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Regnos: assi que miradas bien por Don Alvaro estas cosas, é sábiamente considerados los inconvenientes que de aquellas podian nascer, tovo manera con el Rey, é con el Infante, con aquellos que lo tenian, que se diese lugar á algunos tratos que de la dicha parte se movieron. E concordó Don Alvaro de Luna á los unos é á los otros por aquella vez, é fizo derramar las gentes, é concordar aquellos bollicios, porque él mejor pudiese librar al Rey segund lo tenia pensado, é mas á honra é servicio del Rey. El qual quando oviese de ser libre non avia de ser puesto, salvo en su franco é soberano poder; 10 é por lo tal de buena voluntad queria Don Alvaro poner su propia vida en aventura, segund oireis que lo fizo adelante. E de alli el Infante, é los grandes que con él eran, levaron al Rey á la villa de Talavera, é con el Rey iba Don Alvaro. E alli en Talavera casó Don Alvaro de Luna con Doña 15 Elvira, fija de Martin Fernandez de Portocarrero, señor de Moguer. E dió el Rey á Don Alvaro alli á Cornago, é otros logares que avian seido de Don Alvaro de Luna su padre. E alli ordenó Don Alvaro de sacar al Rey de aquella prision, é detenimiento feo é deshonesto, en el qual el Infante é los 20 que con él eran lo tenian, los quales eran muchos, é estaban muy apoderados del Rey, é tenian muchas guardas sobre él. E alli quiso Don Alvaro de Luna obligar su vida á la muerte por servir á su Rey con limpia é clara lealtad, sin ningund precio de bienes, nin respeto de otro interés. E como quiera que 25 por el Rey de Navarra, é Arzobispo de Toledo, é otros Perlados é grandes del Regno, que con ellos eran de la otra parte, fuese enviado muchas veces á rogar Don Alvaro que quisiese trabajar como el Rey fuese libre, acometiendole grandes dádivas, assi de villas como de otros grandes bienes, é nunca 30 Don Alvaro les quiso dar cierta esperanza, nin otra fé nin seguridad que lo faria, antes les respondió que nunca ploguiese á Dios que por ningunos bienes de aquesta vida, de villas nin de tierras, nin de otros bienes, él ficiese tan grand fecho como era aquel, salvo por servicio de su Rey, é paz é sosie35 go de sus Regnos; pero para que él en aquel fecho por ventura trabajase, ellos le enviasen luego sus sellos é firmas é juramentos, para que si el Rey fuese libre por él del poder del

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Infante, é de aquellos caballeros que con él estaban: ellos non procediesen contra el Infante, nin contra los que con él eran, nin por aquello oviese entre ellos ningund rigor. Esto facia Don Alvaro á dos fines : por guardar al Infante é á los que 5 tenian en su poder al Rey, é desviarles el daño que por alli les podia venir : é por non dar por alli cabsa de escándalos, nin debates en los Regnos del Rey. ¡Oh avisamiento caballeroso! ¡Oh firme balanza de bondad! Non solamente se aventura á rescebir la muerte por dar libertad á su Rey; 10 mas aún trabaja por dar la vida á los que perderla merescian, é salvar á los que con sus fechos se dañaban. Dadas le fueron á Don Alvaro las firmas é los sellos é juramentos que demandó, é los que juraron fueron el Rey Don Juan de Navarra, é Don Sancho de Rojas, Arzobispo de Toledo, ca de los otros non curó de los demandar : assi porque por aquestos se gobernaba toda aquella parte, ca ellos eran los principales como porque el fecho fuese mas secreto. E porque el Infante Don Enrique nunca se partia del Rey, desde grand mañana que se levantaba, fasta que lo dexaba acostado, orde20 nó Don Alvaro un sabio avisamiento: es á saber, tovo maña como el Infante se cassase alli con la Infanta Doña Catalina, con quien estaba desposado; é el Infante lo agradeció mucho á Don Alvaro. E aquello facia Don Alvaro por aver mejor lugar, para facer lo que queria, é adereszar como el Rey 25 se fuese despues que el Infante fuese casado; porque con la nueva muger tardaria mas las mañanas en la cama, é él podria mejor en aquel tiempo facer lugar, para sacar al Rey de alli, segund lo tenia ordenado. E fablólo é concertólo Don Alvaro con el Rey, é con el Conde Don Fadrique, que despues 30 fué Duque de Arjona, é con Don Rodrigo Alfonso Pimentel, Conde de Benavente. E viernes víspera de Sancto Andres de aquel año, al alva de aquel dia tenia yá ordenado Don Alvaro que saliesen. E como aquel que tan peligroso fecho assayaba, non avia dormido toda aquella noche, aderes35 zando como las bestias fuesen prestas para el Rey, é para los que con él avian de ir. E cabalgó Don Alvaro con el Rey, é el Conde Don Fadrique, é Pero Carrillo de Huete, los falcones en las manos, diciendo, que tenian una garza con

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certada. E porque luego que salieron de Talavera venian algunas gentes en pos ellos, que les facian rebato, é todavia temian que viniesen mas, Don Alvaro de Luna con grand esfuerzo é corazon de caballero, que en los mayores peligros siempre tovo, fizo pasar al Rey su señor adelante, porque si gentes 5 mas recresciesen, en tanto que él peleaba con ellas, el Rey su señor libremente se pudiese ir. En esta manera levando Don Alvaro al Rey grand pieza delante de sí, andovieron tanto fasta que llegaron á un castillo que llaman Villalva, donde tenian pensado de reparar, el qual era de Diego Lopez de 10 Ayala, yerno de Garcia Alvarez, señor de Oropesa. É fallaron todo el castillo despoblado, é Don Alvaro vido que non podian estar alli, para defenderse de la gente que viniese en pos ellos. E passaron adelante é fueron á Malpica, é passaron el rio de Tajo por una barca á grand peligro, ca venia el rio 15 muy crescido con las grandes aguas que avia fecho, é quebróseles el remo, é ovieronse de perder. E saltando de la barca en tierra vinieron á ellos fasta veinte rocines, los quales eran del Adelantado Diego de Rivera. Don Alvaro que los vido assi venir, pusose ante el Rey, ca non sabia lo que que 20 rian facer, é aquello mesmo fizo el Conde Don Fadrique, é el Conde de Benavente, é los otros que con el Rey iban. E los de caballo les preguntaron, ¿qué gente eran, ó qué camino facian? Don Alvaro les respondió:,, Buena gente, llegadvos acá é saberlo eis." E ellos como se llegasen, Don Alvaro apercivió 25 á sí é á los que con el Rey iban é estaban, é arremetieron de salto á los de caballo, é echaronles mano de las riendas de los caballos, é dixoles Don Alvaro :,, Amigos, conviene que des,, cabalgueis, que aqui viene el Rey, é cumple á su servicio ,, que le dexeis de los mejores caballos que aqui traeis para 30 su persona, é los que con él venimos." E los de caballo pensaran que fuesen otra gente, fasta que el Rey fabló, é dixo:,,Yo soy el Rey." E como lo conosciesen, á ellos fué forzado dexar los caballos, en los quales cabalgó el Rey, é Don Alvaro, é los Condes Don Fadrique, é el de Benaven- 35 te, é algunos de los que con el Rey iban. E assi passaron adelante, é adereszaron al castillo de Montalvan, del qual acaso de ventura fallaron á una doncella que avia salido á una fuen

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fuente del castillo, é tomaron la puerta que la doncella avia dexado abierta, é entraron dentro. E fallaron el castillo mal reparado, é sin viandas, é alojaronse en él, é metieron consigo algunos labradores de la tierra, que les ayudasen á velar é defender el castillo, é repararonlo. E Don Alvaro de Luna dió luego grand prisa á reparar el castillo lo mejor que pudo ser para tan en breve, é fizo buscar alguna vianda, la qual ovieron poca, ca bien entendió que luego vernian tras ellos, é-los cercarian. E assi lo ficieron, ca vinieron ende en segui10 miento del Rey, é de los que con él venian, otro dia de mañana el Infante Don Enrique, é el Condestable Don Ruy Lopez Davalos, é Garcia Fernandez Manrique, é el Adelantado Pero Manrique, é Pero de Velasco, que despues fué Conde de Aro, é Iñigo Lopez de Mendoza, que fué des15 pues Marqués de Santillana, é Pero Lopez de Ayala, é Pero Carrillo de Toledo, é otros; é cercaron el castillo, é assentaron sitio sobre el Rey, é pusieron sus guardas al derredor, porque non les metiesen viandas, nin otros bastecimientos. Eĺ Rey de Castilla, é Don Alvaro de Luna, é los de dentro 20 llegaron á tanto estrecho é mengua de viandas, que mataron algunos caballos que dentro tenian, é comieron dellos el Rey, é Don Alvaro de Luna, é el Conde Don Fadrique, é los otros. E por mengua de calzado ficieron abarcas de los cueros de los caballos, é aquellas calzó alli el Rey, é Don Al25 varo, é los otros grandes que alli estaban. ¿Quál carne mas preciosa que la de aquellos caballos? ¿Qué manjar mas suave que aquél? Qualquier que lo comia non solamente facia clara, é limpia su sangre, mas la de su generacion; exäminaba su lealtad, é daba enxemplo de su virtud, é procuraba la libertad é soberana preeminencia de su Rey. E aquel castillo como quiera que era estrecho é mal reparado, mucho lo ennobleció é fizo grande la real nobleza que dentro de sí contenia. Ca dentro de sí contenia al Rey, é al derecho de su Regno é aquel que verdaderamente era guarda de su vida, é 35 acarreo de su servicio: é dentro estaba la corona é cetro de la justicia de Castilla. Alli se salvaba por mano de aquel leal é virtuoso servidor Don Alvaro de Luna. ¿Pues qué mercedes pudiera facer el Rey á Don Alvaro, que le satisfaciese tan

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grand servició como le fizo, en tornarlo de subjecion en la soberana libertad que tenia de antes? ¿Qué agradescimiento le podrian mostrar los Regnos de Castilla, por él ser cabsa de dar libertad á su Rey? El Infante, é los que con él eran, veyendo el grand yerro que avian fecho, é facian, é como les po- 5 dria dello recrescer grand peligro, é daños, pues el Rey era en su libre poder, comenzó aquel Infante de mover grandes partidos á Don Alvaro, prometiendole villas é logares, é grandes dádivas, assi en los Regnos de Castilla, como fuera dellos, porque quisiese atraer al Rey á que consintiese en algu- 19 nas cosas que eran de su desservicio, é turbaban la soberania de su preeminencia real. Mas Don Alvaro lo menospreció todo, permaneciendo en su firme fé, é verdadera lealtad, como aquel que entendia que ningund partido non podia ser de mayor prescio, nin de mas valía que aquel que alli gana- 15 ba. Es á saber, ser leal á su Rey, é firme é claro servidor á su natural señor, lo qual tenia él en mayor prescio que todas las cosas del mundo. E el Conde Don Fadrique que estaba alli con el Rey en Montalvan, segund diximos, quisiera mucho prender por engaño al Adelantado Pero Manrique, ase- 20 gurandolo primeramente que viniese con él á fablar. Mas Don Alvaro de Luna non dió lugar á ello, disciendo, que la mayor virtud que podia aver en los caballeros, era la fé é la verdad, é que non ploguiese á Dios que donde el Rey su señor estaba ninguno fuese preso por cautela nin engaño, mas 25 que los caballeros por otras vias é maneras mas caballerosas debian, é eran obligados, buscar venganza de los que entendian que les avian errado. E salió algunas veces Don Alvaro á fablar con el Infante Don Enrique en esta guisa é manera que vos contaré. Venian quatro por quatro: de la parte del 30 Infante venia él mismo, el Adelantado Pero Manrique, é el Condestable Don Ruy Lopez Davalos, é Garci Fernandez Manrique : é de la parte del Rey iban Don Alvaro de Luna, é Pero Portocarrero, señor de Moguer, hermano de su muger de Don Alvaro, é otro caballero de Galicia, é otro caballero. 35 E Don Alvaro de Luna se apartaba de los tres caballeros que iban con él : é el Infante, é cada uno de los otros, uno á uno, venian á fablar con él. Assi que el Infante, é todos los que con él

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