PROSPECTO. Tiempo hace que los literatos mas eminen tes de la nacion echan menos una coleccion de documentos, como los materiales indispensables para escribir nuestra historia; y este deseo es tanto mas recomendable cuanto casi todos nuestros escritores adolecen de la falta de no haber tenido presentes los datos necesarios para componer sus libros, ó de haber ignorado donde se hallaban para compulsarlos, ó de haber carecido de medios para procurarse los originales ó copias fehacientes. Por esto ya en tiempo de Felipe II y de su augusto Padre se recogieron muchos manuscritos con gran dispendio y diligencia, y en tiempos mas cercanos á nosotros, á saber, en el reinado de Felipe V, se fundó la Academia de la Historia con el objeto de ocuparse en la incesante adquisicion de materiales históricos, especialmente originales, y obras inéditas. En los dias del señor Rey D. Fernando VI fué comisionado el sabio Ꭹ laborioso P. Burriel, acompañado de D. Francisco Javier de Santiago Palomares para examinar los archivos del reino, copiar y formar una coleccion de manuscritos, de cuyo trabajo hay una insigne muestra en la Biblioteca nacional, hasta ahora inédita. A estos diligentes investigadores de nuestras antigüedades siguieron otros en los reinados de los señores Reyes Cárlos III Ꭹ Cárlos IV, durante los cuales se emprendieron viajes, y se intentó juntar y se juntaron en efecto muchos datos, como así lo atestiguan ademas de la del P. Burriel, las colecciones de Abella, Traggia, Velazquez, Muñoz, varrete, Sans, Vargas Ponce y Na Villanue va, que con mas o menos correccion existen en varios archivos y bibliotecas del reino; pero que nunca llegaron á imprimirse enteras, Ꭹ las mas ni aun recibieron la última mano para salir á luz con el se requiere. esmero Ꭹ exactitud que Este mismo pensamiento que ahora nos ocupa á nosotros, concibieron en su tiempo los distinguidos académicos Campomanes, Jovellanos, Villamil y otros compañeros suyos, y por su celo que siempre será recordado con elogio, se acopiaron muchos papeles y escrituras inéditas, se hicieron extractos, se formaron excerptas y apuntes, se mantuvo una larga correspondencia dentro y fuera del reino, y puede decirse que quizá el afan de abarcar tanto, ó sea el deseo de lo mejor, dañaron á la realizacion de la obra que dejaron por comenzar. Las desgracias que despues sobrevinieron á la nacion en 1808, debieron necesariamente de interrumpir todo proyecto literario, y esto produjo dos grandes inconvenientes: 1.° que el tiempo y las mudanzas de personas y cosas destruyeron ó extraviaron muchos códi ces y papeles antiguos; y 2.° que las mismas causas dieron lugar á la extraccion de muchos otros, que con pérdida irreparable para España, y con riesgo de que se desfigure su historia, se imprimen ahora en lengua extrangera, viéndonos precisados á mendigar de los extraños lo que era propio nuestro, y á leer en distinto dialecto lo que originalmente estuvo escrito en el casto idioma de Castilla. Estas consideraciones nos han alentado á publicar una coleccion de documentos inéditos para la historia de España, poniendo á logro la gran copia de ellos que todavía existen ocultos ú olvidados en nuestros archivos, ya que tantos otros desaparecieron por la mano del tiempo y de nuestras discordias civiles. Nos mueve ademas el ejemplo de todas las naciones de Europa que miran hoy dia con el mayor interes este importante trabajo, y cuyos Gobiernos han señalado fondos Ꭹ creado sociedades literarias para recoger y dar á la estampa los antiguos códices que ilustran sus orígenes y anales: convencidos justamente de que nunca podrán hacerse investigaciones pro |