Mucho mas aventajado literato que Feijóo, y no menos osado, fué el jesita José Francisco de Isla, cuyos escritos ocuparon gran parte del siglo en que vivió. Dedicose principalmente á com batir el mal gusto que reinaba en el púlpito; y para esto, siguiendo el egemplo de Cervantes respecto de los libros de caba ilerías, escribió su famosa novela de fray Gerundio de Campa zas, obra que en su primera aparicion tuvo un éxito prodigioso, pero cuya fama se halla ahora totalmente oscurecida. No carece sin embargo, de mérito literario; el estilo es correcto y claro: muchos pasages hay escritos con sumo donaire y gracia; pero la novela en lo general adolece de pesadez y monotonía. No eran susceptibles las aventuras de un mal predicador de suministrar materia para obra tan larga; hubiera ganado mucho el P. Isla con reducirla á la cuarta parte; y mas lijera entonces, seria lei da todavia con agrado: ahora solo ha quedado de eila, como provérbio, el epígrafe de un capítulo que dice: dejá fray ́ Gérun100: dejá fray Gerundio los libros y se mete á predicador. Conforme va avanzando el siglo, se dan á conocer mas aventajados prosistas. Cudalso en sus Eruditos a la violeta presenta in dechado de gracia, ligereza y buena crítica; don Gregorio Mayans y Siscar estudia con acierto los origenes de nuestra lengua. Forner da á conocer su profunda erudicion y alta capacidad en multitud de escritos, entre ellos su Oracion apologica por la España y su mérito literario: el P. Burriel recorre todos los archivos para sacar documentos con que ilustrar nuestra historia: el P. Flores da principio á la España sagrada que continuan otros celosos agustinos; Campomanes ilustra al pueblo, y trata de promover las artes industriales, con escritos que brillan mas por la sencillez y claridad que por la elegancia; El conde de Cabarrus, trala en sus cartas varias cuestiones económicas; en fin viene tras de todos el gran Jovellanos, el escritor mas elocuente de fines del siglo anterior y principios de este, y el modelo mas acabado que tiene nuestra prosa despues de la trasformacion que ha recibido á impulsos de la influencia francesa. Muchas páginas requeria el examen de las obras de este grande escritor; pero nos contentaremos con reproducir aqui el bello y elegante elogio que hace de él el señor Quintana, no pudiendo concluir mas dignamente este ensayo. Dice así: «La variedad de talentos y de conocimientos que este hombre insigne poseia, y la muchedumbre de trabajos útiles en que se egercitó, formarian un cuadro tan singular, como interesante y glorioso á nuestras letras y á nuestra civilizacion, si este fuese el lugar propio de trazarlo. El pertenecia á la elocuencia por sus bellos elogios; á la historia por su discurso sobre los espèctáculos, y por mil investigaciones históricas sobre nuestras an tigüedades; a las nobles artes por su gusto esquisito en ellas Y por la proteccion que les daba; á la economía por su admirable Ley Agraria; á la politica por sus elocuentes memorias; á las ciencias por el Instituto que fundó; á la filosofía por el grande espíritu que animó todos sus trabajos; á la virtud por los egemplos de dignidad, de justicia, de entereza y de amor á su patria y á los hombres, que toda su vida dió con el anhelo mas vivo y con la constancia mas noble. Era por cierto, un espectáculo tan bello y grato como raro y singular, ver la afluencia de todos los estudios, de todos los talentos, á aquel a casa que parecia el asilo y el templo de las musas. El artista del mismo modo que el orador, el historiador y el poeta, el jurisconsulto y el economista, el hombre de letras consumado y el alumno que apenas empezaba; todos eran recibidos con benevolencia y aficion; todos entendidos y contestados en su lengua y en su ramo; los unos recibian avisos, los otros lecciones, otros fomento, algunos auxilio, y todos placer y honor. El respeto y el amor que se conciliaba con este atractivo general era consiguiente al bien que las letras y las artes y los que las cultivaban recibian de esta conducta grande y generosa. Todos le amaban, todos le veneraban, y una mirada de aprobacion, una sonrisa de Jorino era la recompensa mas grala que entonces podian recibir la aplicacion y el ingénio≫ H SECCION PRIMERA.—ESCRITORES EN VERSO. Páginas. ADVERTENCIA.. CAPITULO I. Caractéres generales de la literatura es- CAPITULO II. Principios de la literatura española has- Juan Lorenzo Segura de Astorga. Poema de Fernan Gonzalez.. J-X Libro de Apolonio. Vida de Santa María Egipciaca. Alfonso el Sábio, como poeta. 7 of langar Juan Ruiz, Arcipreste de Hitadel Don Diego Hurtado de Mendoza. CAPITULO VI.. Fernando de Herrera. 60 63 Francisco de Rioja. Don Juan de Jáuregui. CAPITULO IX. Góngora... fines del siglo XVI y principios del XVII. Los Argensolas. Bernardo de Valbuena. Don Esteban de Villegas. CAPITULO VIII. Lope de Vega, CAPITULO X. Quevedo. CAPITULO XI. De otros varios poetas líricos de los si- glos XVI y XV II. Francisco.de Figueroa.. Jorge de Montemayor. Francisco Saa de Miranda.. Don Francisco Manuel. Melo.. Pedro de Espinosa. Luis Barahona de Soto. Fernando de Acuña. Vicente Espinel. . Don Juan de Arguijo. El principe de Esquilache. CAPITULO VII. De los Argensolas y otros poetas de Pedro de Quirós. CAPITULO XII. Poesia sagrada. 430 131 Alonso. de Proaza.. 433 Noticia de algunas colecciones de poesías sagradas. CAPITULO XIII. Poetas épicos... Don Alonso Ercilla. Bernardo de. Valbuena. 437 139 441 142 144 1145 146 . Id. · 147 1455 Lope de Vega...eb.yoby olkon maxielli? :oberNo1641 Reseña de poemas profanos y sagrados poco conocidos. No 169 CAPITULO XV. Poesia popular. Romances. SECCION SEGUNDA ESCRITORES DRAMATICOS Quest, ob beu101 BIBEAUL.) ail 464 221 413 |