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N° 32.

OFICIO DEL TENIENTE GENERAL ESPAÑOL DON TORI

BIO MONTES, AL CONGRESO DE LA NUEVA GRA

NADA.

Sin embargo que considero á V. SS. bien enterados del estado de la Europa, acompaño copia del capítulo de la gaceta estraordinaria de España de 29 de marzo, que acredita la entrada de Fernando vi en su territorio, sabiéndose igualmente con seguridad que los egércitos de las potencias de la alianza del norte de Europa han entrado en Paris con sus emperadores, ofreciendo dar desde allí la paz al mundo civilizado. La Inglaterra ha decretado veinte y cinco mil hombres, y catorce milla España para enviarlos á América al mando del general Welington, ó de su segundo para pacificar los países disidentes, y sugetar á los Norte Americanos que tanto han contribuido al desorden, recibiendo los emisarios de Napoleon. Este ha sido desterrado á la isla de Elva

en la Toscana. Luis XVIII, proclamado en Francia bajo la constitucion que establezca su nacion, y el papa restituido á su silla. Hoy hace dos meses que escribí á V. SS. y no he recibido contestacion, y por si se hubiese estraviado incluyo copia del mismo oficio.

Dios guarde á V. SS. muchos años. Quito, 13 de Agosto de 1814. Toribio Montes. Señores del congreso general de Santafé,

en

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Contestacion

Ya habrá recibido V. E. la contestacion que de julio se dió á la intimacion de V. E. de 13 del mes anterior que no obstante duplico al presente en los adjuntos impresos, por si hubiere padecido algun estravio. Asi en esta parte queda evacuada la respuesta al nuevo oficio de V. E. de 13 del pasado.

de

:

Contrayéndome ahora á lo demas teniamos ya aquí la gaceta estraordinaria de España 29 de marzo, que acredita la entrada de Fernando vii en su territorio, y sabemos todos los sucesos ocurridos entre los egércitos aliados

contra la Francia y su emperador Napoleon. Pero á la cuenta ignoraba V. E. que Fernando á la misma entrada á la Península, y al paso por Valencia, ha derrogado la constitucion, ha declarado ilegitimas, tumultuarias, y sediciosas las cortes generales y estraordinarias de la nacion, y ha disuelto las ordinarias que se hallaban reunidas en Madrid, dando por nulo cuanto habian hecho estas y aquellas, absolviendo de toda obligacion á los que llama sus pueblos, y sus súbditos, y declarando reo de lesa magestad á quien osare, ó intentare cumplir ni guardar la constitucion, y los actos emanados de aquellas autoridades, todo porque asi es su voluntad, como lo verá V. E. en el adjunto decreto.

Esta es aquella constitucion con que V. E. dice, que los Americanos habian conseguido cuanto podian desear, y estas aquellas cortes generales y estraordinarias, única autoridad legitima de la nacion, en virtud de la cual se han cometido tantas atrocidades en América, solo porque no las queriamos reconocer.

Ahora bien: ya este monarca constitucional,

ya este soberano en cuyo nombre nos hacian la guerra, de quien las córtes, la regencia, y los agentes españoles en América se decian tutores representantes, y únicos órganos legitimos de su voluntad, las ha declarado no solo ilegales, sino criminales, facciosas, usurpadoras de su autoridad, y de la nacion, ¿ à quien debemos estar pues? A esta, que dice, que se ha conquistado y salvado para sí misma, que es árbitra de sus leyes, que no es patrimonio de ninguna persona ó familia, y que no reconocerá sino al que obedezca şu constitucion; ó á esa persona y familia, que niega tal autoridad, que de hecho no se somete á ella, y que procede a asignar por sí misma las bases sobre que quiere gobernar?

Si semejante conducta es un atentado contra la soberanía de la nacion que V. E. ha jurado y reconocido en su constitucion, deseariamos saber á quien obedece hoy que no hay córtes, regencia, ni otra autoridad nacional que un rey arbitrario y despótico y los ayuntamientos de España para sus respectivos pueblos? Y si aquel ha tenido facultad para hacer lo que ha hecho, si las cortes y la cons

titucion han sido una farsa, obra del tumulto y la faccion, si es una falsedad que la nacion jamas haya consentido en ella contra lo que hasta ahora se ha dicho y sostenido por los agentes españoles, ¿ cuales son estos bienes, esa felicidad, y esa igualdad que V. E. dice; y con que principio de razon, ó de justicia apoyada en una autoridad ilegitima, falsa y desconocida en toda la Peninsula, ha oprimido V. E. á Quito, ha hecho devastar á la provincia de Popayan, degolló y sacrificó á sangre fria á su presidente, su ofcialidad y sus tropas, y nos manda someternos á la constitucion?

Habrá procedido V. E. engañado? Y los que han sido sacrificados por V. E. ¿ que se suplen con esta confesion? ¿ O es porque sea cual fuere la autoridad que se levante en España, al Americano no le toca sino obedecer?

Cuando Murat se declaró lugar teniente del reyno, y fué obedecido por los consejos de España, y principalmente por el de Indias, librándose en consecuencia despachos, y cédulas para su reconocimiento, todos los gober

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