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D. BALDOMERO ESPARTERO.

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CON gusto vamos á escribir la vida de este personaje, no porque los sucesos que debamos referir-seau agradables de suyo, sino porque ahora mas que nunca podemos ser imparciales. Mientras Espartero vivia engrandecido en las alturas del mando, mientras el Estado era víctima de sus pasiones y de sus desaciertos, briamos necesitado de grandísimo esfuerzo para juzgarle desapasionadamente, pero hoy que vive desterrado de este pais, teatro en otro tiempo de sus inmerecidas grandezas; hoy que sus mismos enemigos comienzan á no temerle y sus propios amigos á olvidarle; hoy en fin, que Espartero está hundido en el concepto público y en la consideracion de todos los partidos, no tememos que la pasion ofusque nuestro entendimiento, ni que nuestro corazon impere sobre nuestro juicio.

Vamos á escribir la historia de un hombre que fue po deroso y que usó de todo su poder en beneficio de la revolucion y de las ideas desorganizadoras, pero como el poderoso vive hoy desvalido, y la misma revolucion dudaria en reconocerle por suyo, si se tratara de su alianza; la imparcialidad no es solamente un deber rigoroso de conciencia sino un acto facilísimo de justicia. Referiremos los hechos economizando las reflexiones á fin de que el lector pueda con mas libertad de ánimo formar su juicio, ó confirmar ó modificar el que hubiere ya formado; pues tratándose de un personaje tan conocido, cuyos actos han sido objeto de vehementes censuras y de elogios apasionados, y cuya vida ha dado motivo á investigaciones minuciosas, no es fácil que nuestros lectores dejen de tener ya sobre él su opinion formada. Los hechos de nuestro relato deberán ser la piedra de toque de esta opinion establecida, y ojalá tuvieran sobre ella el influjo necesario para corregirla, si fuese equivocada.

Nadie habia preguntado á Espartero su orígen, las circunstancias de su familia, ni el pueblo de su naturaleza, hasta que la fortuna le colmó de favores y le levanto atrevida sobre sus atas. Súpose entonces que un pobre carretero de Granátula, pueblo de 400 vecinos, situado en la provineja de la Mancha, habia tenido un hijo el 27 de febrero de 1793, al cual puso por nombre Joaquin Baldomero. Este pobre artesano se llamaba Antonio Fernandez Espartero, y su mujer, de quien tuvo aquel hijo, Josefa Alvarez. Ignoramos las cir cunstancias que obligaron mas adelante al jóven aldeano á cambiar de nombre, usando únicamente del segundo bautismal y el segundo apellido de su padre en vez de tomar los dos primeros de uno y otro; pero es lo cierto que cuando niño era llamado en su pueblo Joaquin Fernandez, aunque no falta quien asegure haber tomado ya el de Baldomero Espartero cuando salió de dicho pueblo para comenzar sus estudios. Eran ocho sus hermanos, tres de los cuales tomaron el hábito de religiosos, una hermana fue monja y casados los restantes. Uno de los primeros, religioso de la órden de santo Do

mingo, en el convento de Almagro, llamado fray Manuel, tenia consigo largas temporadas á su hermano menor Joaquin, ocupándole en el servicio de su celda y de su persona, segun cuentan todavía muchos de los que entonces le conocieron. Estudió latinidad en Granátula, y luego que hubo aprendido medianamente los primeros rudimentos de esta lengua, marchó con su hermano fray Manuel á Almagro, en cuya universidad estudió dos años de filosofia. Su aplicacion al estudio era, sin embargo, escasa; parte porque sus talentos no eran adecuados, parte porque su aficion á la milicia impedia prevaliesen en su ánimo otro género de aficiones. Y como ocurriese por el mismo tiempo la ocupacion de España por los franceses, y el alistamiento de tropas para combatirlos, halló Joaquin Fernandez ocasion oportuna para sentar plaza de soldado distinguido en el batallon de Ciudad-Rodrigo. Formáron al poco tiempo batallones con el título de Voluntarios de Honor, ó Cuerpos Sagrados, los estudiantes de algunas universidades, y como Espartero habia cursado dos años de carrera literaria logró pasar de soldado distinguido al batallon de la universidad de Toledo. Con él permaneció en Sevilla hasta la retirada de la junta central, pasando despues á la Isla de Leon, donde á las órdenes del duque de Alburquerque se recogieron todas las fuerzas que custodiaban las Andalucías.

En la misma Isla estableció entonces el gobierno una academia militar donde se instruyesen los oficiales, de que habia gran falta en todos los cuerpos, des tinando a ella los cadetes del ejército y los estudiantes que voluntariamente quisiesen alistarse, siempre que hubiesen ganado dos cursos de facultad mayor. Aunque Espartero no se hallaba en ninguno de estos casos, logróseradmitido en aquel establecimiento, donde estudió con algun aprovechamiento las matemáticas, la fortificacion, el dibujo y la táctica. Mas los alumnos no estaban exentos del servicio militar, y no solamente daban en mucha parte la guarnicion de la plaza sino que salian de avanzadas y retenes y se batian como veteranos. El alumno de Granátula asistia gustoso á estas es

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DE ESPAÑOLES CELEBRES

CONTEMPORÁNEOS,

BIOGRAFIAS Y RETRATOS

de todos los personages distinguidos de nuestros dias en las .
ciencias, en la politica, en las armas, en las letras
y en las artes.

PUBLICADAS

POR B. NICOMEDES PASTOR DIAZ

Y D. FRANCISCO DE CÁRDENAS.,

NEW YORK

Tomo V

MADRID.

BOTS, EDITOR.

Imprenta y librería, calle de Pontejos, antes Carretas, núm. 8.

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