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pre: la musa de aquel Parnaso, no es la de la centuria actual, porque no es posible el emanciparse del gusto de la época de que somos hijos; ni mas allá de sus fronteras hay fuente de inspiracion, al alcance del génio. El hombre de letras, el erudito, el sacerdote de Apolo, trabajen enhorabuena por conservar todas las glorias de las literaturas. Que no haya en España lengua señora y lenguas esclavas! Que el que pulsa su harpa en la márgen de la ría de Pontevedra ó del Turia, y escribe en bable, el dialecto mas rico para expresar los placeres de la vida que han descrito, pintado y reproducido mejor que nadie, el Cisne de Mantua, Watteau y Bellini;— que el triunfador en el moderno Consistorio, especie de Compostela catalan literario, cuyos santiaguistas se nombran Aribau. y Bofarull, Clavé y Balaguer, Forteza y Llorente, Permanyer y Querol, Rosselló y Blanch, Milá y Cortada, F. Soler y Pelayo Briz; que el vate regional en suma, inspirándose en lo que fué y será, cante la historia, la bondad y la belleza, preséntenos al hombre mas digno de Dios cada día, «pueble los corazones de esperanzas, la inteligencia de presentimientos y de propósitos la voluntad,» aceptando á este fin, todos los materiales necesarios al arte, para cumplir su mision altísima! Sea así el guardador del canto de Lelo ó de las pastorelas y vaqueiras de la tierra de Payo Gomez Chavino y exprésese en la lengua «del Poema del Cid refrendado por Cervantes, en la de la Crónica de Jaime el Conquistador legalizada por Ausias March, en la de las Cantigas visadas por Camoens,» que son los breviarios con que entrar podemos, en la Iglesia de las letras españolas. Y el vate y el prosista, trabajen solo por conservar la lengua de sus padres, aprendiendo la leccion que Bofarull ha dado, en su Crónica de Muntaner. Y procediendo de tal suerte, procederán como buenos, porque útil es el guardar el habla de Saavedra Fajardo y Hurtado de Mendoza, y así mismo todas las variedades engendradas por el eterno y múltiple desarrollo de la vida, pues lo contrario sería rebelarse contra las leyes sociales. «El querer suprimir lo vario porque lo uno existe, equivaldría á suprimir las naciones, porque existe la humanidad; y es imposible un elemento tan idén

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tíco á sí, que en su desarrollo no produzca lo diferente»; que vasallos son el Universo y la historia de la unidad y la variedad; y como el Universo y la historia, las lenguas. La de la ciencia subdividióse en innumerables dialectos, en la dorada mañana de la perenne juventud del alegre pais, que perfumaban la miel del Hibla y el tomillo del Himeto: Roma no pudo conseguir la unidad en el orbe de las letras, pues segun observa nuestro Tullio, (1) Tertuliano trasciende á Africa, Séneca á cordobés y en los epígramas de Valerio, se vé un hijo de la ciudad segada á flor de tierra por los siglos, en el collado Bámbola y un patavino, en el suave, honesto, y elocuente historiador, que escribió sus narraciones, con leche pura y candorosa. Dice con acierto D. Victor Balaguer: - es ley natural que las sociedades humanas estén sometidas á la de unidad y á la de independencia; mas no se olvide que la unidad, no evitando el Seyla de lo uniforme, conduce á la servidumbre hierática y la independencia, si no huye el peligro de las profanaciones del derecho, cierra entre sus brazos,

llamas, dolores, guerras,

muertes, asolamientos, fieros males.

Si esto es innegable; y la armonía como la variedad, un precepto necesario de vida; si forman la personalidad Estado las personalidades provincias; éstas desaparecen, al caer en el señcrio de aquella; y literariamente, si su habla nativo es objeto de bruscos atentados en su dignidad. El herir la de las lenguas regionales, es sangrar la lengua patria, que será mas eximia y de salud mas firme, cuanto mas eximia y mas en salud estén aquellas, á semejanza de lo acontecido en otras órbitas, en las que el poderío y el amor patrios, hállanse en razon directa, del amor local y del poderío provincial. Lo confirma la historia. España dió ejemplo de un delirio sublime, cuando Cataluña renovaba en los collados del Bruch la hazaña de Leónidas inmortalizada por el Tito Livio de la Pintura francesa, el gran David; cuando Aragon eclipsaba en las tapias de Zaragoza la

(1) Emilio Castelar.

fama de Sagunto y de Cartago; cuando Bailen y los Arapiles daban su nombre á batallas tan célebres, como la de Maratho en los anales griegos, la de Farsalia en los de Roma, las de Poitiers y Simancas en la Edad Media y en dias más próximos á nosotros, las del Garellano, Pavía y Waterloo.

A las lenguas locales, es á donde ha de ir la oficial, en busca del modismo que necesite para agraciarse ó embellecerse. En modo alguno á las estrañas; á las de genio diverso! En modo alguno á la que hablaron Boileau y Balzac, como es costumbre; pues si la lengua de Boileau y Balzac, al decir de Voltaire, es una pobre orgullosa que lleva á mal la socorran con la dadiva mas humilde, tiene que ser muy avara en las suyas! El ilustre Jovellanos, que pensaba de este modo, ideó el formar un Diccionario bable y aun trazó el plan de él, ávido de acaudalar el idioma en que escribiese, el Delincuente Honrado, el Pelayo y el Informe sobre la Ley Agraria. Y con identicos anhelos produjo Borao este libro Propúsose en él, dar á Castilla aquello, en que Aragon la supera. Propúsose, el alejar de todo impulso á hacerse tributaria del extranjero, al habla de Lope, Tirso, Granada y Solís, obsequiándolo con vocablos que, siendo propios, fuesen nacionales. La donacion no podía resultar ofensiva pues la procedencia de un agasajo, en nada disminuye el mérito de la grandeza que contribuye á aumentar ó á formar, como en nada disminuye la grandeza de ia corona de Francia, Inglaterra y Austria ó el cetro de Rusia, el que el Montaña de Luz, el Regente, el Orlovv, la Estrella Polar ó el Gran Duque de Toscana, fuesen hallados lejos de París, del Támesis, del Dnieper y del Danubio.

No, no se desdora la lengua de Cervantes, porque reciba de Aragon palabras que carecen de traduccion castellana: de no aceptarlas, se priva de poder espresar muchos conceptos, como los contenidos en atreudar, ceprenar, estema, estemar y encalzar, (1) redolino, ultranza (2) y zunzir (3).

(1) Ambas se leen, en los Privilegios de la Union.

(2) Úsala nuestro Zurita, frecuentemente.

(3) Veanse las Notas del discurso de recepcion, en la Academia Española, del elegante historiador de los Trovadores.

Y no solo no se desdora, sino que le aconsejan la aceptacion del tributo, el sentimiento de nacionalidad y el patriotismo, con tan varoniles caracteres revelados entre nosotros, pues el mismo móvil, la misma inspiracion hay en la lengua del Libro de trocas del Rey D. Dionis, de las Cantigas, del Cancionero de Baena, de las obras del Rabi D. Santo, de las Luisiadas de Camoens, que en la de los hermosos romanceros, y de la poesía cortesana y popular de Castilla.

No se olvide que en la lengua y literatura de esta influyeron la lengua y la literatura regionales y singularmente las de Cataluña y las del país que tiene su Pelayo en Alfonso Enriquez.

No se olvide que las producciones del donoso y travieso Arcipreste de Hita, las estrofas de Alfonso Aivarez de Villasandino, los dezires de Micer Francisco Imperial, los versos célebres del Condestable don Alvaro de Luna, El Desden con el Desden, y El Exámen de Maridos, piedras son del Alcázar de las letras españolas y que en tales monumentos, visible es la huella del númen de la region, que fué centro de júbilo, de prez y de cultura.

No se olvide que Castilla adoptó por hija á la poesía provenzal y se sirvió de las cuerdas lemosinas para levantar el espíritu público; que antes del libro de los Reys d' Orient, suena en la patria del Cid el laud venido del Ródano, cuyo laud gozó de gran privanza en las cortes leonesa y castellana; que un Trovador provocó el entusiasmo á favor del sitio de Almería y dió en la Piscina orígen al sirventesio, que otro trovador saludó á Sancho III, no bien este se hubo sentado en el trono, y otro lloró la rota de Alarcos y otro predijo el triunfo de las Navas; que Alfonso VIII y S. Fernando vivieron rodeados de cantores y el Rey Sabio tensionó con ellos en su habla, les llamó á sus consejos, les otorgó la mas hidalga hospitalidad.

No se olvide el carácter de la poesía castellana en su niñez, que justificanos, el que haya en el Diccionario de la Academia muchos vocablos de Provenza y muchos castizamente catalanes. Y por último, no se olvide lo que las letras y la lengua de Castilla deben á la Casa de Aragon. Y si esto es así; si los ideales á que responde y traduce la lengua nacional son los ideales á que responde y traduce la eúskara ó la gallega, á la eufonía,

á la propiedad del idioma conviene, el que trate de enriquecerse, buscando medio de expresar con concision, los conceptos para los que le falta palabra. ¿No las tiene, comprensivas de dar en enfiteusis, caer el rocío, recibir un golpe en la cara con herida? Pida á Aragon, á Galicia y á Asturias sus verbos atreudar, orballar y afrellarse, de purísima fuente y de fisonomía castellana.

La vida provincial favorece á la nacional, porque no es negacion del carácter de los índividuos la unidad política. Riquísima en oposiciones y diferencias, en virtud de su mismo principio, armonízanse éstas.

Ahora bien, del mismo modo que la vida provincial y aun la municipal es de justicia disfruten de todos sus derechos, bajo las leyes de la armonía y dentro de la unidad en que viven, si hemos de tener poesía, lo es, el conservar las preciosas variedades del habla español. Mas aun; si han de ser perennes las privilegiadas cualidades de este, es preciso que no pierdan las suyas los en que se quejó Macías y gritó desperta ferro el almogávar sacudiendo sus armas en las rocas al dar la señal del degüello, pues el gallego tan tierno, el bable tan dulce, el valenciano tan músico, el catalán tan vigoroso y onomatopéyico, el eúskaro tan primitivo, al proporcionar al idioma de Castilla los vocablos que le falten, le comunicará sus particulares virtudes, aumentando así las que á este carac terizan, incluso su majestad histórica. Cuidando el ingenio laureado en Vigo ó en Barcelona su lengua, se favorece á la en que escribió Vale ra, Pepita Jimenez, ó el Drama nuero Tamayo, el Andrés del Sarto de los poetas del día, pues senza errori pudiera llamársele, y á la en que Castelar, el hombre de letras más grande de los modernos tiempos, pronuncia discursos en los que el castellano vence en flexibilidad y riqueza al Edipo y á los Diálogos de Platon.

En catalán hablaba Capmany, cuando nos hizo el presente regio del Teatro crítico y Aribau cuando fundaba la Biblioteca de Autores Españoles, que adornó con prólogos elegantísimos y correctos; en gallego hablaba Pastor Diaz cuando leia sus admirables lecciones sobre el socialismo, y en gallego habla la

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