito homenaje en manos del dicho Príncipe de Melito, y en señal de la obediencia, reconocimiento y reverencia, subjecion, vasallaje y fidelidad al dicho Principe nuestro señor debida, hincadas las rodillas en el suelo cada uno de por sí, en

mano.

Acabado que fué lo susodicho, el dicho don Diego Hurtado de Mendoza, Principe de Melito, llegó ante el dicho muy reverendo obispo de Segovia, y hincadas las rodillas en el suelo, y puesta la mano derecha sobre la Cruz y santos Evangelios, hizo el mismo juramento segun que los demas, al cual respondió, «si juro y amen,» y levantándose de alli metiendo las manos entre las del dicho don Antonio de Toledo, prior de San Juan, hizo el mismo pleito homenaje, y respondió, «assi lo prometo,» y pasó al lugar donde el dicho Principe nuestro señor estaba, y hincadas tas rodillas en el suelo y en señal de la obediencia, reverencia, subjecion y vasallaje á su Alteza debida, le besó la mano.

Luego el dicho muy reverendo obispo de Segovia se levantó de la silla en que estaba, y se quitó la mitra y capa de que estaba revestido, y se puso su vestido ordinario, y subió por mandado de S. M. á sentarse en su lugar el muy reverendo don Gaspar de Quiroga, obispo de Cuenca, y el dicho muy reverendo obispo de Segovia hincadas las rodillas en el suelo hizo juramento como los demas en la Cruz y santos Evangelios, que el dicho obispo de Cuenca ante sí tenia, al cual respondió, «si juro y amen.» Y pasó donde el dicho Príncipe de Melito estaba, y fizo otro tal pleito homenaje, como los demas habian hecho en sus manos, y respondió á él, «asi lo prometo,» y en señal de la obediencia, reconocimiento y reverencia, subjecion, vassallaje y fidelidadá su Alteza del dicho Principe nuestro señor debi

da, hincadas las rodillas en el suelo le besó la

mano.

Acabado todo lo susodicho, el dicho secretario Juan Vazquez de Salazar, dijo en alta é inteligible voz á la católica real magestad del Rey don Felipe nuestro señor las palabras siquientes:

«Vuestra magestad, en nombre del Serenisimo y esclarecido Príncipe don Fernando, su primogénito hijo, acepta el juramento y pleito homenaje, y todo lo demas en este acto hecho en favor del dicho Serenisimo Principe, y pide al Secretario y Escribano de las Córtes que assi lo den por testimonio, y manda que á los prelados, grandes y caballeros que están ausentes y acostumbran jurar, se les vaya á toinar el mismo juramento y pleito homenaje.» A lo cual S. M. respondió: «Asi lo acepto, pido y mando.»>

ramento del Serenísimo Príncipe don Baltasar
Cárlos, Principe de Castilla, de Aragon, de
Valencia, de Portugal, etc., etc., prestado por
los tres brazos eclesiástico, militar y real del
reino de Valencia, celebrando Córtes genera-
les la sacra católica real magestad del Rey nues-
tro señor á los reinículos de dicho reino, entre
las doce y una horas del medio dia vinieron á
la iglesia del convento y monasterio de predi-
cadores de la presente ciudad de Valencia (don-
de se habia de hacer dicho juramento), el Ilus-
trisimo don fray Isidoro Miaga, arzobispo de
Valencia, don Gaspar Juan Caballero, de la re-
ligion de Montesa y San Jorge, lugar teniente
de la magestad del Rey nuestro señor, adminis-
trador perpétuo de dicha religion, el obispo
de Segorbe y las otras personas que tienen vo-
ces en el brazo eclesiástico. Todos los cuales
se sentaron en un banco que estaba en el suelo
de la iglesia junto à las gradas del sólio, á la
mano derecha. Y asi mesmo vinieron todos los
barones, nobles
barones, nobles y caballeros que intervinieron
en el estamento militar, todos los cuales se sen-
taron en los bancos que estaban en el suelo de
la iglesia, á la mano siniestra del dicho sólio,
y en el primer banco se sentó don Felipe Ruiz
de Liori Folc Borja y Cardona, marqués de
Guadalerst, y á su lado don Juan Matias Vall-
terra, conde de la Villanueva, y sucesivamen-
te todos los otros militares, asi nobles como
caballeros, sin guardar entre ellos órden ni
precedencia alguna. Tambien vinieron el Ju-
rado de Valencia Gaspar Juan Zapata, ciuda-
dano, y todos los demas Sindicos de la dicha
ciudad y de las demas ciudades y villas reales
del reino, representando el brazo real de aquel.
Todos los cuales se sentaron en tos bancos que
estaban en el suelo de dicha iglesia, puestos
entre los bancos donde estaban los dichos ecle-
siásticos y militares sentados enfrente del di-
cho sólio, teniendo el medio de la frente del
primer banco el dicho Jurado, y los dichos
Síndicos de la dicha ciudad de Valencia á los
lados, y en los otros bancos posteriores esta-
ban los Síndicos de las otras ciudades y vilias
reales.

Acabado lo susodicho, SS. MM. y AA. se se de entraron por una puerta que habia en el dicho tablado y se fueron al aposento que habia en el dicho monasterio, donde comieron aquel dia, y los dichos prelados, grandes, señores, cabaHeros y Procuradores de Córtes se fueron á sus casas, con lo cual se acabó el dicho acto y solemnidad, de que fueron testigos los dichos muy reverendos don Francisco de Soto de Salazar, obispo de Segorbe, don Juan Dimas Lloriz, obispo de Urgel, y los dichos licenciado Juan de Obando, y don Antonio de Padilla, y doctor Velasco, y licenciado Pedro Gasco, y Juan Diaz de Fuenmayor, y Juan Tomás, y doctor Francisco Hernandez de Lievana, y Juan Campé y Joannes Sentis, y doctor Leonarno de Herrera, y Agustin Gesulpho, etc.

1645.

JURAMENTO DEL PRINCIPE DON BALTASAR
CARLOS.

Copia traducida á la letra del ejemplar que en idioma valenciano se halla en el libro de las Córtes que se celebraron en la ciudad de Valencia, el año 1645.

Juramento de el Serenísimo Príncipe nuestro señor don Baltasar Carlos, hijo de la magestad católica del Rey don Felipe III de Aragon y IV de Castilla, con el juramento de los tres brazos del reino de Valencia, prestado en las presentes Cortes generales.

Lunes á trece de noviembre del año de mil seiscientos cuarenta y cinco, que fué dia del ju

Despues de estar sentados todos los sobredichos en la forma susodicha, siendo poco mas de dadas las dos horas, vino à la dicha iglesia la magestad del Rey nuestro señor, juntamente con el dicho Serenisimo Príncipe, acompañado de muchos señores de titulo, caballeros y criados de su real casa, y con los cuatro maceros y cuatro reyes de armas, en la forma

a

acostumbrada, llevando el estoque desnudo | (estando delante la primera terna, y las demas delante de S. M. el marqués de Carpio. Y su- por su órden unas despues de otras en pié) bieron á lo alto del sólio donde se sentaron, una humillacion y reverencia á S. M. y al seesto es, S. M. en la silla real, á la cual se subió ñor Principe, y habiéndola hecho empezaron por cuatro gradas que empezaban del llano de á subir las gradas de dicho sólio, y habiendo dicho sólio, bajo un rico dosel de paño de oro, llegado la primera terna al plano de dicho sóy el otro dicho Serenisimo Príncipe en una lio hizo una otra humillacion, y pasando adeotra silla que estaba al lado siniestro de la di- lante hasta la mitad de dicho plano donde hizo cha silla real; y despues de sentados S. M. y el la tercera humillacion; y lo mesmo hicieron dicho Serenisimo Principe, le fué dado à S. M. los que iban en las demas ternas. Y habiendo el estoque por el dicho marqués del Carpio llegado el de la primera delante de la primera que llevaba, el cual tomado por S. M., le puso grada por donde se subia al puesto donde esentre las rodillas la cruz por arriba y la puuta taban sentados S. M. y el Serenisimo Principe, hacia abajo. Y a la mesma parte del dicho só- subió el dicho arzobispo y entregó á S. M. la Ho, delante de la silla del Príncipe hácia la dicha suplicacion y protesta, y los juramentos mano siniestra de S. A., estaba puesto un si- de S. A. y de los brazos. Y se ha de advertir tial cubierto con un rico paño de oro, sobre que todos los dichos doce eclesiásticos que coel cual habia un libro Misal abierto en la parmo se ha dicho estaban repartidos por su terte donde estaba escrito el cánon, y una Cruz na, iban en esta forma, esto es, el eclesiástico con parte del madero de la santisima cruz de en medio, el militar á su mano derecha, y el nuestro Señor Dios Jesucristo. del brazo real á la siniestra. Y hecha la dicha presentacion se volvian con el mismo órden y concierto que habian subido, se bajaron haciendo las mismas humillaciones en los mismos puestos que las habian hecho al subir, y se volvieron á sentar en los mismos puestos de donde se habian levantado. Y en continente don José de Villanueva, Secretario de S. M. en el Supremo de Aragon, leyó con alta é inteligible voz la suplicacion, que era del tenor siguiente:

Y como por la venida de la dicha real magestad y del Serenísimo Principe se hubiesen levantado en pié y descubierto las cabezas todos los dichos eclesiásticos, militares y del brazo real, les fué dicho por un rey de armas: S. M. manda que os senteis, y poco despues dijo: S. M. manda que os cubrais. Y dichas estas palabras todos se sentaron y se cubrieron, y despues de haberse sosegado se levantaron las personas electas de los dichos tres estamentos para presentar á S. M. la suplicacion de la oferta del juramento y protesta, y el juramento de S. A. y de los brazos infrascritos, que eran los siguientes, esto es, por el dicho brazo eclesiástico don Gaspar Juan por la voz de Montesa, el obispo de Segorbe, el abad de Valldigna fray... Trabado y don Mariano Mercader del hábito de San Juan de Jerusalen, por la voz del comendador de Torrente; por el brazo militar don Gerardo Sevello, baron de Oro-y pesa, Juan Feliciano Gostans de Soler, don Luis Castella de Vilanova, conde de Castellar, y Francisco Roca y Ferrer; y por el brazo real Gaspar Juan Zapata, Jurado en Cap por los ciudadanos, Micer Carlos del Mor, Síndico de la ciudad de Valencia, Micer Pedro Juan de Pedro, Síndico de la ciudad de Alicante, y José Querol, Síndico de la villa de Morella; y de tres en tres, esto es, un eclesiástico, un militar y uno del brazo real, yendo en medio el eclesiástico, á la mano derecha el militar, y á la mano siniestra el brazo real, subieron al dicho sólio haciendo todos juntos antes de subir

S. C. R. M.

«Los tres brazos de la corte general del reino de Valencia que por mandamiento de V. M. se ha convocado á los reinículos de dicho reino, tratando los negocios y disposiciones de la dicha corte, procurando todos tiempos lo que toca del servicio de V. M. y al beneficio universal de dicho reino, con toda la solicitud diligencía posibles han visto que V. M. por hacerles la mereed con todo el complemento que se puede pensar, ha traido la persona del Serenísimo señor Príncipe don Baltasar Cárlos á la presente ciudad de Valencia, y que es servido V. M. que se jure el dicho Serenisimo señor Principe. Por lo que dichos brazos deseando servir á V. M. como todos los tiempos han hecho, por la grande y natural fidelidad, amor y aficion que han tenido y tienen á V. M. y á S. A.. y á la Real Corona; han1 ofrecido voluntariamente el juramento del Serenisimo señor Principe, siempre y cuando V. M. sea servido se haga y preste. Y que V. M. les ha

notificado su real voluntad en que dicho jura- | aventurada vida de V. M. Y en caso que fenemento se haga en el presente dia de hoy, lo cual ciesen los felices dias de V. M. prometen por aunque no sea necesario, si no voluntario, sien- cosemblante de prestar al dicho Serenisimo do así que los dichos, conforme à los fueros señor Principe, en la ciudad de Valencia, viy privilegios del dicho reino, no pueden ser niendo personalmente á ella dentro el término compelidos ni forzados á prestar dichos jura- por dichos fueros y privilegios establecido el mentos; no obstante, empero, por las causas juramento en la misma forma y modo que lo y razones sobredichas, y con las salvedades y prestaron á V. M. como Rey y señor de aqueprotestaciones que abajo se dirán, y no sin llos; esto es que tendrán al dicho Serenisimo aquellas, ni otra manera, dicen, que por satis- Principe por su Rey y señor natural, y le serán facer á la voluntad de V. M. y por haberlo asi leales y fieles, contra todos los hombres, y ofrecido, y sin lesion ni derogacion alguna de guardarán su cuerpo, y sus miembros, y toda los dichos fueros, privilegios, libertades, usos su tierra de mal, y daño con todo su poder, y y costumbres, y salva tambien la fidelidad y en consejos y otras cosas le serán leales y fieplena señoría de V. M., y prestado que sea pri- les, y que le obedecerán, y le guardarán todas mero por el dicho Serenisimo señor Principe aquellas cosas que los verdaderos y naturales el juramento que segun y conforme los dichos vasallos son obligados á guardar segun fueros fuecos y privilegios se há y debe prestar, es á y privilegios del dicho reino; el cual juramensaber de tener, observar, loar, aprobar y to harán y entienden hacer, por esta vez solaconfirmar perpetuamente à la dicha ciudad y mente, y con espresa protestacion y salvedad reino de Valencia, y á todos los pobladores, ve- y no sin aquella, que dicho juramento no puecinos y habitadores de aquellos los fueros, pri- da ser sacado en alguna forma y modo en lo vilegios y autos de corte, franquezas, liberta- venidero, en uso y en consecuencia, ni que por des, gracias, asi en general como en particu- el sea, ni pueda, ni pueda ser hecho, ni causalar otorgados y otorgadas, pragmáticas, letras, do perjuicio, derogacion, ó lesion alguna á y provisiones, usos y buenas costumbres, y los fueros, privilegios y libertades, usos y buecualquiera contratos hechos entre los predece- nas costumbres de la ciudad y reino de Valensores de V. M., y á la dicha ciudad, y todas y cia, antes aquellos quedan en su fuerza y vacualquiera otras cosas que han sido otorgadas lor é integridad. Suplicando á V. M., sea de su por los Serenisimos Reyes predecesores, y por real merced aceptar el dicho juramento, y V. M. juradas: Y asi mesmo, que toda hora y oferta de aquel, con las condiciones, protestaquando el Serenisimo señor Principe perven- ciones, y salvedades sobredichas y consentir drá á la dignidad real, y sucederá y vendrá á aquellas, loarlas y aprobarlas, por observancia la sucesion, y regimiento del dicho reino de de los dichos fueros, privilegios y conservaValencia, vendrá personalmente á la dicha ciu- cion de los derechos de los dichos tres brazos dad dentro del término en los dichos fueros y de la dicha córte, y de cada ciudad y reino de privilegios contenidos, y celebrará Córtes ge- Valencia, y pobladores de ellos, mandando la nerales en la presente ciudad á los reinicu- presente suplicacion ser insertada en el proceso los de dicho reino, y en las cuales antes que en las presentes Córtes, y ser librado traslado sea prestado el juramento de fidelidad por de ella á los dichos brazos, franco del derecho los dichos brazos y singulares de aquellos, les del sello por el Pronotario de V. M. Et. Lijurará, confirmara, y de nuevo otorgará los dichos fueros, autos de corte, privilegios, pragmáticas, provisiones, letras y contratos hechos con la dicha ciudad de Valencia, y Y leida la dicha suplicacion, el dicho seotras cualesquiera ciudades y villas reales, ba-cretario teniendo ya él órden de S. M., acerrones, nobles, caballeros y otras personas de dicho reino, por los predecesores de V. M., usos y buenas costumbres de la dicha ciudad y reino, y que aquellos observará y guardará, y no contravendra, son contentos y de su buen grado por su mera voluntad de jurar al dicho Serenisimo señor don Baltasar Carlos por Principe de aquellas, durando larga y bien

cet. etc.

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Altissimus, etc.».

cándose hácia la orilla del plano de dicho sóllo, dijo tales, ó semejantes palabras: S. M. acepta la dicha suplicacion, en la forma que es contenida en ella.»>

la

1

Y sucesivamente el dicho secretario leyo cédula del tenor siguiente:

«El Serenisimo señor don Baltasar Carlos, Principe de Castilla, de Aragon, de Valencia,

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